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Greenpeace coloca una mascarilla a la escultura 'Julia' para denunciar la emergencia climática

"Si continuamos poniendo en riesgo la salud del planeta, nos tendremos que enfrentar a muchas más crisis como la que estamos viviendo ahora por la covid-19", ha declarado la organización ecologista en un comunicado

Greenpeace cubre la escultura "Julia" para denunciar la emergencia climática

Desde primeras horas de este martes, activistas de Greenpeace han colocado una mascarilla gigante en la escultura "Julia", ubicada en la plaza de Colón en Madrid, para denunciar la urgencia de prevenir los peores efectos de la emergencia climática que afronta el planeta.

En un contexto de crisis sanitaria y socioeconómica extraordinarias, la organización ecologista ha subrayado, que ante la crisis climática, solo existe una solución, "reducir de forma drástica las emisiones de CO2".

"Si continuamos poniendo en riesgo la salud del planeta, nos tendremos que enfrentar a muchas más crisis como la que estamos viviendo ahora por la COVID-19", ha declarado Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace en un comunicado.

"Julia", una escultura de doce metros de altura del artista Jaume Plensa y que representa la cabeza de una niña con los ojos cerrados, amanecía esta mañana cubierta con una mascarilla en la que se podía leer "pandemia climática".

Para la organización ecologista, ninguno de los borradores de la Ley nacional de Cambio Climático, del Plan Nacional de Clima y Energía y de la Estrategia a Largo Plazo, establece los objetivos recomendados por la ciencia para asegurar que no se supera en 1,5 grados la temperatura global, tal y como exige el Acuerdo de París.

Asimismo han recordado, la importancia de que los fondos destinados a la recuperación económica y social del país -aprobados la semana pasada- aseguren la reducción rápida de las emisiones.

"No se trata sólo de destinar un 37 % del presupuesto previsto a inversión verde, sino de definir con exactitud qué significa esta inversión y garantizar que está alineada con las recomendaciones científicas y que en ningún caso se destina a mantener los sectores contaminantes".

Para la organización, los próximos meses son "clave" para aumentar los objetivos climáticos y alinearlos con la ciencia, que para España deben ser la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos el 55 % en 2030 respecto a 1990 y alcanzar el cero neto de las emisiones en 2040.

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