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España

Aguirre en la comisión de corrupción: "He nombrado a más de 500 altos cargos y dos me salieron rana”

La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre

Ni vieja ni linchada. Esperanza Aguirre ha salido este viernes sin moraduras de la Comisión de Investigación de la Corrupción de la Asamblea de Madrid, donde ha reconocido errores, pero ha defendido, “hasta que se demuestre lo contrario”, a personas como a Ignacio González, Lucía Figar e Isabel Gallego. Ha sido algo más tibia con su exconsejero Salvador Victoria y ha reconocido que le habían salido “rana” dos consejeros: Francisco Granados y Alberto López Viejo

"Mi carrera política es larguísima y he manejado más de 200.000 millones de euros, ¿verdad que es increíble? He pasado seis años en la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, he sido ministra de Educación, presidenta del Senado y he sido nueve años presidenta de Madrid, que salían a razón de 17.000 millones al año. He nombrado a más de 500 altos cargos y dos me han salido rana. De momento, dos, y ninguno ha sido condenado. El señor [Francisco] Granados, que ya saben dónde está, y el señor [Alberto] López Viejo", ha afirmado en su comparecencia en la comisión especial sobre corrupción de la Asamblea de Madrid.

"La corrupción nos está destrozando a todos, incluso a los nuevos", ha dicho Aguirre

En su alegato final, Aguirre ha dicho que la corrupción “nos está destrozando a todos”, incluso a los partidos nuevos, y “los que crean que no, se están equivocando”. Cree que el PSOE tiene diez veces más imputados que el PP, Ciudadanos ya tiene los suyos en Valdemoro y Podemos, la investigación sobre su financiación. 

La presidenta del PP de Madrid ha aprovechado su comparecencia para cargar contra la lentitud de la Justicia que hace que el 'caso Gürtel' (“donde he sido citada como testigo”) lleve siete años en los periódicos y aún no se haya abierto juicio oral. Cuando ha conocido algún indicio ha cesado al investigado, según relató. 

"No cuente mamandurrias"

Se ha mostrado “orgullosa” de los años que fue presidenta de la Comunidad y cuando empezaba a relatar sus triunfos, el portavoz de Ciudadanos, César Zafra, le ha pedido que no les hiciera un mitin. Zafra le ha solicitado que no contara “mamandurrias” y que explicara como sus “pollitos” habían protagonizado tantos casos de corrupción sin hacer algo para evitarlo. 

Por su parte, Ramón Espinar, el representante de Podemos, es un diputado correoso, duro y que interroga como un fiscal. Le ha aclarado a la presidenta del PP que no venía a ningún linchamiento sino a dar explicaciones sobre la corrupción y los contratos adjudicados a la empresa ICM sobre los que consideró tenía responsabilidad política. Asimismo, ha acusado a Aguirre de permitir la financiación del PP con una trama de corrupción con las adjudicaciones de esta empresa. 

Tras llamarle "expansiva", le ha pedido que asuma las responsabilidades políticas durante unos años en los que hasta la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha reconocido los casos de corrupción política. Pero no ha logrado acorralar a Esperanza Aguirre. 

Aguirre ha reconocido que el proyecto de la Ciudad de la Justicia era una "megalomanía"

Encarnación Moya, la representante del PSOE, conoce desde hace años la Comunidad de Madrid y el peso de las mayorías absolutas del PP. Ha hecho la intervención más ajustada a la materia, ICM (Información y Comunicación Madrid). Ha recordado que el Gobierno de la Comunidad de Madrid adjudicó contratos a una empresa de la que su responsable era accionista. También se adjudicó un contrato de 5 millones de euros cuando ya se había decidido la paralización de un proyecto que ha supuesto tirar a la basura cien millones de euros. 

La Ciudad de la Justicia, una "megalomanía"

Por otra parte, la presidenta ha reconocido que el proyecto de la Ciudad de la Justicia era una “megalomanía” que no iba a costar un euro a los ciudadanos, ya que se iba a financiar con el producto de la venta de los viejos edificios. Pero la crisis se llevó el proyecto. No conocía a los jefes de ICM ni que se hubiera contratado a familiares de cargos del PP. 

En su intervención final ha justificado sus años de Gobierno y ha mantenido que siempre quiso que los contratos fueran con publicidad y se eligiera el que ofreciera el precio más bajo. Ha dicho que ha manejado un presupuesto durante su vida política de más de 200.000 millones de euros desde el Ayuntamiento de Madrid, Ministerio de Sanidad, Senado, Comunidad de Madrid…y ha reconocido que se ha equivocado en muchas cosas, pero nunca se ha beneficiado personalmente de estos contratos. 

Comenzó su intervención con algunas dudas y exigiendo que se leyeran sus derechos y se fue sin que la lincharan y solo con algunos rasguños, sin ninguna moradura.

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