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¿Está España preparada para un 'armagedón' energético? Los planes europeos frente el colapso

El Gobierno trata de garantizar el suministro del gas desde Argelia, mientras que en el resto de Europa se temen las consecuencias de las tiranteces. Los expertos esperan un apagón en los próximos cinco años

"¡Planifique como lo haría para unas vacaciones quincenales en un camping en sus propias cuatro paredes!". Radio con pilas, depósito de gasolina lleno al menos hasta la mitad, dinero en efectivo con monedas y billetes pequeños, linternas con batería de repuesto. Una amenaza que hasta hace poco tiempo se consideraba lejana comienza a cobrar forma ante la incertidumbre en el suministro energético que vive Europa y, por tanto, España. Tanto es así que el Ejército austriaco -autor de la recomendación inicial- ha lanzado una guía con recomendaciones sobre cómo actuar en caso de un apagón. ¿Está preparado nuestro país para hacer frente a una situación de este tipo?

La posible falta de suministros es ya una amenaza real. Las tensiones internacionales y la dependencia de terceros en el suministro obliga al Viejo Continente a estudiar un procedimiento de actuación en caso de que se produzca un apagón total en regiones con alta densidad de población. En el caso de nuestro país, esa amenaza cobra forma por la grave crisis que atraviesan Marruecos y Argelia. Si no se encuentra una solución en un breve periodo de tiempo se cerrará un gasoducto clave para el funcionamiento de España.

¿Qué está produciendo esta incertidumbre? Las tensiones energéticas a las que se enfrenta Europa se deben a dos escenarios marcados en los últimos meses por la convulsión. Por un lado hay que atender al flanco sur, y ahí es donde España juega un papel protagonista, incluso como potencial víctima de los problemas energéticos. Argelia suministra de gas a España a través de un gasoducto de 1.400 kilómetros de longitud que cruza por Marruecos. Argel y Rabat, no obstante, han roto los pocos lazos diplomáticos que mantenían y el futuro del negocio energético está en el aire.

La preocupación de España

La situación se ha convertido en un problema de primer orden para el Gobierno de España, que ha movilizado su maquinaria diplomática para desbloquear la situación. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, viajó a finales de septiembre a Argelia junto a los presidentes de Naturgy y Enagás para garantizar el suministro de gas. Pese al optimismo que manifestó tras su visita, las tensiones entre Marruecos y Argelia se han agravado. La ministra de Transición Energética y vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, se ha visto obligada a viajar de nuevo esta semana a Argelia en busca de una solución.

El Departamento de Seguridad Nacional (DSN) advertía en su último Informe Anual de que uno de los principales retos para la seguridad energética era la amenaza de suministro "frente a la inestabilidad geopolítica y la volatilidad de los mercados". Es por eso que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que el Gobierno envió a la Comisión Europea contemplaba reducir la dependencia energética del exterior de un 74% en 2017 a un 61% en 2030. El horizonte es más ambicioso respecto a 2050, cuando se pretende reducir el abastecimiento exterior hasta el 13%.

El detalla que las importaciones de gas natural por gasoducto fueron de 17.631 GWh en 2019, lo que supone un 37,3% de las importaciones totales. Argelia -de ahí el temor a una crisis de grandes proporciones- es el mayor exportador de gas natural a España, con un 29,1% del total de importaciones en 2020.

Las recomendaciones del Ejército austriaco

El otro escenario que convulsiona el suministro energético en Europa está en su flanco oriental. La Unión Europea teme que las desafecciones con Rusia obstaculicen el suministro de gas que llega desde el país oriental y que surte a buena parte del continente. Bruselas y Moscú se enzarzan en un cruce de acusaciones sobre quién es el responsable de las tensiones bilaterales que complican el abastecimiento, si bien ambas partes manifiestan su intención de llegar a un acuerdo que resuelva la crisis a corto plazo.

El futuro del suministro en un horizonte lejano, no obstante, sigue siendo una incógnita y dependerá del devenir de esas relaciones. Tanto es así que el Ejército austriaco ha hecho un esfuerzo divulgativo contando a los ciudadanos cómo deben actuar ante "una falla de energía, infraestructura y suministro de larga duración en toda Europa". Y añade: "Los expertos esperan un apagón en los próximos cinco años".

Al detectar una ausencia de electricidad, el Ejército austriaco insta a los ciudadanos a comprobar la propia fuente de alimentación en la vivienda, por si se tratase de un problema específico. Después se debe revisar si el entorno, vecindario o comunidad se encuentran en la misma situación. Los teléfonos móviles o internet pueden servir para obtener más información de si el alcance es mayor y afecta a una región o país.

"Lo más importante: mantén la calma. ¡Actúe con cuidado y planeado!", recomienda el Ejército austriaco. "Nadie sabe exactamente qué pasará como resultado de un apagón". Por eso recomienda que haya un abastecimiento en casa de todo aquello que sea necesario para subsistir al menos durante dos semanas.

- Radio con pilas (radio de coche)
- Linternas o faros (incluidas suficientes baterías de repuesto)
- Velas, encendedores, extintores de incendios, alarmas de monóxido de carbono
- Agua (2 litros por persona por día; 3-5 días), bebidas, té, café
- Comida duradera durante 2 semanas (pasta, arroz, conservas …)
- Medicamento esencial durante 2 semanas, botiquín de primeros auxilios.
- Artículos de tocador, bolsas de basura, cintas adhesivas, bridas
- Cocina de gas, parrilla, pasta de combustible
- Efectivo en billetes y monedas pequeñas
- Sacos de dormir, mantas, ropa de abrigo
- Juegos, bloques, bolígrafos
- El depósito coche siempre debe estar al menos medio lleno

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