Feijóo afronta los días previos a la investidura sin apoyos suficientes ante un Sánchez que ya se ve en La Moncloa

Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez encaran la última semana previa al debate de investidura con ánimos muy distintos. Mientras en Génova dan la sensación de haber tirado la toalla a la hora de reunir apoyos entre partidos nacionalistas, en Ferraz el ambiente es completamente distinto. De hecho, el presidente en funciones da por hecho que será investido. "Feijóo será elegido jefe de la oposición" ha dicho este domingo en La Coruña, al que ha pedido que no pierda más el tiempo.

La última bala popular es el Partido Nacionalista Vasco (PNV), con quien se reunirá este lunes Cuca Gamarra, aunque Aitor Esteban ya ha adelantado que trasladará el 'no' de su formación a la investidura de Feijóo. Los vascos mostraron más sintonía con Puigdemont. Andoni Ortuzar, secretario general, se reunió con el prófugo en Waterloo para acercar posturas de cara a los pactos. Por su parte, el BNG también se ha manifestado en la misma línea a través de su portavoz, por lo que al PP ya no le queda nadie más a quien recurrir sin poner en juego su papel de partido constitucionalista.

El líder popular desde Santiago de Compostela ha anunciado que no habrá pacto con los independentistas y que "defenderá la Constitución aunque le cueste la presidencia del Gobierno", lo que parece anunciar que, salvo sorpresa mayúscula, el político gallego ya es consciente de que no se mudará a La Moncloa: irá al debate con 172 escaños de los 176 que necesita.

Por su parte, Pedro Sánchez luce exultante y da por hecho que será investido presidente del Gobierno: "Los españoles han hablado, habrá un Gobierno progresista", ha afirmado durante su discurso de este domingo. Para ello, buscará "apoyos debajo de las piedras", de modo que confía en reducir las pretensiones independentistas o ceder ante sus presiones.

Desde luego, las formaciones independentistas han sido francas: quieren un referéndum de independencia y el compromiso del presidente en funciones antes de investirle. "Cobramos por adelantado", afirmó Miriam Nogueras, de Junts, este sábado al comunicar el estado de las negociaciones con el PSOE.

La amnistía ya no entra dentro del debate, ya que ERC "da por sentado" que esta se va a producir, ya que era una condición para que Francina Armengol fuese presidenta del Congreso, puesto que ocupa desde el pasado 17 de agosto. Así lo afirmó este sábado Marta Rovira, que intervino en el Consell Nacional de ERC de manera telemática.

De momento, Yolanda Díaz, la principal socia de Pedro Sánchez, ha abierto la puerta a que esta se produzca y que sirva como solución a "un conflicto político". Su intención es que la amnistía no sea unilateral, sino que esta sea aprobada por empresarios, sindicatos y la sociedad civil. "Un amplio acuerdo que culminaría con una ley orgánica", ha remarcado en una entrevista con La Vanguardia.

Ningún partido nacionalista está dispuesto a dar su apoyo al PSOE gratuitamente, tampoco el BNG. Tras cerrarle la puerta a Feijóo, ve con buenos ojos a Sánchez, aunque le advierte que no le dará su voto por "un cheque en blanco" y debe "cumplir con Galicia". Por tanto, la formación nacionalista gallega también cuenta con facturas que pretende que el presidente en funciones pague a cambio de su apoyo.

Pedro Sánchez da por sentado que será presidente cuatro años más, pero en el horizonte se vislumbra una posible repetición electoral. A Ferraz no dejan de llegar facturas y en estos momentos tampoco tiene asegurado el apoyo de Sumar. O al menos, de todos sus diputados. Los cinco de Podemos podrían plantarse si Irene Montero no es ministra de Igualdad. Al menos así lo dejó caer Ione Belarra en su último intento por devolver a su formación a la primera línea política de la que se marchó tras los resultados del 28-M.