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La falta de previsión deja a España sin embajador en Londres en un momento crítico del Brexit

Laya no tiene prisa con Londres: un cónsul se aloja en la vivienda vacía del embajador
La reina Isabel II recibe las cartas credenciales del embajador Carlos Bastarreche en una imagen de archivo

España se queda sin embajador en el Reino Unido a un mes de que se pueda producir un Brexit duro. Todo ello porque el diplomático Carlos Bastarreche será cesado este viernes al cumplir 70 años, la edad reglamentaria a la que se jubilan los embajadores, con el agravante de que la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, aún no se ha decidido por un sustituto, según han desvelado fuentes diplomáticas a Vozpópuli.

Esto último ha provocado "sorpresa" entre altos cargos y diplomáticos de Exteriores, ya que la jubilación de Bastarreche era una cita ineludible en el calendario y el Gobierno podía haber solicitado a Londres el plácet de su sustituto hace tiempo. Desde la Oficina de Información Diplomática (OID) no se quiso confirmar el inminente cese de Bastarreche y únicamente se indicó, a preguntas de este periódico, que "las decisiones sobre la permanencia de los embajadores en sus puestos se publican en el BOE".

El Reino Unido, por ejemplo, tiene la costumbre de anunciar el nombramiento del embajador en España seis meses antes de su traslado a Madrid, con el fin de que el diplomático se vaya preparando para el exigente puesto en la capital española.

Carlos Bastarreche en un acto oficial en Londres.

El trámite diplomático del plácet para que un país tercero acepte de embajador a la persona que España le propone, suele consumir varias semanas hasta que llega la luz verde si se trata de un socio europeo. Con otros países sin tanta cercanía política, el visto bueno se puede demorar varios meses.

En todo caso, luego hay que superar un último escollo: la aprobación del nombramiento en el Consejo de Ministros. Tras salir en el BOE se tiene que organizar el traslado, con su mudanza correspondiente, que implica un mes de gestiones en el mejor de los casos. 

Así las cosas, la embajada española en Londres no tendrá nuevo inquilino seguramente hasta febrero de 2021 como pronto. Al frente de la legación quedará en ese interregno el actual encargado de negocios, José María Fernández López de Turiso. Además, Bastarreche cuenta con un mes para abandonar Londres desde el momento de su cese, pero su margen de acción y de gestión en la capital británica será limitadísimo, pues ya estará cesado.

"Excesivo" tiempo

Mientras el Gobierno se decide por un sustituto para Bastarreche, se avecina un Brexit duro que comenzará probablemente el 1 de enero y que puede que tenga un impacto en la ciudadanía española que reside en el Reino Unido. También exigirá atención para la diplomacia española el contencioso de Gibraltar, pues la colonia británica dejará de pertenecer al espacio Schengen y cruzar la Verja ya no será tan fácil ni rápido, sobre todo en lo que a bienes y mercancías se refiere.

Este primer año de González Laya como titular de Exteriores se está caracterizando por el tiempo que se ha tomado para ciertos nombramientos, que algunos diplomáticos ven como "excesivo". Desde el equipo de la ministra se alega que ella desembarcó en el Ministerio sin conocer a nadie y que quiere estar muy segura de cada nombre que lleva al Consejo de Ministros. 

En su momento, fue muy comentado el hecho de que Exteriores pasase varias semanas sin subsecretario -la elegida finalmente fue Celsa Nuño- cuando este importante puesto que hasta entonces ocupaba Ángeles Moreno, se quedó vacante al ser nombrada esta última secretaria de Estado de Cooperación Internacional.

La ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.

Este retraso en la toma de decisiones ha provocado, por ejemplo, que se prorrogue un año más la estancia del jefe de misión en Buenos Aires, Javier Sandomingo, con el fin de que cumpla cuatro años de destino en este país estratégico para la política exterior española, según adelantó la web especializada The Diplomat in Spain.

Las fuentes diplomáticas recuerdan, además, que varios nombramientos delicados fueron "impuestos" a Laya en el seno del Consejo de Ministros. Pedro Sánchez quiso expresamente que su asesor diplomático en su primer año en La Moncloa, José Manuel Albares, fuese nombrado embajador en Francia.

Y recientemente se supo, gracias a Vozpópuli, que José Luis Ábalos fue el que promocionó a un conocido suyo -Ángel Martín Peccis- al frente de la embajada española en Cuba. De ahí que las citadas fuentes no descarten que la elección del sustituto de Bastarreche en Londres haya encallado por falta de consenso dentro del Gobierno.

Un currículum difícil de igualar

Bastarreche cuenta con un currículum al alcance de pocos diplomáticos españoles. Fue representante permanente de España ante la UE durante ocho años, de 2002 a 2010, un prolongado período de tiempo que difícilmente iguale otro embajador. Estuvo en Bruselas a las órdenes tanto del Gobierno de José María Aznar como luego de José Luis Rodríguez Zapatero.

Esa capacidad para ser apreciado por gobernantes de uno u otro signo político se pudo ver poco después. En 2010 fue elegido embajador en Francia por Zapatero y luego Mariano Rajoy le mantuvo en la capital gala hasta 2014.

Tras un breve paso por la empresa privada como director de relaciones institucionales de Airbus en España (de 2014 a 2017), volvió a ser nombrado por el Gobierno de Rajoy como embajador en el Reino Unido. En Londres ha estado destinado casi cuatro años, los dos últimos con Sánchez ya de jefe del Ejecutivo.

Así que Bastarreche ha dirigido tres de las embajadas más importantes de España y ha despachado con cuatro presidentes diferentes y ocho ministros de Exteriores... sin que rodase su cabeza por el suelo en ningún momento.

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