Desde el Gobierno y el PSOE, pero también desde Unidas Podemos y algunas administraciones autonómicas en manos de los socialistas, se ha redoblado la presión para tratar de que fracase la manifestación organizada por la plataforma SOS Rural en defensa del campo español. La marcha, prevista en Madrid el 14 de mayo, primer domingo de la campaña electoral del 28-M, discurrirá entre Atocha y la plaza de Colón. A la convocatoria se han sumado decenas de entidades de toda España vinculadas al mundo rural a las que mueve la defensa de un sector primario que malvive cada día en condiciones de enorme dificultad, atenazado, entre otras circunstancias, por la escalada del precio de los combustibles y, sobre todo en los últimos meses, por la sequía.
La plataforma, definida por sus creadores como "apartidista pero no indiferente a la política", integra a cientos de organizaciones ligadas a la agricultura y la ganadería, así como a otras actividades económicas adyacentes, entre las que se cuentan la alimentación, la logística, el transporte y el ecoturismo. Muchas de ellas han recibido llamadas en la órbita del Ejecutivo que preside Pedro Sánchez para que se abstengan de sumarse a la manifestación una vez han expresado de forma pública su intención de acudir a una marcha que sus artífices prevén multitudinaria e inevitablemente supone una censura explícita al desdén del Gobierno hacia la situación de emergencia del campo. La amenaza siempre es la misma: si participan se arriesgan a quedarse sin las subvenciones públicas a las que muchas de estas entidades fían su supervivencia.
Los toques de atención dirigidos a reventar la marcha proceden asimismo de filas socialistas y podemitas, y han partido también de gobiernos autonómicos como el de Castilla-La Mancha, de instituciones públicas de Andalucía controladas por el PSOE y hasta de terminales adscritas al propio Ministerio de Agricultura, según ha podido saber Vozpópuli.
Te estoy subvencionando y tú te vas de manifestación contra quien te está dando las ayudas"
La irrupción de SOS Rural en la escena pública ha generado igualmente una cierta preocupación en los sindicatos tradicionales del sector, en particular Asaja, que pueden ver comprometida su hegemonía después de que cada vez más colectivos agrarios vienen cuestionando su defensa de los intereses del campo frente a las "políticas radicales" del Gobierno y "su sistemático maltrato al campo".
"Te estoy subvencionando y tú te vas de manifestación contra quien te está dando las ayudas". Es la literalidad de algunas de las presiones recibidas en Andalucía por una organización mayoritaria que agrupa a los productores de aceituna de la región. Amenazas como esta han llevado a algunas de las entidades representadas en SOS Rural a tomar la decisión de participar en la concentración del 14 de mayo sin portar pancartas ni ningún otro elemento identificativo llevados por el temor a eventuales represalias.
Las Europeas de 2024 en el horizonte
SOS Rural, que se define como una plataforma horizontal, tiene su primera prueba de fuego en la manifestación del primer domingo de campaña. Su vocación de permanencia en la vida pública ha llevado a sus dirigentes a estrechar lazos con asociaciones similares de varios países europeos, especialmente en los Países Bajos, donde el Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB en sus siglas en neerlandés) acaba de obtener casi un 20% de los votos en las elecciones provinciales de ese país. En este sentido, la plataforma valora la posibilidad de fraguar una candidatura electoral con vistas a las elecciones europeas de 2024.
En España, PP y Vox han mostrado su interés por el movimiento, y particularmente por la naturaleza de la convocatoria del 14 de mayo. Pese a todo, SOS Rural no ha cursado invitación formal a ninguna formación política para que se sume a una manifestación que cuenta con el respaldo público de personajes muy conocidos, como el chef José Andrés, entre otros.
