Acusan a la sucesora de De Alfonso de tomar "represalias" contra sus empleados

El escándalo de las escuchas al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, junto al exdirector de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, continúa generando efectos colaterales. La exjefa de gabinete de De Alfonso, Assumpció Riba, ha acusado a la actual directora interina de la OAC, Maite Masià, de haber tomado "represalias" injustificadas contra trabajadores de la oficina. En una comparecencia ante la comisión de asuntos institucionales del Parlament, ha calificado de "arbitrarios" los ceses de la secretaria de De Alfonso, el suyo y de los jefes de área, y ha asegurado que el ambiente actual en la oficina es muy complicado.

Según Riba, la gente no sale a tomar café en grupo en la Oficina por miedo a ser visto como una reunión con fines oscuros

Riba ha afirmado que la filtración de las conversaciones entre De Alfonso y el ministro de Interior han generado un "trauma" entre los trabajadores, generando sensaciones como las de tristeza y desencanto. Ha descrito un ambiente en la oficina en el que todo "son sospechas, presunciones de conjuras y de culpabilidades", y ha asegurado que incluso la gente no sale a tomar café en grupo por miedo a ser visto como una reunión con fines oscuros.  

Ha censurado que los ceses no están debidamente motivados, por lo que no se ajustan a derecho, y ha criticado que las resoluciones en la que se incluyen estos ceses ni aparece donde se puede recurrir a ellos si no se está de acuerdo. Algunos diputados le han indicado que, si está descontenta con su despido, puede recurrir a él, y Riba lo ha contemplado: "Ejerceré mis derechos".

De Alfonso - Fernández Díaz

Ha garantizado que en ningún caso estaba al corriente de las polémicas reuniones entre De Alfonso y el ministro en funciones, ha explicado que un principio pensó que eran un "montaje", pero finalmente recomendó a De Alfonso que dimitiera antes de que el Parlament lo echara. Riba ha recordado que cuando se produjeron las reuniones entre De Alfonso y Jorge Fernández, en otoño de 2014, ella no formaba parte de la OAC, por lo que ve demostrado que nunca estuvo al corriente de ello y ha asegurado que todos los encuentros a los que ella asistió en ejercicio de su cargo fueron legales.

La exjefa de gabinete ha asegurado que quiso impulsar una "auditoría interna" para analizar qué mecanismos de la OAC habían fallado, pero ha expuesto que no lo pudo hacer porque Masià ya le había anunciado que no contaba con ella.