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Cáritas atendió a 500.000 personas más tras la irrupción del covid-19

La soledad y la brecha tecnológica que trajo el covid-19 afectaron especialmente a quienes ya lo estaban pasando mal

Fila de personas en una cola de Cáritas
Una fila de personas aguardan turno para entrar al economato de Cáritas en el distrito madrileño de Tetuán. EFE

Cáritas Española ha tenido que afrontar un aumento de la demanda de ayuda a personas que han visto perjudicada su situación por la emergencia social causada por el covid-19. En el último año, la organización ha tenido que atender a 500.000 personas más, que no habían acudido antes o hacía tiempo que no recurría a la ayuda de Cáritas.

Es uno de los datos que difundió este martes Cáritas Española durante la rueda de prensa en la que rindió cuentas de la actividad desarrollada en los últimos meses. Intervinieron el presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón; su secretaria general, Natalia Peiro; y el coordinador de Estudios de la organización católica, Raúl Flores.

Natalia Peiro mostró la "aflicción" por la situación que viven los más vulnerables y por las pérdidas humanas que ha dejado la pandemia, también dentro de la organización. En su intervención subrayó que "desde que comenzó la crisis sanitaria y las restricciones a la movilidad, el empeoramiento en las condiciones de vida de la población se sintió muy rápidamente en nuestra red estatal de recursos de acogida y asistencia". "Sólo en los primeros meses de la pandemia las demandas de ayuda que recibieron en toda España las Cáritas se incrementaron un 57% y hubo períodos y determinados espacios territoriales en los que muchas Cáritas vieron cómo se triplicaban las solicitudes de ayuda", subrayó.

En términos absolutos, según el recuento de la organización, esta crisis ha provocado que en torno a 500.000 personas hayan llamado por primera vez a las puertas de Cáritas o hayan acudido después de mucho tiempo sin necesitarlo. De hecho, durante esta crisis, una de cada tres personas (33%) es nueva o hacía más de un año que no acudía buscando ayuda. Un 26% de quienes han recurrido a Cáritas a causa de esta crisis lo hacen por primera vez.

La soledad y la brecha tecnológica que trajo el covid-19 afectaron especialmente a quienes ya lo estaban pasando mal, como reflejó el informe Foessa de Cáritas de 2019. Entre ellos, Peiro, se refirió especialmente a las 40.000 personas que antes de la pandemia estaban en situación de sinhogarismo.

La organización subrayó que, tras la crisis, ha centrado sus prioridades de atención en el apoyo a las familias que han perdido sus medios de vida, mayores solos y personas sin hogar. Asimismo, en el balance se detalla que se han destinado 41 millones de euros a ayudas de emergencia, 3,3 millones a infancia vulnerable y cerca de un millón a material sanitario y de protección. Además, se han apoyado con 2, 5 millones de euros un total de 65 proyectos de respuesta a los efectos de la pandemia en países empobrecidos.

Cáritas señaló también que ha tenido que afrontar ese aumento de petición de ayuda con menos manos, pues las personas voluntarias que se han mantenido activas (un 39% en confinamiento y un 63% ahora) han tenido que adaptarse a la nueva realidad. Aún así, Peiro subrayó que más de 6.000 personas se han incorporado a nuestro voluntariado.

"La respuesta ante esta emergencia es una realidad gracias a la movilización social y a la solidaridad que la sociedad española mostró desde el inicio, traducida en el apoyo de 70.666 donantes. Sus aportaciones han ascendido a 65 millones de euros", agregó.

IMV

Durante su intervención, Flores alertó de que "para las ya maltrechas economías de las familias acompañadas por Cáritas, el 'tsunami' que paralizó la economía y los efectos de su ola sostenida están durando demasiado. Cierta recuperación en el empleo era solo un espejismo".

En este contexto, apuntó que "más de 825.000 personas acompañadas por Cáritas están hoy en situación de pobreza severa, es decir, con ingresos inferiores a 370 euros al mes para un hogar unipersonal o a 776 euros para hogares formados por dos adultos y dos menores".

No obstante, "el 67% de las familias atendidas por Cáritas dicen contar con ninguna o insuficiente información como para tramitar el Ingreso Mínimo Vital (IMV). Solo el 3,6% de las familias que acompañamos lo están cobrando en la actualidad", reprochó el coordinador de Estudios de Cáritas.

A ello, Peiro añadió que el IMV podría contribuir a frenar ese 'tsunami' social, como también podría serlo la inclusión de las empleadas del hogar en el régimen de la Seguridad Social; medidas contra la irregularidad sobrevenidas que produce una vulnerabilidad e incapacidad de obtener recursos y llevar un proyecto de vida; la ampliación del parque de vivienda social en alquiler y la paralización de los desahucios a personas vulnerables cuando no hay alojamiento alternativo. La secretaria general también pidió a las autoridades que aumenten la ayuda oficial al desarrollo para los países pobres.

"La pobreza y la exclusión se van a incrementar", avanzó Flores, "depende de cuántas políticas sociale sy mecanismos de protecicón se pongan en marcha". Por otra parte, emplazó a los periodistas a calcular bien los datos para saber cuál ha sido el número final de personas a las que atiende la organización católica tras la pandemia.

En la misma línea se pronunció el presidente de Cáritas, Manuel Bretón, que aprovechó su intervención para agradecer a todas las personas y entidades -incluido el Papa- que han hecho llegar "la caricia de la Iglesia" a las personas más vulnerables. "Las consecuencias de esta crisis seguirán notándose, especialmente entre los más vulnerables. Entonces nos tendrán a su lado, mitigando su sufrimiento y para eso, también necesitaremos el apoyo de toda la sociedad", concluyó.

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