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Elvis: el líder de los 'Forty Two' que llevaba dos meses sin salir de su casa en Alcorcón

La Policía Nacional ha conseguido detener al líder o 'suprema' de la banda latina de los 'Forty Two'. Este joven llevaba dos meses sin salir de su casa, donde recibía a sus simpatizantes a los que daba órdenes. La especialidad de esta banda era captar menores a los que obligaba a delinquir para financiar la organización.

Elvis, el líder de los Forty Two

Elvis R.D.S vivía en el centro del municipio madrileño de Alcorcón. Sus vecinos apenas le conocían pero siempre estaba acompañado de varios grupos de jóvenes. Nada les hacía intuir que era el líder o 'suprema' de la banda dominicana de los 'Forty Two'.

El pasado miércoles los residentes de la calle Mingo Fraile vieron muchos agentes de la Policía Nacional en las inmediaciones, "algo gordo debía haber pasado", afirmaron algunos de ellos pero nadie pensó en que el objetivo de los policías era arrestar a este joven que pasaba prácticamente desapercibido en el barrio.

Elvis tiene 28 años es de Cabo Verde y llevaba meses mandando en la sombra a los miembros de esta organización. Una banda que en los últimos tiempos ha perdido protagonismo y territorio en la Comunidad de Madrid por el auge de los Dominican Don't Play (DDP) y los Trinitarios.

Su líder tenía 14 detenciones previas por delitos como riña tumultuaria, agresiones, lesiones y robos, según han confirmado fuentes policiales a Vozpópuli. Todo el catálogo de hechos que protagonizan las bandas. Además tenía una orden de ingreso en prisión por asociación ilícita.

Amenazado o presionado por la Policía

En este caso los agentes iniciaron las pesquisas para localizarle a finales de 2021, cuando tuvieron conocimiento de que se podía encontrar en un piso de esa localidad madrileña. A partir de ese momento, los policías estuvieron semanas y semanas vigilando las casas y sus inmediaciones para localizarle.

De esa forma comprobaron que otros miembros de los Forty Two le visitaban de manera regular, supuestamente para recibir instrucciones en el seno de la banda. Elvis era muy cuidadoso y llevaba escondido dos meses sin prácticamente abandonar el domicilio. Se desconoce si esto era por las amenazas de otros grupos o sí sabía que la Policía Nacional iba tras su pista. Una vez detenido el juez decretó su ingreso en prisión.

Con esta operación la banda de los Forty Two pierde a uno de sus principales pilares. Esta organización que procede de la ciudad estadounidense de Chicago está formada principalmente por dominicanos y debe su nombre a los orígenes ya que la crearon 42 miembros.

Solo dos 'capítulos' en Madrid

Sus colores principales son el rojo, azul y blanco. En Madrid solo tenían de forma apreciable dos capítulos en Alcorcón y Leganés. Principalmente son dominicanos, ecuatorianos y españoles sus miembros.

El cerco policial sobre sus integrantes ha sido constante y ha asfixiado totalmente a la organización. El año pasado los agentes detuvieron en marzo en Móstoles a 11 miembros de esta banda, que agredieron a tres miembros de los DDP con un machete.

La detención del líder de los Forty Two

De forma paralela, la Policía Nacional y la Guardia Civil arrestó a otros siete miembros de los Forty Two, entre ellos tres menores de edad, que inducían a los menores captados a abandonar su domicilio familiar y les obligaban a financiar las actividades de la banda por medio de robos y venta de estupefacientes.

Éste es uno de los principales 'modus operandi' de la banda ya que intentaban engrosar su lista de captaciones y de paso obtener beneficios. En este caso, la investigación se desarrolló tras la desaparición de varias menores de edad en la localidad de Azuqueca de Henares (Guadalajara).

Robos y drogas para financiarse

Los agentes confirmaron que detrás de este suceso estaban los responsables del 'capítulo' de Torrejón de Ardoz de la banda. Los jóvenes eran sometidos a un ritual de iniciación en el que se les obligaba a abandonar su domicilio, ya que les aseguraban que la banda funcionaría como una familia para ellos.

En estos rituales, los aspirantes debían soportar agresiones físicas y, además, se les exigía el pago de una cuota y la asistencia a reuniones semanales. Les forzaban a cometer pequeños robos y a vender sustancias estupefacientes. Una práctica que ya fue descabezada y sin nuevos miembros, poco a poco, el protagonismo de esta banda se va diluyendo.

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