La vacuna para la difteria, tétanos y tos ferina (DTP) que se administra a los niños podría generar una inmunidad cruzada que protege a la población pediátrica frente al SARS-CoV-2. Así lo asegura investigador del departamento de Inmunología de Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, Pedro A. Reche, en un estudio que ha sido publicado en la revista 'Frontiers in Immunology'.
El inmunólogo explica a Vozpópuli que la vacuna triple bacteriana podría inducir una fuerte memoria inmunitaria con reactividad cruzada frente al coronavirus. La DTP se aplica mundialmente durante el primer año de vida (3 a 4 dosis) con un refuerzo a los 4 o 6 años y una dosis de baja carga antigénica entre los 9 y 15 años.
Reche considera que los adultos, población con casos más graves por el contagio de Covid-19, debería ponerse la dosis de baja carga antigénica
Este último recuerdo ya es recomendable para la población adulta y también suele aplicarse a las mujeres embarazadas. Reche considera que los adultos, población que se ha visto más afectada con mayor gravedad por la Covid-19, debería ponerse esa dosis de baja carga antigénica. "Existe una posibilidad seria de que proteja contra el coronavirus", concluye.
El científico de la UCM inició su trabajo durante el confinamiento de marzo. Partió de la correlación que parece existir entre la edad y los casos de coronavirus más graves. Las incógnitas en torno al SARS-CoV-2 son demasiadas, pero si hay algo que une a la comunidad científica es esa asociación entre la gravedad de los casos a los grupos de edades más avanzadas.
"Como inmunólogo, la hipótesis más plausible por la cual un niño de menos de un año no contraiga un virus puede venir de las vacunas pediátricas que se les aplican o, incluso, que se les aplican a sus madres durante el embarazo", señala.