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Más del 25% de la población tuvo síntomas moderados y graves de depresión en la primera ola

Más del 25% de la población tuvo síntomas moderados y graves de depresión en la primera ola de la pandemia.

El 25,4% de la población tuvo síntomas moderados y graves de depresión durante la primera ola de la pandemia del coronavirus, mientras que el 19,5% padeció ansiedad, según un estudio internacional realizado con encuestas en redes sociales en 59 países y liderado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Según informó este viernes el centro universitario, este estudio analizó el impacto de la covid-19 en la salud mental. En la encuesta internacional participaron 6.882 personas de 59 países. Un equipo de psicólogos evaluó posibles síntomas de ansiedad, depresión y estrés postraumático en relación con los niveles de restricciones y los cambios experimentados en la vida como causa de la pandemia de la covid-19.

Los resultados de la investigación se han publicado en la revista 'Journal of Clinical Psychology'. En ella han participado investigadores de la UAM, el Instituto de Investigación Sanitaria Biocruces, Fundación Ikerbasque (País Vasco), Universidad de Stanford, SRI International y Universidad de la Mancomunidad de Virginia (Estados Unidos).

Resultados 

Estos resultados muestran que durante la primera ola de la pandemia un porcentaje significativo de la población sufría síntomas moderados y graves de depresión (25,4%) y ansiedad (19,5%).

Los investigadores de la UAM y directores del estudio, Elisabet Alzueta y Juan Carlos Arango-Lasprilla, aseguraron que "en cuanto a síntomas de estrés postraumático, el porcentaje ascendía a un 68,5%, lo que evidencia que para muchas personas la pandemia ha sido un evento traumático cuyo coste psicológico a largo plazo aún no podemos determinar".

Además, añadieron que "ciertas características demográficas pueden hacerte más vulnerable a sufrir estos problemas psicológicos. Al parecer, ser mujer, pertenecer a un país de altos ingresos, no tener pareja y ser joven, son factores de riesgo ante el impacto de la pandemia".

Los mayores, los menos infectados 

El hecho de que los más mayores, siendo población de riesgo, no sean los más afectados psicológicamente llama la atención de los investigadores. "Una posible explicación -detallaron- podría deberse a que la edad está generalmente asociada a una mejor regulación emocional".

Estudios recientes atribuyen la vulnerabilidad de los más jóvenes a lo que se denomina "infodemia", término que proviene de "información" y "epidemia" para hacer referencia a la rápida y amplia difusión de información tanto exacta como inexacta sobre algo, en este caso la covid-19.

Cambios de la pandemia 

El contacto cercano con el virus (como haber tenido síntomas no confirmados de Covid-19), y los niveles más altos de restricciones impuestas por los gobiernos, están relacionados con peores resultados psicológicos. Pero, sobre todo, los cambios en la vida relacionados con la pandemia y el confinamiento, como la inestabilidad económica, las dificultades en la transición trabajo-casa y el aumento de las discusiones o conflictos con otros adultos en el hogar, están fuertemente vinculados a un mal estado de salud mental, siendo los mejores predictores de los síntomas de depresión y ansiedad.

"Nuestro estudio destaca la importancia de los cambios relacionados con la pandemia en la vida de la población general, especialmente en las esferas del trabajo y el hogar. Durante estos meses son muchas las personas que deben trabajar desde casa, lo que hace que el equilibrio entre el trabajo y la vida privada sea más difícil que nunca. La dinámica del trabajo debe ser ajustada a esta nueva realidad", aseguraron los autores.

Apoyo social 

Del mismo modo, la pandemia también está cambiando el entorno relacional en el hogar. El estudio señala que la tensión económica y el aislamiento social durante los confinamientos pueden llevar a una escalada de conflictos y violencia en el hogar. A este respecto, los autores comentaron que "como sociedad, necesitamos ser conscientes de este problema y proporcionar apoyo social a las poblaciones vulnerables durante estos tiempos tan difíciles".

En conjunto, los resultados demostraron que la pandemia de la covid-19 no solo debe considerarse una emergencia sanitaria, sino que también supone una amenaza para la salud mental de la población general. "La pandemia nos sitúa en un escenario completamente extraordinario de incertidumbre en la que se combina la amenaza continua por el virus, información constante por parte de los medios de comunicación y medidas extremas por parte de los gobiernos".

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