El 'código ético' de Bildu: sus candidatos pueden ser asesinos, pero no corruptos

Bildu ha copado el panorama social y mediático en las últimas semanas por razones políticas. La inclusión en las listas de las próximas elecciones municipales y autonómicas del 28-M de 44 condenados por pertenencia y colaboración con ETA ha terminado de agitar el cóctel de tensión tan tremendo que vive la sociedad española desde que empezó el último año de legislatura del actual Gobierno de coalición.

Esta situación fue denunciada por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE), que especificó que siete de las 44 personas incluidas habían sido condenadas por asesinato. Algo que, según Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE, consideró "especialmente grave” y “un peligro para la democracia” que personas con un historial criminal y terrorista opten ahora a cargo público, sin que se tengan en cuenta sus antecedentes penales. En total, los 44 de Bildu sumaban penas de más de 480 años.

Esta falta de respeto a la memoria de las víctimas y de la democracia puso en jaque al PSOE, hasta el punto de ser el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el que alzara la voz después de su primer encuentro con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca, alegando que "hay cosas que pueden ser legales, pero no decentes". Un discurso que siguió en el Congreso, donde afeó a la formación vasca la elaboración de las listas con su famoso "se han equivocado".

Bildu, tratando de calmar las aguas, comunicó que los 7 condenados por asesinato no recogerán el acta de concejal en caso de salir elegidos. Arnaldo Otegi, coordinador general de EH Bildu, compareció para leer una declaración de la Mesa Política del partido, en la cual aplaudió la decisión adoptada sus candidatos, lamentando una "nueva inaceptable campaña de acoso y derribo por parte de determinados sectores de la derecha española".

El 'código ético' de Bildu

Los códigos éticos de los partidos políticos siempre han sido motivo de discusión por incluir 'cláusulas' morales relacionadas con distintas situaciones económicas que después, tras verse envuelto algún miembro del mismo en ellas, no han sancionado al afectado acorde al reglamento interno. En el caso de EH Bildu, un partido que cuenta con miembros ligados en el pasado a la banda terrorista ETA, habría de presuponer una cierta firmeza por encima del resto de formaciones en este apartado.

Sin embargo, cuando se lee el código ético de Bildu, no encuentra rastro alguno de las palabras terrorismo, asesinato, secuestro o tortura. Y es que el partido no incluye en su código ético el terrorismo como causa de expediente o cese de sus cargos públicos o internos, algo que sí contempla para delitos como la corrupción, el racismo, la pederastia o el maltrato infantil.

Todos estos puntos convergen en el apartado de 'compromisos públicos' que los miembros de Bildu deben adoptar. En el decálogo, se incluyen una serie de delitos que son motivo de cese "inmediato" en caso de que alguno de sus integrantes sea investigado o condenado por ellos.

“EH Bildu cesará de forma inmediata, en la medida que sea posible, a los cargos públicos y a los cargos internos con proyección pública y política que sean investigados, procesados o condenados por delitos de racismo, xenofobia, lgtbfobia, violencia de género, acoso por razón de sexo, pederastia o maltrato infantil. En el caso de que existiesen acusaciones fundadas contra cualquier miembro de la comunidad de EH Bildu, se aplicarán los protocolos establecidos para cada caso y se actuará en base a lo que dispongan”.

Nada de delitos relacionados con el terrorismo que han perpetrado sus candidatos. Ni una sola línea. Además, los abertzales se muestran tajantes con los delitos económicos. Bajo el late motiv de “tolerancia cero ante la corrupción”, Bildu anuncia en su código ético que también cesará a cargos públicos e internos que sean investigados, procesados o condenados por "delitos de corrupción, económicos, contra los derechos de las personas trabajadoras, ecológicos o urbanísticos”.

Aunque es reseñable, no podemos catalogar de sorpresa el hecho de que en la redacción de este código ético se excluyan delitos de tamaña índole, ya que dejaría a decenas de miembros fuera del EH Bildu.

En el caso de otros partidos de la esfera política española, tales como el PP o PSOE, sí se incluye directa o indirectamente hechos o delitos relacionados con el terrorismo. En el caso de los populares, si uno acude a leer su código ético, se encuentra con que "el Partido Popular está totalmente comprometido con la lucha conta el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo". No es una alusión absolutista, pero ahí está de algún modo.

Los socialistas, por su parte, concurren que "cualquier persona candidata o cargo público del PSOE, antes de acceder al ejercicio de cualquier responsabilidad, deberá firmar el Compromiso Socialista, en la que declara no haber incurrido en delito alguno ligado a corrupción, violencia de género, delitos de acoso o discriminación, contra la libertad e indemnidad sexuales, torturas o contra la integridad moral".

Unidas Podemos habla de cese en caso de incurrir en delitos como "corrupción, económicos, acoso sexual, violencia machista, pederastia y el maltrato infantil", sin hacer mención a nada de terrorismo. Ciudadanos señala más la corrupción. En el caso de las cuatro formaciones no existe una necesidad implícita de denunciar estos hechos, ya que ninguna cuenta con personas relacionadas con ETA entre sus filas. Bildu sí. De ahí la indignidad que supone no mencionarlo.