Un aspecto que suele llamar la atención a los turistas que visitan Barcelona es que la rotulación de sus calles se encuentre únicamente en catalán. Y, aunque catalanistas o nacionalistas les expliquen que la ausencia del castellano se debe a una discriminación positiva respecto al catalán —haciendo hincapié en que se trata de "lengua propia" de la comunidad—, los visitantes acostumbran a mostrar perplejidad ante el monolingüismo institucional de una ciudad con dos idiomas oficiales —siendo uno de ellos, además, tan internacional como el español—. Sin embargo, no se trata del único elemento del callejero barcelonés en el que se transparenta la ideología catalanista de la Administración. Y es que, en los últimos tiempos, cada vez son menos las calles que contienen en su nombre alguna referencia a España. 

En este sentido, el anterior Ejecutivo —del que también formaba parte Collboni— alteró en distintas ocasiones el nomenclátor de la ciudad para borrar cualquier rastro de la Corona española. Así, la Plaza Juan Carlos I ha pasado a llamarse Cinc d'Oros, la Avenida del Principe de Asturias ha cambiado su nombre por el de Riera de Cassoles y la Avenida de Borbón pasó a convertirse en la Avenida dels Quinze. Sin olvidar que el Salón de Plenos de la Reina Regente se rebautizó como Saló Pi i Sunyer. En otras ocasiones, no fue necesario que el nombre estuviese vinculado a la monarquía, y, por ejemplo, la plaza de la Hispanidad fue renombrada como plaza de Pablo Neruda. Y esta misma semana, el consistorio ha anunciado que iniciará los tramites para cambiarle el nombre a la calle Aviador Ruiz de Alda, dedicada al militar y pionero de la aviación Julio Ruiz de Alda.

En este caso, la decisión se ha tomado porque Ruiz de Alda también fue cofundador de la Falange Española. "Este gobierno municipal considera que cambiar los nombres franquistas de las calles es un paso fundamental para reforzar los valores democráticos en una sociedad como la barcelonesa, comprometida con los derechos humanos, la justicia social y la reparación histórica", argumentó la segunda teniente de alcalde Maria Eugènia Gay tras aceptar un ruego presentado por ERC. No obstante, ello no explica porque el consistorio se ha resistido a renombrar otras arterias barcelonesas que homenajean a figuras nítidamente enemistadas con los valores democráticos. Y de las que resulta significativo que todas ellas formasen parte del nacionalismo catalán —o incluso vasco—.

Ideológos de la "raza catalana"

Uno de los casos más notorios es de la calle dedicada en Sarrià a Enric Prat de la Riba, uno los fundadores del catalanismo moderno en el siglo XIX y autor de sentencias tan teñidas de hispanofobia como la que sigue: “Cataluña es la principal representante de la civilización europea en ese fajo mal atado de tribus africanas que el Estado español encarna”.Un etnicismo también presente en el escritor Pompeu Gener, otro ideológo del catalanismo con calle en la Ciudad Condal —ésta, en la Barceloneta— que dejo dicho que el "pueblo catalán es de una raza superior a la de la mayoría de los que forman España". "Sabemos por la ciencia que somos arios", añadió. Sin olvidar que Bartolomé Robert, un doctor conocido por medir cráneos para probar la superioridad de la "raza catalana", cuenta con un monumento de grandes dimensiones en la céntrica Plaza de Tetuán.

Pero tal vez la calle más controvertida es la dedicada al fundador del PNV Sabino Arana, situada en el barrio de les Corts y que ha protagonizado distintos intentos de cambio de nombre —el último, lo ha iniciado esta semana la entidad Convivencia Cívica Catalana, que está recogiendo las firmas necesarias para que el Ayuntamiento debata renombrarla como Calle de Miguel Ángel Blanco—. No en vano, entre el abundante repertorio racista de Arana se cuenta haber afirmado que los españoles "más que hombres semejan simios poco menos bestias que el gorila" o que el roce del pueblo vasco con el español causa en el primero "ignorancia y extravío de la inteligencia, debilidad y corrupción". Antes de CCC, también exigieron renombrar esta calle formaciones como Ciudadanos o el PP de Barcelona, cuyo líder Daniel Sirera considera que Collboni no ha roto con el "colauismo" por su sectarismo en cuestiones como ésta.

• Tags
• Barcelona
• Cataluña