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España

La contaminación del aire urbano cae un 38% en España por el coronavirus

Vista de las "cuatro torres" de Madrid con la boina de contaminación

Los niveles de contaminación del aire en varias de las principales ciudades de España se han reducido un 38% entre marzo y octubre de este año en comparación con la última década debido principalmente a la reducción del tráfico de vehículos para contener la pandemia del coronavirus.

Así lo asegura Ecologistas en Acción en su informe 'Efectos de la crisis de la covid-19 sobre la calidad del aire urbano en España', dado a conocer este jueves. El estudio se basa en datos oficiales de dióxido de nitrógeno (NO2) recogidos entre el 1 de marzo (el día 14 de ese mes se decretó el primer estado de alarma) y el 31 de octubre en 129 estaciones de medición repartidas en 26 ciudades (todas las mayores de 150.000 habitantes con más de una estación) en comparación con los niveles de esas fechas en la década entre 2010 y 2019.

Esos municipios son A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Burgos, Cádiz, Castellón de la Plana, Córdoba, Gijón, Granada, Las Palmas de Gran Canaria, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Palma, Pamplona, San Sebastián, Santa Cruz de Tenerife, Santander, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vigo, Vitoria y Zaragoza.

Por tanto, el análisis muestra la evolución de la calidad del aire urbano durante el confinamiento domiciliario, las diferentes fases de desescalada, la 'nueva normalidad' y los primeros días del segundo estado de alarma, decretado el pasado 25 de octubre con limitaciones fundamentalmente en la movilidad nocturna.

El NO2 es el contaminante típico emitido por los tubos de escape de los automóviles (además de por las calderas industriales y domésticas), por lo que su evolución está directamente ligada a las emisiones del tráfico motorizado porque ésta es su principal fuente en las ciudades y el factor más destacado que influye en la calidad del aire urbano.

Según el informe, los niveles de contaminación atmosférica por NO2 entre marzo y octubre de este año en el conjunto de las 26 ciudades estudiadas fueron un 38% inferiores en comparación con la media de los ocho meses equivalentes de la última década.

Esa reducción es generalizada en todas las ciudades, aunque oscila entre un 23% en Cádiz y Málaga y casi el 50% en A Coruña, Alicante, Palma, Santander, Valencia, Vigo y Vitoria. En Madrid y Barcelona, el descenso de las concentraciones de NO2 es de un 41%, mientras que Sevilla muestra una bajada del 36% y Zaragoza, del 30%.

Distintas fases

Tras la declaración del primer estado de alarma, el 14 de marzo, se produjo una reducción drástica de los niveles de contaminación atmosférica por NO2 en las principales ciudades españolas, con una caída de hasta un 52% entre ese día y el 20 de junio, último día con esa figura constitucional en vigor. Ese descenso fue el más bajo en marzo, abril, mayo y junio de la última década en todas las ciudades analizadas. Entonces, la contaminación estuvo muy por debajo del límite legal de la UE, incluso en las estaciones orientadas al tráfico, donde suelen superarse esos umbrales con frecuencia.

Con el inicio de la desescalada y del verano, el 21 de junio, comenzaron a producirse más diferencias entre las ciudades debido a los distintos ritmos de vuelta a la actividad habitual, según los sectores predominantes. Así, la reducción de la contaminación hasta el 31 de agosto fue de sólo un 15% en las principales localidades andaluzas y valencianas, con una mayor presencia del sector turístico. En municipios de Galicia y en Palma (dependiente de un turismo extranjero que apenas ha existido este año), la polución se redujo un 40% respecto al promedio de la última década. De media, la contaminación bajó en las principales ciudades españolas un 28% durante ese periodo veraniego.

Los niveles de NO2 descendieron un 29% en septiembre y octubre, pero con diferencias, pues se redujo sólo un 4% en Málaga y un 47% en Oviedo. Aunque las medias mensuales siguen por debajo del valor límite anual legal, se observa una tendencia al alza en la mayoría de los municipios.

Propuestas

Para Ecologistas en Acción, el periodo de estudio de ocho meses permite descontar el efecto de la meteorología y da robustez a la principal conclusión, y es que, pese a que aspectos meteorológicos durante la primavera pudieron contribuir a rebajar la contaminación en el este y el sur de la península durante la primavera, la extensión espacial y temporal de la mejoría de la calidad del aire apunta a la reducción de las emisiones de transporte e industria como el factor decisivo.

El NO2 provoca cada año en España alrededor de 6.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Se trata de un gas irritante que agrava las enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones. Diversos estudios relacionan la mortalidad de la enfermedad covid-19 con la contaminación atmosférica.

Según Ecologistas en Acción, la crisis de la covid-19 demuestra que la reducción estructural del tráfico motorizado y los cambios en las pautas de movilidad son la mejor herramienta para rebajar la contaminación del aire en las ciudades. "El final del periodo más agudo de la crisis no puede llevar a una vuelta a la normalidad en lo que a movilidad se refiere, y mucho menos a un aumento del uso del vehículo motorizado privado en detrimento de formas de movilidad más sostenibles, como parece indicar el aumento de los índices de tráfico para casi todas las ciudades, en los últimos meses", apunta.

Durante la desescalada que siguió al primer estado de alarma se establecieron algunas medidas beneficiosas para la salud y el bienestar general, como la ejecución de carriles bici y carriles bus en algunas ciudades, pero esas medidas no fueron generalizadas.

Para evitar la vuelta a patrones de movilidad insostenibles, Ecologistas en Acción propone que se establezcan y consoliden buenas prácticas como la compra de proximidad, el teletrabajo voluntario, la administración electrónica o el escalonamiento de horarios laborales.

Además, apuesta por potenciar la movilidad activa peatonal y ciclista, y un límite de velocidad urbana en 30 km/h (lo que entrará en vigor el 11 de mayo de 2021 en la mayoría de las calles de España) como un primer paso hacia la implantación de ambiciosas zonas de bajas emisiones en todas las ciudades con más de 100.000 habitantes (lo que podría ser una realidad en 2023 porque así figura en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, ahora en fase de tramitación parlamentaria en el Congreso).

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