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España

Salvador Victoria dimitió cuando supo que Lucía Figar había convocado a la prensa para explicar su renuncia

La exconsejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar.

Cuando el consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, conoció que la consejera de Educación, Lucía Figar, había convocado una rueda de prensa para explicar las razones de su salida del Gobierno, decidió emitir un comunicado en el que presentaba su dimisión. Poco después Figar entregó en la consejería a la prensa toda la documentación relativa a los asuntos que le han llevado a los tribunales y que están relacionados con el posicionamiento de noticias sobre la consejería. La responsable de Educación tenía claro que tras serle notificada la imputación tenía que abandonar el Ejecutivo regional, aunque mantiene que no se ha tomado ninguna decisión punible.

Ciudadanos se ha cobrado sus dos primeras piezas. Ignacio Aguado lo advirtió en la visita que hizo el miércoles a la Asamblea de Madrid. Cristina Cifuentes –dijo- no ha tomado pasadas 24 horas ninguna medida en el PP tras la imputación de Salvador Victoria y de Lucía Figar. Cifuentes no pudo echar al polémico concejal de Moncloa, Álvaro Ballarín, el número 7 de su lista, tras conocerse que estaba imputado por un asunto urbanístico, y tampoco podía cesar a unos consejeros que no son suyos. El PP de Esperanza Aguirre suspendió la militancia e hizo dimitir a los implicados en la 'Púnica 1' a los pocos minutos de conocerse la noticia y, sin embargo, no ha tomado ninguna decisión con los dos consejeros cuando el momento era el más delicado de la negociación entre el partido y Ciudadanos.

Desde dentro se dice que ya hay un claro cambio entre muchos de los que hasta hace semanas eran férreos defensores de Aguirre. “Ha llegado la hora del cambio”, decía un conocido dirigente

“Ciudadanos –añadía Ignacio Aguado el miércoles- ha marcado unas líneas rojas claras que no se pueden traspasar y los madrileños no pueden levantarse cada día con un nuevo caso de corrupción política en la región”. Aguado exigió a la candidata que no echara balones fuera y que si ella no es capaz de tomar decisiones, le iba a pedir a Esperanza Aguirre que actuara de manera inmediata “para atajar el clima irrespirable de corrupción política que se vive en la Comunidad de Madrid”. Cifuentes hubiera querido la dimisión de los dos consejeros de la Comunidad de Madrid tras conocerse la imputación de ambos; de hecho, el consejero de Industria de Murcia, Juan Carlos Ruiz, dimitió a los pocos minutos de ser imputado y dejó en evidencia, una vez más, al PP. Pero Madrid es otra cosa.

Nadie entendía que en Murcia se tomaran decisiones y en Madrid, con el peligro de perder el Gobierno de la Comunidad, no se hubieran presentado las dimisiones de forma inmediata. Figar alega que no ha dimitido hasta que no ha recibido la citación y preparado la documentación para la prensa. El PP de Madrid tiene un lío de dimensiones descomunales. Tiene cerca de 90.000 militantes entregados a la derecha, pero la dirección está noqueada tras los resultados en la ciudad de Madrid. Desde dentro se dice que los órganos de gobierno no se reúnen hace meses y que ya hay un claro cambio entre muchos de los que hasta hace semanas eran férreos defensores de Aguirre. “Ha llegado la hora del cambio”, decía un conocido dirigente.

El liderazgo absoluto era hasta hace pocos años de Esperanza Aguirre. Sólo una minoría apoyaba al fallecido políticamente Alberto Ruiz-Gallardón. Pero Cristina Cifuentes, con un reducido grupo de colaboradores, ha tejido en poco tiempo algo más que una corriente. Tiene un núcleo duro en Madrid y también partidarios en localidades como Torrejón y Arganda, donde sus candidatos han ganado en las municipales. Salvador Victoria ha sido enemigo declarado de Cristina Cifuentes desde hace años, a la que ha lanzado ataques verbales y trampas, que la entonces delegada del Gobierno también contestó. La política hace que Victoria haya tenido que presentar su dimisión para permitir que Ciudadanos pueda apoyar a Cifuentes para que sea presidenta de la Comunidad de Madrid.

Cifuentes, si logra el apoyo de Ciudadanos, y se convertirá en presidenta de la Comunidad de Madrid. Desde ahí es más fácil hacerse con el partido, que es lo que Génova quiere. Eso supondría terminar con la época de Esperanza Aguirre, que es víctima de una victoria amarga en el Ayuntamiento de Madrid pues pese a ganar las elecciones no podrá gobernar.

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