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España

El espejo italiano: cuando la corrupción liquidó a los partidos tradicionales

Alfonso Rus y Rita Barberá.

El “caso Imelsa” ha sumido al Partido Popular de la Comunidad Valenciana (PPCV) en una crisis de grandes proporciones. Llueve sobre mojado. Corrupción es una palabra que mancha una y otra vez a esta formación política en la región. Por eso el PPCV ha convocado para la próxima semana una Junta Directiva con el propósito de designar una gestora que limpie la imagen.

La imputación de concejales y exediles en el Ayuntamiento ha sido un mazazo para una formación que buscaba la reconstitución de la mano de la presidenta regional, Isabel Bonig. Ya sólo queda un Congreso Extraordinario, la refundación. Italia es el ejemplo de cómo la corrupción terminó arrasando a los partidos tradicionales (Democracia Cristiana, socialistas).

Podemos y Ciudadanos han 'quitado' más de ocho millones a los partidos tradicionales

No bastan sólo la crisis económica y la incapacidad para renovarse de Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español para explicar su debacle en las elecciones generales del 20D. La corrupción también ha pasado factura. Dos partidos que no se presentaron a las elecciones de 2015 (Podemos y confluencias y Ciudadanos) lograron respectivamente 5.189.333 votos (20,66%) y 3.514.528 (13,93%).

PP, PSOE y Convergencia Democrática de Cataluña arrastran la corrupción de manera casi sistémica. Italia borró del mapa a los corruptos de toda la vida en los años noventa. Aunque no se limpió del todo, ni mucho menos, la política en aquel país. El vacío de poder llevó a lo más alto a Silvio Berlusconi y a Umberto Bossi.

Tangente, en italiano, significa comisión que se paga a los políticos a cambio de favores. Por eso la operación que liquidó a los partidos tradicionales se llamó ‘Tangentópolis’. La historia comienza en febrero de 1992 cuando Antonio Di Pietro, fiscal de Milán, ordenó la detención del socialista Mario Chiesa, cuando metía en su caja fuerte los 8.000 euros que acababa de ‘donarle’ el empresario Luca Magni.

Corrupción generalizada

Ese fue el comienzo del fin de la Democracia Cristiana y el Partido Socialista, dueños del poder, casta corrompida. La corrupción formaba parte del sistema y afectaba a la mayoría de los políticos y buena parte de los empresarios. Se suceden las detenciones a izquierda y derecha. Las revelaciones indican que el dinero no tenía como destino único la financiación de los partidos, que estaba llenando los bolsillos de no pocos políticos. La operación cambia de nombre y comienza a denominarse “Mani pulite” (manos limpias). Las calles son un clamor contra los corruptos. La Justicia procesa a más de 2.500 personas.

Bettino Craxi huyó a Túnez para escapar de la Justicia

Las elecciones de 1994 significan el fin de la Democracia Cristiana y el Partido Socialista, pero también el florecimiento de nuevos partidos y nuevos personajes, como la Liga Norte o Berlusconi. El magnate de los medios de comunicación nada más llegar al poder aprueba el llamado 'decreto salvaladrones', porque excluía de la pena de cárcel los delitos típicos de 'Tangentópolis', como corrupción, fraude, abuso de poder y financiación ilegal. La oposición fue tal que tuvo que retirar el decreto.

La Democracia Cristiana (DC) había gobernado Italia durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo pasado. El Partido Socialista Italiano (PSI) también cayó en desgracia. Su secretario general Bettino Craxi no pudo librarse de las consecuencias y se 'exilió' en Túnez. El partido se disolvió en 1994. La herencia socialista fue recogida por Socialistas Italianos y Federación Laborista, que participó activamente en la creación de Demócratas de Izquierda.

Adiós al comunismo

Una de las perversiones del sistema italiano es que tuvieron que pactar (sucesivas veces) hasta cinco partidos, lo que se conoció como el Pentapartito, donde estaban PSI, DC, PSDI, Partido Liberal y Partido Republicano.

La disolución del Partido Comunista Italiano está más relacionada con la caída del bloque comunista en Europa

El Partido Comunista Italiano, uno de los referentes ideológicos de la izquierda en Europa, fundado en 1921, se disolvió 70 años después. Algunos de sus líderes, como Antonio Gramsci, Palmiro Togliatti o Enrico Berlinguer (inventor del eurocomunismo) forman parte de la historia ideológica del movimiento. Con un gran apoyo popular conseguía atraer en las elecciones a entre un cuarto y un tercio de los votantes.

En las elecciones al Parlamento Europeo de 1984 fue el partido más votado de Italia, con 12 millones de sufragios. En este caso su disolución tiene más que ver con la caída del bloque comunista que con la corrupción, marca de la casa especialmente de socialistas y democristianos. Sus partidos sucesores fueron el Partido Democrático de la Izquierda, abiertamente socialdemócrata, y el Partido de la Refundación Comunista.

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