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La 'batidora' de pilotos del Ejército del Aire: el vídeo para sobrevivir a la caída de un avión en el mar

El 'dunker' pone a prueba las capacidades de las tripulaciones del Ejército del Aire y es uno de los elementos más simbólicos Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial

La realidad en ocasiones supera la ficción. ¿Quién no ha sentido vértigo al ver una película en la que un avión cae dando vueltas en medio del mar? Esa es una amenaza probable para los pilotos del Ejército del Aire y del Espacio, que se entrenan para sobrevivir al impacto de su aeronave en un medio acuático. Y lo hacen en el ‘dunker’, una suerte de batidora que recrea la sacudida para que los militares pongan a prueba sus capacidades ante una amenaza de este tipo.

Las instalaciones se ubican en el Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial del Ejército del Aire, dirigido por la coronel María Rosa García Toledano y ubicado en Torrejón de Ardoz (Madrid), donde se llevan a cabo los reconocimientos médicos del personal de vuelo, el entrenamiento aeromédico de los efectivos, la docencia en materia de medicina y fisiopatología aeronáutica a personal sanitario, y la investigación operativa y participación en la investigación de los accidentes aéreos.

"El objetivo último es el incremento de la seguridad de vuelo a través de la actuación sobre el factor humano”, describe el Ejército del Aire. Y entre sus instalaciones llama la atención la presencia de una piscina acondicionada, con una grúa en el techo capaz de transportar una jaula con un asiento en su interior. Es el ‘dunker’, la batidora de pilotos antes de arrojarlos al agua.

En el vídeo se puede ver la puesta en práctica del ejercicio. Un piloto del Ejército del Aire metido en la construcción metálica sufre varias vueltas a alta velocidad antes de ser arrojado a la piscina. Desorientado y con los ojos cubiertos, para recrear una situación de oscuridad, debe salir a la superficie por sus propios medios.

Se trata de un ejercicio práctico, por lo que se disponen todas las medidas de seguridad para que el piloto no sufra ninguna incidencia. Un socorrista vigila la maniobra desde dentro de la piscina y los instructores analizan en la superficie los movimientos del militar.

El militar sufre un impacto mucho mayor en un accidente en pleno vuelo con su posterior caída en una superficie acuática. Sin embargo, el ‘dunker’ permite al Ejército del Aire contar con un espacio en el que sus pilotos pongan a prueba sus capacidades, “manteniendo la calma” y “buscando las referencias” necesarias para salir a la superficie.

Más pruebas del Ejército del Aire

El CIMA del Ejército del Aire dispone, además, de un laboratorio de altitud con dos cámaras hipobáricas -donde las tripulaciones experimentan los efectos de la hipoxia, los cambios de presión y las rápidas descompresiones-, así como un laboratorio de hipoxia normobárica, que permite experimentar hipoxia sin cambiar las condiciones de presión.

También un laboratorio de biodinámica, con una unidad de desorientación espacial donde las tripulaciones experimentan ilusiones visuales y vestibulares, la recuperación de posiciones anormales de la aeronave, entre otros. Y un laboratorio de optometría, donde se ejercita la visión nocturna y el vuelo con dispositivos de visión nocturna.

¿Suficientes pruebas para las tripulaciones del Ejército del Aire? Pues hay más. En la cámara climática del CIMA se reproducen altas y bajas temperaturas y un amplio rango de grados de humedad ambiental, con gran rapidez, lo que permite probar equipos o entrenar a personal que ejerce sus funciones en condiciones extremas.

Sistemas tecnológicos y de armas, todos ellos, destinados a poner a prueba las capacidades de pilotos y tripulaciones. Porque aunque se trabaja en minimizar las opciones de un accidente en pleno vuelo, la rápida reacción de los efectivos del Ejército del Aire en caso de registrar cualquier incidencia es clave para evitar males mayores: el pasado mes de mayo, un piloto de un F-18 logró eyectar su asiento justo a tiempo en Zaragoza después de llevar la aeronave hasta un lugar seguro de impacto tras detectar un fallo irreversible.

Y el CIMA es el lugar en el que, en un entorno seguro, el Ejército del Aire ejercita esas capacidades: desde la ‘batidora’ del ‘dunker’ hasta los drásticos cambios de temperatura de la cámara climática.

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  • M
    Milana bonita

    Patético y tercermundista simulador...
    Más les vale que copien el que utiliza la Armada USA para sus pilotos...