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ETA dejó por escrito antes de su fin la idea de mantener activa su estrategia 'político-militar'

El documento bautizado con el nombre 'Propuesta de decisión' fue intervenido por las Fuerzas de Seguridad y generó escepticismo ante el anuncio definitivo de ETA sobre el cese de sus atentados

Pintada a favor de ETA
Pintada a favor de ETA

El proceso de reflexión que condujo a ETA al cese definitivo de los atentados no fue tan extenso en el tiempo como podría parecer. La banda terrorista escribió un documento meses antes de anunciar su extinción en el que destacaba su apuesta por mantener una estrategia “político militar”, en la que la consecución de sus objetivos se alcanzaría al compaginar la presión política con los habituales zarpazos de la organización criminal, que se cobraron la vida de más de 850 personas en medio siglo de existencia. El documento, bautizado con el nombre de Propuesta de decisión, fue intervenido por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Eran meses de incertidumbre ante los pasos que estaba dando ETA, asfixiada en términos policiales tras un incesante goteo de desarticulaciones de sus grupos operativos y, aún más importante, de sus cúpulas de dirección. La banda criminal había aprovechado treguas anteriores para rearmarse y redefinir sus objetivos, por lo que las fuerzas de lucha antiterrorista estudiaron con cautela el anuncio definitivo del alto el fuego de 2011, aquel en el que tres encapuchados leyeron un escrito ante las cámaras. Uno de ellos era David Pla, a quien hoy Sortu ha colocado en un puesto clave de su ejecutiva.

Las inquietudes de los servicios de información no sólo se basaban en esos antecedentes, sino en el documento intervenido a la dirección de ETA meses antes de que anunciaran públicamente su determinación de dejar las armas. Así lo revela el comisario José Moisés Pérez Cornejo, quien fuera jefe de la Policía Nacional en el País Vasco y uno de los hombres fuertes en la lucha contra ETA, en una conversación con el historiador del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo Gaizka Fernández Soldevilla, en el podcast Sierra Delta Contra.

A preguntas del historiador, Pérez Cornejo admite que recibió con cierto escepticismo el anuncio del cese definitivo de ETA: "Había elementos que no me cuadraban": "Unos meses antes, forzada por las circunstancias, ETA había redactado un documento que se llamaba Propuesta de decisión. En ese documento se decía que su estrategia político militar seguía vigente. Cuando unos meses más tarden dicen que lo han dejado... cabía cualquier posibilidad". Un dato que choca con el análisis realizado por ETA, en el que advertía que su decisión llegaba tras un profundo proceso de reflexión y en aras de alcanzar un clima social lejos de la acostumbrada violencia.

El comunicado de ETA en el que anunciaba su fin llegó en octubre de 2011, pero la banda terrorista difundió otros textos en los meses posteriores en los que instaba a las autoridades españolas, francesas y europeas a entablar un diálogo directo para poner punto final a su trayectoria. ¿Cabía la posibilidad de que ETA volviese a las armas? La pregunta provocó una división de opiniones entre los servicios de información, tal y como apunta el comisario Pérez Cornejo.

Los comunicados de ETA

"En 2012 hubo algún comunicado que nos puso a todos en alerta -relata-. Hubo una reunión en Madrid a la que nos convocaron al CNI, a la Policía Nacional y a la Guardia Civil en la que había discrepancias [sobre la situación de ETA y su posibilidad de volver a constituir una amenaza directa en términos de seguridad]. La Policía Nacional veía riesgos en aquel comunicado; el CNI ninguno; y la Guardia Civil, mucho riesgo. La posición de Guardia Civil y Policía Nacional podía más o menos, pero no la del CNI. Hicimos un planteamiento de consenso para trasladárselo al presidente del gobierno [en esas fechas ya lo era Mariano Rajoy]. Al final hubo dos análisis: el del CNI, que decía que cero [riesgo], y el de Policía Nacional y Guardia Civil, que decía que sí veíamos".

Con el paso de los meses el comisario de Policía Nacional percibió que la "base" del comunicado de ETA era "sólida": "A finales de 2012 estaba claro que era el final". Una situación inédita en España en general, y en el País Vasco en particular, tras décadas de lucha contra el terrorismo: "No es lo mismo ver este problema viviendo aquí [en el País Vasco] que en Madrid, porque además del problema profesional tienes el personal, mirar debajo del coche y demás. Es una sensación muy grata", reflexiona Pérez Cornejo.

La presión policial sobre ETA se mantuvo a pesar de su anunciado fin. Prueba de ello es que en septiembre de 2015 se explotó la Operación Pardines, en la que Guardia Civil y autoridades francesas desarticulaban la última cúpula de ETA con la detención de David Pla e Iratxe Sorzábal. A ambos se les atribuye la lectura del comunicado ante las cámaras con el cese definitivo de su actividad. Y en mayo de 2019 se detuvo al histórico Josu Urrutikoetxea, más conocido como Josu Ternera, quien ahora afronta los procesos judiciales por su actividad dentro de la banda.

La charla entre Pérez Cornejo y Fernández Soldevilla revela otros episodios destacados en la lucha contra ETA. Uno de ellos fue el estrecho seguimiento al que sometieron a Iñaki de Juana Chaos en 1986, miembro del sanguinario comando Madrid, operación frustrada después de que el etarra percibiera a la misma mujer en un mínimo lapso de tiempo en dos lugares diferentes: se trataba de una agente que seguía sus pasos, pero unos calcetines demasiado llamativos la habrían delatado. O la ocasión en que la Policía Nacional percibió que las rutinas de los etarras al cruzar la frontera a Francia -cuando aún era un santuario donde era difícil o imposible intervenir- eran siempre las mismas, lo que permitió estrechar el cerco a los grupos terroristas y detener a sus miembros.

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