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España

El caso del falso cura que asaltó la casa de Bárcenas: un año preso en la enfermería

El falso cura de Kitchen, Enrique Olivares, durante el juicio por el asalto en casa de los Bárcenas

Enrique Olivares García es el conocido como falso cura del caso Kitchen. Fue condenado a 22 años de cárcel por asaltar la casa de los Bárcenas a punta de pistola en 2013. El juez que investiga el presunto espionaje al extesorero del PP le citó para aclarar si aquello tuvo algo que ver con el plan puesto en marcha por la cúpula de la Policía. Pero Enrique Olivares no se acuerda de nada. Su demencia ha provocado que se encuentre en una situación particular en prisión: instalado en la enfermería pese a que Instituciones Penitenciarias le ha concedido un tercer grado.

Tras pasar por las cárceles de Cuenca, Estremera y Valdemoro, recaló en la cárcel madrileña de Aranjuez. Allí lleva cerca de un año en el módulo sanitario atendido por el personal médico. Según explican a Vozpópuli fuentes penitenciarias, cuenta con un régimen que le da acceso a la semilibertad, pero permanece en prisión. Su tercer grado es “regresivo”, indican. En concreto, tiene aplicado un artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario dentro de ese tercer grado. 

Lo normal es que sean progresivos, es decir que un artículo como ese que permite flexibilizar el cumplimiento de la pena, sirva para suavizar las medidas penitenciarias. En su caso es para permanecer en la prisión, dicen las fuentes consultadas. Admiten que lo normal es que pudiera pasar a depender de un Centro de Inserción Social (CIS) o un piso de acogida, pero no siempre se cuentan con plazas suficientes o los medios adecuados. Ni en un CIS ni en un piso de acogida hay enfermería para atenderle.

Una madre nonagenaria

También se le podría aplicar control telemático para poder seguir cumpliendo la condena en su casa. En el sumario del caso Kitchen al que ha tenido acceso este periódico constan cientos de visitas y llamadas recibidas durante su estancia en prisión. Ninguna ha merecido el interés de las autoridades. A juzgar por los apellidos de los visitantes, no abundan los familiares. Apenas hay una veintena de visitas de su madre A. García, una nonagenaria que de vez en cuando le ingresa dinero en su cuenta de peculio en la cárcel.

La situación de este falso cura es poco habitual como también lo es que goza de ese tercer grado a pesar de contar con una condena larga por unos hechos graves. Pero salvo que las sentencias incluyan la obligación de respetar un periodo de seguridad antes de aplicarle beneficios penitenciarios, la clasificación del grado es competencia de Prisiones tras escuchar la opinión de los profesionales que tratan con él en la cárcel. Ese grado puede ser recurrido luego ante el juez de vigilancia penitenciaria. 

Según el relato de hechos probados de la sentencia que le condenó, Olivares se presentó en la casa de Bárcenas cuando el extesorero se encontraba en prisión preventiva. En ese momento estaban su mujer, su hijo y una empleada del hogar. Vestido como un sacerdote, la excusa fue que le enviaba “el obispo” para hacer unas gestiones. Una vez dentro, les dijo que el juez de la Audiencia Nacional estaba a favor de conceder la libertad provisional a Luis Bárcenas, pero antes tenían que rellenar unos formularios. 

El secuestro de los Bárcenas 

“En un momento dado de esta conversación, que aproximadamente se extendió durante veinte minutos, Enrique Olivares manifestó que iba a coger una pastilla del maletín que portaba para combatir la acidez de estómago y, tras introducir la mano en el mismo, extrajo de él un revólver con el que apuntó a los presentes diciéndoles ‘se acabó el teatro’, indicándoles que estaba allí para coger lo que la Sra. Iglesias sabía que estaba escondido en la casa”, dice la resolución de la Audiencia Provincial.

Los jueces incluyeron también un dato en su relato que, visto con perspectiva, explica las dudas razonables de los investigadores del caso Kitchen. Tiene que ver con la rápida aparición ese día del chófer de la familia, la persona a la que la cúpula de la Policía había infiltrado en la familia para hacerse con información y documentos sensibles que Bárcenas pudiera esconder sobre el PP. 

“Sergio Ríos Esgueva, un amigo de la familia que había desempeñado en ocasiones trabajos esporádicos para la misma, se hallaba en las inmediaciones de la vivienda y fue avisado por teléfono por uno de los porteros de la finca que había oído las voces de alarma”, recoge la sentencia. Entre él y el hijo de Bárcenas lograron reducir al asaltante.

40 minutos en el Juzgado

Cuando el pasado día 16 le sacaron de prisión para comparecer ante el juez del caso Kitchen, pocos confiaban en que llegase a contestar las preguntas de los investigadores. Antes tenía que pasar un reconocimiento médico del forense de la Audiencia Nacional. Y se cumplieron los pronósticos. No resultó apto para declarar y se anuló el interrogatorio. El falso cura acudía en calidad de investigado, pero se le va a retirar esa condición ante la imposibilidad de acreditar que tuviese algo que ver con la trama. Apenas pasó 40 minutos en el Juzgado.

Un informe pericial que obra en el sumario de la pieza Kitchen ya señaló anteriormente que "no reúne aptitudes" para declarar en la causa. Entre las diligencias, el juez también pidió averiguar el origen del revólver que llevaba aquel día. Sin embargo, en un informe de febrero de 2019, la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional señaló que "no ha sido posible determinar el origen concreto" del revólver -tipo 'British Bulldog'-, subrayando que "se recibe en mal estado de conservación".

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