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La deuda italiana, a un paso de convertirse en la inversión más deseada, a pesar de los riesgos

Actualmente, la deuda italiana sólo está al alcance de aquellos que, o bien son unos valientes, o bien piensan que lo peor ya ha pasado para la tercera economía de la zona euro. Esta es la conclusión a la que llega la agencia Routers tras entrevistar a más de una docena de inversores internacionales.

La rentabilidad de los bonos italianos a diez años se ha convertido en uno de los activos más prometedores desde el comienzo de 2012, superando el retorno del 6,4% anual ofrecido por el Oro, valor considerado tradicionalmente como el más seguro. El multimillonario George Soros, especulador que logró sacar a la libra esterlina del Sistema Monetario Europeo en 1992, consideró esta semana en Davos que este rendimiento es tan “peligroso” como “atractivo”:

"Los bonos italianos ofrecen una rentabilidad fantástica que no va a durar eternamente. A un nivel del 6 o 7 por ciento, se consideran mera especulación; cuando alcancen el 5 o 4 por ciento serán una muy buena inversión a largo plazo”, aseguró.

La promesa de que el nuevo primer ministro de Italia, el respetado economista Mario Monti, ponga las cosas en su sitio tras décadas de desajustes en la política fiscal aplicada por el depuesto Berlusconi, llama al optimismo. No obstante, la incertidumbre todavía pesa sobre el futuro de la zona euro y los expertos apuntan a que el diferencial entre la rentabilidad ofrecida por los bonos italianos y los bonos alemanes a diez años, en la actualidad por encima del 4%, tendría que disminuir al menos un punto porcentual para atraer la inversión.

"Los bonos a diez años, tan peligrosos como atractivos”

Los inversores que no pertenecen a la zona euro no suelen mostrar interés en la compra de bonos de Italia, España u otros países periféricos, porque no confían en que los políticos encuentren una solución duradera a los problemas de Europa. No obstante, reconocen su potencial. "Estamos pisando terreno minado. Si la bomba explota, todos caeremos. Pero si no lo hace, Italia resulta ser una mejor opción que Alemania a la hora de hacer inversiones", declaró para Reuters un gestor de hedge funds, que se opuso a ser reconocido.

Algo difícil de creer si se toma como referencia a las agencias de calificación de riesgo: mientras Alemania es uno de los cuatro países de la zona euro que conserva la calificación AAA de Standard & Poor’s con una perspectiva estable, Italia sufrió hace dos semanas una rebaja en la nota de su deuda hasta el nivel BBB+.

30 de enero, la prueba de fuego para el Tesoro italiano

El procedimiento empleado últimamente por el Banco Central Europeo (BCE) para financiar al sector bancario conocido como ‘carry trade’ -la diferencia entre financiarse al 1% e invertir por encima en instrumentos de deuda soberana- ha provocado que los bancos destinen estos fondos extra a la compra de letras y bonos de los distintos Tesoros europeos.

Por ello, la demanda de deuda italiana a corto plazo ha aumentado y el rendimiento de los bonos italianos a dos años se ha reducido a menos de la mitad del máximo alcanzado a finales de noviembre, cuando se encontraba en el 7,5 por ciento.

Muchos hedge funds que apostaban por desprenderse de los bonos del gobierno italiano, o han reaccionado y han recogido beneficios o han visto como el mercado se volvía contra ellos”, afirmaban desde M&G Investments.

Los analistas aseguran que la deuda italiana a corto plazo ha ido atrayendo a cada vez más inversores extranjeros desde comienzos de año, pero son los inversores domésticos los que aún copan la demanda en las emisiones. La prueba de fuego para Italia vendrá el próximo día 30 de enero, cuando se compruebe si sus bonos a diez años son capaces también de despertar el apetito inversor.

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