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España

La “frustración” de las víctimas de ‘Billy El Niño’: “Ha muerto sin pedir perdón”

José Antonio González Pacheco, Billy el Niño, tras acudir a la Audiencia Nacional

“He sentido frustración. A mi no me alegra la muerte, yo lo que quería era que se sentara en un banquillo y se le condenara si era culpable”. Es el lamento de Luis Suárez, la primera víctima que llevó a los tribunales por torturas al policía franquista Juan Antonio González Pacheco, más conocido como ‘Billy El Niño’. Felisa Echegoyen también emprendió acciones legales ante la ONU y ahora dice sentirse “noqueada”. El exinspector ha fallecido por coronavirus este jueves en una clínica de Madrid sin que, según sus víctimas, nadie haya podido siquiera retirar las condecoraciones de su hoja de servicios o responder por su pasado.  

Luis Suárez tenía apenas 24 años cuando cayó en las manos de ‘Billy El Niño’, acusado de múltiples malos tratos a detenidos. Corría el año 73, el franquismo agonizaba, pero González Pacheco seguía imponiendo sus métodos en la Dirección General de Seguridad (DGS) donde iban a parar los arrestados subversivos para el régimen. Como militante de la Liga Comunista Revolucionaria, era la segunda vez que visitaba los calabozos del edificio que hoy sirve de sede al Gobierno de la Comunidad de Madrid en la Puerta del Sol. Esta vez junto a su mujer, de 17 años. “Ella era una niña”, recuerda.

“Caí en manos de este tipo, que era el especialista en ciertos grupos de extrema izquierda. Ya tenía afición a interrogatorios crueles. Pasé tres días en sus manos y las de sus secuaces. Era una especie de torturador vocacional, se entregaba apasionadamente a sus malos tratos y a sus torturas y vejaciones fue un interrogatorio seguido de tres días”, relata Luis Suárez. Le pusieron un abrigo para que los golpes no dejaran marcas, tenía una costilla “medio rota” cuando le trasladaron a prisión. “Eso sin contar con la torturas psicológicas”, apunta. 

Cuatro medallas pensionadas 

A su juicio, la muerte de González Pacheco no es una una buena noticia: "Ya sé que no va  a ser juzgado, ha muerto con plena impunidad, con todas sus condecoraciones y su hoja de servicios brillante. Aunque nosotros lo sabemos, oficialmente no es un torturador”. El Gobierno de Pedro Sánchez se marcó como objetivo retirarle a este policía la cuatro medallas que recibió entre 1972 y 1982 que le incrementaban un 50 por ciento su pensión de forma vitalicia. Pero lo cierto es que ha muerto con todas ellas intactas.

Fuentes del Ministerio del Interior lo achacan a las complicaciones legales y el riesgo a perder en los tribunales en caso de que el afectado recurriese. En febrero, el ministro del Interior y juez de carrera, Fernando Grande-Marlaska, se mostraba convencido de haber encontrado la vía a través de un artículo de la nueva ley de Memoria Histórica. Pero no ha dado tiempo a retiráselas, al menos en vida. Pablo Iglesias, ya en el Gobierno, tuvo que pedir “disculpas avergonzadas” a las víctimas de 'Billy el Niño' por haber negado a la oposición en el Congreso la hoja de servicios del policía atendiendo al criterio de los letrados de la Cámara sobre los datos personales.

Tras conocer este jueves la noticia de su muerte, Iglesias ha publicado un comentario en su cuenta personal de Twitter para pedir otra vez “perdón a las víctimas”: “La muerte del torturador González Pacheco sin haber sido juzgado, con sus medallas y privilegios intactos, es una vergüenza para la democracia y también para nosotros como Gobierno. Pido perdón a sus víctimas”.

"Hemos sido derrotados por el Estado"

Para Luis Suárez, la sensación es de derrota. “Hemos sido derrotados por el Estado, que nos ha dicho que no tenemos derecho a la Justicia después de diez años. Es nuestra derrota definitiva, nos ha vencido el Estado, ha impuesto sobre nosotros una losa”, dice a sus 71 años. Pide al Ministerio del Interior que siga adelante con el intento de quitarle las medallas, aunque sea después de su muerte “como ejercicio de higiene democrática”. 

A la hora de hacer estas declaraciones para Vozpópuli, todavía no ha hablado con su mujer. Están separados, pero mantienen el contacto. Dice que tiene decenas de mensajes en el teléfono.  Desde aquella vez en la sala de interrogatorio de la DGS, Suárez no se volvió a encontrarse con ‘Billy El Niño’. Comenta que le hubiese gustado preguntarle “si sentía algún tipo de remordimiento o si seguía siendo feliz con esa historia detrás. O si que si sentía maltratado por los medios, por qué no se sentaba en un tribunal y se defendía”.

González Pacheco nunca manifestó ningún arrepentimiento. “Yo no le he oído pedir perdón. Yo no tengo que perdonar a nadie que no lo pide. Además el perdón no tiene nada que ver con la justicia”, zanja Suárez. Su denuncia acabó archivada en los tribunales españoles. El siguiente paso ya era acudir a los tribunales españoles donde ya había llegado Cuchi, concretamente al Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas.   

Contra gobiernos, jueces y fiscales

Felisa Echegoyen, ‘Kutxi’ se ha enterado por los mensajes que le han llegado a su móvil después de dar su paseo diario al que le permite el confinamiento. “Cómo puede ser que se muera ahora que le teníamos acorralado y no haber conseguido que se le juzgue”. "Me habría parecido que vivimos en un país con una democracia de determinada categoría, pero me doy cuenta de que no y que los gobiernos, jueces y fiscales también son colaboradores de haberle dejado con impunidad", añade. 

Felisa, también ex militante de la Liga Comunista Revolucionaria, comparte la frustración de su compañero, pero evita la palabra derrota. Dice que van a seguir luchando porque tienen más causas en los tribunales. Los abogados de las víctimas de ‘Billy El Niño’ hablan de una veintena de actuaciones judiciales contra González Pacheco y otros policías. A Felisa fue a detenerla a su casa en 1974 junto con otros cuatro agentes. Ella tenía entonces 26 años. Llamaron a la puerta y al sentir que ella estaba dentro, “tiraron la puerta abajo”. “'Billy el Niño' era el más salvaje”, relata.  

‘Kutxi’ comenta que ella no era nadie en ese momento, y recuerda a su compañero José María Galante, ‘Chato’, que estuvo 17 días bajo torturas. Galante falleció hace apenas unas semanas, también a causa del virus. Debe retirarle las medallas, pero a nosotros lo que no hubiese gustado es sentarle en el banquillo. “No se arrepintió en vida ni pidió perdón”. “Yo estuve en la vista en la Audiencia Nacional, recuerdo la chulería con la que pidió que no le grabaran. A cualquier otra persona no le hubieran dado tantas ventajas. Fue vergonzoso”, critica Felisa Echegoyen.

Si bien no oficialmente, González Pacheco seguía manteniendo relación extraoficial con la Policía como evidenció la investigación del caso Villarejo. Según declaró uno de los mandos de la Comisaría General de Información, Constancio Riaño, 'Billy el Niño' era uno de los receptores de datos de las bases policiales para intereses personales. “No celebro su muerte, lo que lamento es su vida”, concluye Kutxi.

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