Cataluña

Junts tiende puentes con la ultra Aliança Catalana y mete a Illa en el congelador

Los neoconvergentes levantan el cordón sanitario a los de Orriols en Ripoll mientras rechazan negociar los presupuestos con el PSC en el Parlament

  • La líder de AC, Sílvia Orriols, en el Parlament -

 

La irrupción de Aliança Catalana en el tablero político catalán ha trastocado la estrategia del resto de fuerzas nacionalistas. Hasta ese momento, éstas habían tendido un cordón sanitario a la extrema derecha en la que incluían únicamente a Vox, excluyendo a esta formación de todos los órganos parlamentarios y evitando respaldar cualquiera de sus iniciativas. Una norma que, junto a las fuerzas de la izquierda, han cumplido sin excepción desde 2021. Sin embargo, el aterrizaje del partido de Orriols en el Parlament les obligó a extender el 'pacte antifeixiste' a esta formación, que, exceptuando una mayor beligerancia contra la inmigración extranjera, enarbola un discurso identitario hostil con el resto de España coincidente con el suyo.

 

Esta postura ha supuesto un quebradero de cabeza especialmente a Junts per Catalunya. Al compartir con AC buena parte de su 'target electoral' en la Cataluña interior, los de Puigdemont habían tratado de distanciarse sobre el papel de Orriols sumándose al cordón sanitario, pero endureciendo en la práctica su discurso contra la inmigración. Este mismo jueves, los neocovergentes anunciaron que impulsarán una ley catalana sobre la cuestión si obtienen el traspaso total de la gestión, tal y como acordaron con el PSOE a cambio de su apoyo a dos decretos leyes del Gobierno. "Lo que no vale es que tengamos las competencias para hacer lo mismo que hace España", justificaron. Y es que, como desvelaron en una ponencia el pasado octubre, pretenden ligar los "derechos inclusivos" de los inmigrantes a su conocimiento del catalán.

 

Pero su respaldo al dique "antifascista" frente a AC no ha tardado en agrietarse. En octubre, durante el Debate de Política General, los de Puigdemont se abstuvieron en una propuesta de Orriols que reclamada reactivar la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) de 2017. Ante la estupefacción del resto de partidos independentistas, que votaron en contra, Junts adujo que no pensaban "votar siempre en contra" de las iniciativas de Aliança Catalana, "sea cual sea el contenido". Un argumento con el que parecía levantar en la práctica el cordón sanitario a Orriols, si bien luego justificó su abstención porque no comportaba que la propuesta de AC saliese adelante.

 

Libertad de voto en Ripoll

Tras estos titubeos, el acercamiento de Junts a Aliança ha dado esta semana otro salto cualitativo. Ante la votación de los Presupuestos en Ripoll, localidad de la que es alcaldesa Sílvia Orriols, tanto las agrupaciones de ERC como la de Junts en esta población sorprendieron este miércoles revelando que contemplaban apoyar las cuentas del partido ultra si éste atendía una serie de demandas. El revuelo suscitado obligó a la dirección de ERC a cerrar en seco dicha posibilidad, pero Junts guardó silencio sobre la cuestión un día entero. Finalmente, el jueves desveló que descartaba otorgar un 'sí' a los presupuestos, pero se reuniría igualmente con Orriols. A ello se le suma que, a diferencia de Esquerra, la dirección de Junts ha concedido libertad de voto a su agrupación de Ripoll —lo que facilita eventuales pactos en el futuro—.

Paralelamente, la formación de Puigdemont ha escenificado estos días el supuesto abismo que le separa de los socialistas de Salvador Illa en el Parlament —pese a que, como han hecho notar diversos analistas, la hoja de ruta con la que está gobernando Illa recuerda poderosamente a la que podría haber puesto en práctica la antigua Convergència—.

 

Así, el presidente de Junts en la Cámara catalana, Albert Batet, dejó claro el jueves pasado que su partido no solo no pensaba respaldar las cuentas del PSC, sino que ni siquiera accedía sentarse a negociar con éste. "No tiene sentido que tras cinco meses de la investidura del 'president' Illa, lo que él pretenda sea negociar y aprobar los Presupuestos con Junts. ¿Qué lógica es esta?", se preguntó, conminando a Illa a entenderse con sus socios de investidura. Una postura cuya dureza está en  consonancia con los ataques de tintes personales que Puigdemont lanzó estas Navidades a Illa, al que recriminó tratarle como un "delincuente" por haber evitado reunirse con él.

 

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