España

Guerra en Cáceres por la mina de litio: los ecologistas, contra la última ocasión de industrializar la zona

El litio promete traer empleo de calidad que permita retener a los jóvenes en la región, pero los ecologistas mantienen que la mina, pese a que será soterrada, traerá desempleo y problemas vinculados con el medio ambiente

Proyecto de la mina de San José de Valdeflores

La guerra del litio en la sierra de Cáceres no cesa y promete traer nuevos capítulos a lo largo de este 2024. Por un lado, los ecologistas defienden mantener la montaña intacta y evitar que se construya una mina a cielo abierto, que es la manera más común de extraer el mineral. Enfrente, el Ayuntamiento y las empresas inversoras, que ven en este proyecto una gran fuente de ingresos y una forma de garantizar el futuro laboral en la región. Un 'cisma' que comenzó en 2017 y que siete años después sigue enquistado.

Todo ello porque el litio se ha convertido en un mineral estratégico para la movilidad eléctrica. La Unión Europea quiere recuperar terreno frente a China, líder absoluto en producción de baterías, con el objetivo de tener independencia a la hora de producir coches electrificados. De ahí que las minas de litio se hayan convertido en una pieza capital para los intereses europeos.

Extremadura tiene la suerte de contar con varias minas de litio, lo que puede favorecer la creación de fábricas de baterías en la región, una forma de atraer profesionales de alta cualificación y evitar que los jóvenes abandonen su tierra ante la falta de oportunidades. De ahí que la Junta vea con buenos ojos la creación de empleo a través de esta vía. Quienes no lo ven bien son las asociaciones ecologistas, que ven en estas excavaciones una forma de acabar con la flora y fauna de la región.

Pese a que Salvemos La Montaña de Cáceres ha rebajado la tensión después del proyecto de soterramiento de Valdeflores, mantienen que la minería tiene consecuencias en la salud de los cacereños, "acelera procesos de desertificación en los territorios" y provoca "impactos irrecuperables en el medio natural". Entre las principales quejas se encuentran la cercanía a la ciudad -a 800 metros del inicio del casco urbano- y los efectos de la mina sobre la naturaleza de la sierra.

Fernando López, ingeniero industrial de la región, señala que "es el momento de industrializar Extremadura", especialmente Cáceres, una ciudad en la que apenas hay fábricas del tipo que sea. Cree que también es una gran oportunidad para "cerrar un círculo productivo" por primera vez, ya que los extremeños siempre se han encargado de "obtener materias primas para que estas se trabajen fuera".

Con la extracción del mineral, las plantas de litio y las fábricas de baterías, Extremadura contará con todo el proceso productivo para poder surtir a los distintos grupos automovilísticos. López señala que el clima de tensión "se ha sosegado" después de que Extremadura New Energies, filial en España de Infinity Lithium, la empresa que explotará la mina, vaya a realizar una mina subterránea y no a cielo abierto. "De esta manera no hay impacto", apunta el ingeniero industrial.

López señala que "Valdeflores es uno de los mayores yacimientos de litio en Europa y desaprovecharlo en una ciudad tan desindustrializada es la muerte". Apunta que con el litio y la energía fotovoltaica es posible potenciar la región y ofrecer empleo de calidad, lo que también permitiría que los jóvenes no se marchen de la provincia, una de las que tienen mayor porcentaje de ancianos, hacia otros lugares en busca de oportunidades.

Vozpópuli se ha puesto en contacto con Extremadura New Energies para conocer cómo está el conflicto con los ecologistas. Desde la empresa señalan que no saben nada de ellos "porque no se han querido sentar en ningún momento para conocer el proyecto". De ahí que apunten que no saben el impacto ecológico de la excavación: "Se les ofreció una reunión para darles información y no han querido ni contestar. Públicamente dijeron que no se iban a sentar con nosotros".

Se prevé que la mina se construya en 2025

Tal y como contaron desde Extremadura New Energies a este diario, la mina comenzará a construirse en 2025 para después, en palabras de Ramón Jiménez, consejero delegado de la empresa, "empezar a sacar las primeras toneladas de hidróxido de litio en 2027”.

En estos momentos, Extremadura New Energies se encuentra a la espera tras presentar a la Junta de Extremadura la solicitud del pase a Concesión Directa de su proyecto de extracción subterránea y primera transformación de litio. Se trata del paso previo a la última fase antes de excavar, ya que activa el proceso para que se lleven a cabo los estudios de impacto ambiental correspondientes.

Además, tal y como ha comunicado la compañía, hace poco ha conseguido un nuevo acuerdo de arrendamiento de 11 hectáreas en la zona que acogerá la planta de primera transformación de procesado de litio y el acopio de residuos inertes. Extremadura New Energies sostiene que "el coste total de la operación alcanza los 700.000 euros y tiene una duración mínima de 35 años, de forma que se cubre el periodo de vida útil de este proyecto industrial".