Como es sabido, tras el fracaso del 'procés', el separatismo ha centrado su batalla en la extensión del monolingüismo en catalán. Una batalla que el movimiento, junto a la izquierda catalanista, no circunscribe a la comunidad autónoma catalana —donde se cuenta por primera vez con una 'conselleria' dedicada a la materia— sino también a Francia. En particular, al territorio del sur del país llamado el Rosellón pero que el nacionalismo ha rebautizado como la 'Catalunya Nord' y que en su imaginario forma parte de los Països Catalans. Recuérdese, si no, que en 2020 el fugado Puigdemont celebró un mitin multitudinario en la capital de la zona, Perpiñán, en el que celebró hallarse "de nuevo en Cataluña".
Ahora, el territorio vuelve a situarse en el candelero catalán debido al grito de auxilio lanzado en los últimos días por la Escola Bressola, una red de colegios franceses en los que se aplica la inmersión en catalán y con valores próximos al nacionalismo catalán. Debido a su sintonía con el proyecto, los seis colegios de la Bressola han recibido inyecciones económicas por parte de la Generalitat desde 2016 que ascienden a 4.212.276 euros. Y este año, el Ejecutivo de Salvador Illa mantendrá la partida de 615.000 euros que destinó el año pasado el Gobierno de Pere Aragonès. Con todo, el presidente de la entidad, Guillem Nivet, se ha embarcado en una gira por Cataluña para reclamar más dinero alertando de que, en caso contrario, se verán obligados a cerrar centros y subir las cuotas.
La gira de Nivet ha encontrado un eco extraordinario en los medios y partidos nacionalistas. Sin ir más lejos, su presidente fue invitado el miércoles pasado al parlamento catalán, donde relató la indiferencia del Gobierno francés al proyecto —pese a que aporta un 3,7% del presupuesto de estas escuelas—, por lo que precisan de más recursos con urgencia. Y ello a pesar de que las listas de espera para inscribirse en estos centros, que atienden a poco más de un millar de alumnos, "no paran de crecer". "Y no poder dar respuesta a estas demandas es un drama absoluto, particularmente en una sociedad donde el catalán se encuentra tan debilitado", protestó.
El Govern tenía previsto aumentar las ayudas
El Govern de Illa se ha mostrado sensible a estas peticiones de una entidad "sin ánimo de lucro" que persigue "recuperar el catalán", uno de los pilares de su legislatura. Tanto es así, que este año había proyectado incrementar en 150.000 euros la partida a la Bresola, de modo que el montante aportado por la Generalitat alcanzase los 800.000. Pero la ausencia de presupuestos —que se ha visto obligado a prorrogar ante la falta de apoyo de sus socios— le han dejado sin margen de maniobra. Ante esta situación, la entidad no ha dudado en acudir a las cuatro diputaciones catalanas, que se han mostrado dispuestas a encontrar "vías" para transferir más dinero a la Bressola.
El nacionalismo, por su parte, ha aprovechado la coyuntura para echar el resto contra Illa, al que suelen acusar de descuidar la cuestión lingüística —tesis no sustentada por su acción de gobierno, coincidente en este terreno con la del secesionismo—. El expresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se desplazó ayer a Francia para visitar dichas escuelas, desde donde reclamó al Govern que respalde a la Bressola con "más intensidad". Antes, los republicanos ya habían llevado el asunto al Congreso exigiendo a Sánchez "medidas inmediatas" para ayudar a estos centros, que consideran una "herramienta fundamental de resistencia cultural y lingüística".
Junts, por su parte, mostró su solidaridad enviando a Nivet una carta firmada por su líder, Carles Puigdemont, y su secretario general, Jordi Turull. En ella, ofrecían a la Bressola su apoyo en el plano "institucional" y en el de la "concienciación y movilización", ensalzando que esta red escolar "ha ayudado a formar niños arraigados a la nación y a la lengua". Mientras, Òmnium Cultural lanzó una campaña entre sus seguidores que recaudó más de 50.000 euros en tan solo 48 horas.
La cruzada por salvar a la Bressola convive, paradójicamente, con el estado declinante de las escuelas en Cataluña. Por ejemplo, casi 20.000 alumnos siguen estudiando en barracones, con las dificultades que dichas instalaciones, de carácter provisional, acarrean a niños y profesores. En el momento actual, hay 937 barracones, y está previsto construir 18 nuevos, que costarán 4,3 millones de euros, según informó Educación tras una pregunta de Vox. Por otro lado, la Síndica de Greuges publicó un informe a finales del mes pasado en el que llamaba a capítulo a la Generalitat por las lagunas de los colegios catalanes en términos de inclusión. En concreto, criticaba la falta de personal, la falta de formación de los docentes y la ausencia de apoyo para las extraescolares, cuestiones que copaban las quejas recibidas por esta institución en 2023: alrededor de 200.
lepanto2012
08/02/2025 19:22
Y que esto lo estemos pagando los españoles a esta gentuza nazi catalana