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España

Sangría de afiliados en Ciudadanos desde el giro de Inés Arrimadas

Inés Arrimadas en un acto en la sede nacional.

Ciudadanos está sufriendo una hemorragia de abandonos en el seno de su militancia que no logra taponar. Desde las primarias internas de febrero, que ganó la candidatura oficialista de Inés Arrimadas frente al sector crítico de Francisco Igea, la formación naranja ha perdido cerca de 5.000 afiliados, entre ellos varias 'caras ilustres' como Juan Carlos Girauta, Carina Mejías o Marcos de Quinto que se han dado de baja de Cs por desavenencias con la nueva dirección.

De los 27.402 censados para aquella consulta se ha pasado a los 22.700 de la actualidad, lo que equivale a un descenso del 17,1%, según datos internos de afiliación a los que ha tenido acceso Vozpópuli en exclusiva. De estos 22.700 afiliados naranjas, sólo unos 18.000 lo son de pleno derecho. Es decir, están al corriente de pago de las cuotas del partido, no tienen abierto ningún expediente sancionador y cuentan con una afiliación mínima de seis meses, así que la sangría puede ser mayor de lo que indica el censo sin purgar.

El partido naranja alcanzó su máximo número de afiliados hace un año coincidiendo con las elecciones generales de abril de 2019, cuando llegaron a los 33.938 militantes con Albert Rivera, pero posteriormente ha ido perdiendo apoyos de forma constante.

En el último año, por ejemplo, la caída de los casi 34.000 afiliados a los 22.700 de la actualidad supone tener un 33% menos de militancia y volver a los guarismos de febrero de 2017 cuando la formación naranja empezó su expansión nacional fuera de Cataluña.

Albert Rivera durante su discurso del 10-N tras conocer los resultados electorales.

En la última etapa de Rivera se hizo hincapié en que muchos de los abandonos -unos 6.500 hasta la debacle del 10-N y el posterior trabajo de la gestora- se debían a que los resultados de las autonómicas y municipales del 26-M no habían colmado las aspiraciones de un sector de la militancia que veía la política como una oportunidad y que, por ello, dejaba la formación liberal al no tocar poder a nivel local o regional.

Tras el 10-N, Ciudadanos disfrutó de un 'efecto rebote' en el número de afiliados al registrar un aumento de 350 afiliados en la primera semana después del hundimiento electoral. Pero fue un espejismo porque la huida de militantes ha sido continua desde entonces y no parece haber tocado fondo pues se siguen produciendo bajas durante la presidencia de Arrimadas.

Desde febrero, cada mes se ha perdido de media un 2-3% de la militancia. Y lo peor es que el giro estratégico de Arrimadas durante la pandemia del coronavirus ha acelerado la fuga de afiliados. En junio, por ejemplo, se perdió el 6% de la militancia en la Comunidad de Madrid. En Andalucía y la Comunidad Valenciana, las otras regiones con mayor número de afiliados, los descensos han sido del 5% y 4% respectivamente.

Así las cosas, Madrid ha pasado de tener 5.900 militantes cuando Arrimadas llegó a la presidencia de Ciudadanos a contar ahora con apenas 4.000 afiliados. En Andalucía, la situación es muy similar: de los 6.000 de hace unos meses se ha pasado ahora a 4.400 militantes. Mientras, en la región valenciana había 3.500 a principios de año y en la actualidad sólo quedan 2.700 en liza.

Los primeros síntomas

En octubre del año pasado, poco antes del 10-N, ya hubo síntomas de que había empezado la caída de afiliación cuando el partido envió un informe a los 160 miembros del Consejo General, el máximo órgano del partido entre asambleas, en el que se omitieron los datos de militancia y simpatizantes a diferencia de un documento previo que se les entregó en junio, cuatro meses antes.

Estadísticamente, el dato de afiliación de hace un año fue el último incremento oficial de militancia que tuvo Ciudadanos. Desde entonces, la formación centrista encadena caídas con el breve paréntesis del citado 'rebote' tras el 10-N. Y el resultado de ello es que el partido va menguando en tamaño.

Un dato esclarecedor es que para la última Asamblea General que entronizó a Arrimadas en la presidencia de Cs, los militantes pudieron elegir a un total de 355 compromisarios para que les representasen en el cónclave, lo que supuso casi un 25% menos que en el congreso de hace tres años, cuando los representantes electos fueron 479.

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