Quantcast

España

Villalobos, primera víctima de la 'limpia' que el PP le reclama a Rajoy

Celia Villalobos, con Mariano Rajoy.

Celia Villalobos es la primera víctima de la renovación que le reclaman con insistencia a Mariano Rajoy tanto desde altos cargos de la dirección nacional como numerosos responsables territoriales. Tanto en la cúpula del partido, en especial los jóvenes vicesecretarios designados el pasado año, como señalados barones con responsabilidades regionales, que no ocultan su impaciencia para que se aborde cuanto antes la necesaria y siempre postergada regeneración. La necesidad de alcanzar a acuerdos con otras formaciones de cara no sólo a la incierta investidura sino, especialmente, a la labor de un gobierno sin un amplio apoyo parlamentario, obligará a Rajoy a abandonar su tradicional pereza a la hora de llevar a cabo cambios en sus equipos, de acuerdo con las fuentes de Vozpópuli.

La exalcaldesa de Málaga, Celia Villalobos ha sido la primera víctima de una lista que, desde las instancias mencionadas, se reclama más amplia y drástica. El primer síntoma de que el rumbo empieza a virar se produjo este lunes, al aceptar Rajoy el veto indirecto de Ciudadanos a Jorge Fernández Díaz y Dolores Cospedal, dos pesos pesados de la formación conservadora, con una hoja de servicios salpicada de escándalos y de polémicas. El presidente en funciones tomó nota de las sugerencias de Albert Rivera y optó por sacar del Ejecutivo a una de sus piezas más fieles y fiables, Ana Pastor, quien se convirtió este martes, de rebote, en presidente de la Cámara. 

Un sillón eterno

Tras las elecciones del 20-D, la continuidad de Villalobos en la Mesa, donde sobrevivía desde hace tres años, produjo enorme malestar interno, tanto en la dirección regional andaluza, como en importantes despachos de Génova. Los nuevos aires políticos soplan ya en otra dirección. Rajoy ha tomado finalmente la decisión de apartarla de su eterno sillón y la ha enviado a una discreta  portavocía del grupo parlamentario, aprovechando que el PP ha perdido un puesto en la Mesa del Congreso, donde sí se quedan Rosa Romero, fiel de Cospedal, y Alicia Sánchez Camacho, que apenas tiene ya responsabilidades en Cataluña.

El siguiente paso en esta senda de la regeneración y la renovación de rostros y perfiles deberá percibirse en la composición del futuro Gobierno de Rajoy, en el caso de que logre superar el difícil trance de la investidura. En los pasillos del Congreso eran insistentes las voces de diputados del PP que sugieren la necesidad de abordar cambios cuanto antes A partir de ahora habrá que negociar cada ley, cada iniciativa, lo que requerirá un estilo distinto y unos protagonistas diferentes. Ministros más políticos y menos técnicos, con cintura para el acuerdo, hábiles en el diálogo y eficaces a la hora de buscar consensos. 

Llegan a Rajoy numerosos comentarios en este sentido. Este martes en los pasillos del Congreso, con motivo de la constitución de las Cámaras, se escuchaba con insistencia, en boca de diputados populares, esta reclamación de proceder a una renovación urgente, la purga tan altamente reclamada. La toma de posesión de Rita Barberá de su sillón en el Senado, acompañada de pitidos y gritos en la Cámara Alta, es otro de los síntomas de este anquilosamiento en las filas del PP. En privado se insiste en esta reivindicación. Otra cosa es que, como ocurrió este lunes, nadie ose mencionar el asunto ante Rajoy cuando se reúne el Comité Ejecutivo del PP. "Rajoy sabe de sobra lo que tiene que hacer, y lo hará. A su tiempo. Habrá sorpresas en su nuevo gobierno", comentaba un veterano diputado en un alto en la sesión. 

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.