España

Triplicar el gasto en Defensa o "aprender ruso": el aviso de la OTAN a países como España

España apenas alcanza el 1,3% de presupuesto de Defensa, lejos del 2% fijado para 2029 y del 3,6% que negocia la Alianza

  • Pedro Sánchez y Mark Rutte, en una imagen de archivo

Se avecina una nueva tormenta -económica- en el seno de la OTAN. El ansiado horizonte de alcanzar el 2% del PIB en presupuesto de Defensa ya ha quedado desfasado, tal y como apunta su secretario general, Mark Rutte, quien advierte que, de no aumentar aún más las partidas, apenas quedarán dos alternativas: “Aprender ruso” o “marcharse a Nueva Zelanda”. Un dardo dirigido a aquellos países que, como España, están muy lejos del horizonte fijado por la Alianza.

Mark Rutte lo tiene claro. No se marcará un compromiso con una cifra exacta, pero sí que avanza que la inversión en Defensa de los aliados deberá superar el 3%. Nada más complejo para España: el Gobierno de Pedro Sánchez se comprometió, en la Cumbre que se celebró en Madrid en 2022, a alcanzar el 2% del PIB en presupuesto militar. Desde entonces se viene aumentando de forma progresiva los fondos en la materia, pero la promesa parece más difícil de cumplir a medida que se aproxima el fin de la década.

¿La razón? España invirtió el 1,29% del PIB en 2023; un balón de oxígeno para unas Fuerzas Armadas que venían de una austeridad sin precedentes -véase el 0,81% que fijó el Gobierno de Mariano Rajoy en 2016- y que clamaban por fondos que les permitieran sostener o modernizar algunas de sus capacidades más obsoletas: aviones, fragatas, carros de combate y otras tantas capacidades, por tierra, mar y aire.

Bloqueo presupuestario

Pero el bloqueo en el Congreso de los Diputados en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado dificultaría el objetivo de alcanzar el ansiado 2% en 2029. Un reto económico, debido a la puesta en marcha de proyectos armamentísticos que aún están por abonarse en años próximos, pero también un desafío ante una OTAN que exige aún más músculo del que España está dispuesta a ofrecer.

El mensaje de Mark Rutte es claro y conciso: “El 2% no es suficiente. Y, si no se hace, habrá que empezar a tomar clases de ruso o irse a Nueva Zelanda”. Un mensaje que tiene destinatarios claros. Sólo Bélgica y Luxemburgo están por detrás de España en inversión militar. Nuestro país está por debajo de países como Turquía, Eslovenia, Canadá, Suecia, Italia o Portugal; todos ellos sin llegar al 1,5% del PIB. 

En cabeza, en términos porcentuales, se encuentra Polonia, que acaricia el 4%. La proximidad geográfica de Rusia y Ucrania ha empujado a Varsovia a elevar su presupuesto armamentístico más que ningún otro país de la Alianza. Le seguiría Estados Unidos, unas décimas por encima del 3,5%. El músculo militar estadounidense representa el 60% del gasto total de la OTAN. Y Donald Trump, presidente electo, quiere poner fin a esta situación.

Como contó Vozpópuli, Trump va aún más lejos que Rutte y habla del 5% en inversión de Defensa. Un "desafío imposible" para España, sugieren fuentes militares. El 1,29% del PIB que España invirtió en Defensa en el año 2023 se tradujo en de 18.045 millones de euros. Para alcanzar el 2% se tendrían que incrementar las partidas en 14.000 millones anuales adicionales.

3,6% o 3,7%

España viene defendiendo que la aportación militar a la OTAN no debe medirse únicamente en términos presupuestarios, argumentando que la relación militar con la Alianza debería basarse en las tres ‘C’: “Cash, capabilities and compromise” [“dinero, capacidades y compromiso”]. Sin cumplir la premisa de la primera, sí que se considera que nuestro país está a la vanguardia en las otras dos variables.

Rutte, no obstante, mantiene una posición flexible. Destaca la necesidad de “hablar” con Trump y abre las puertas que los socios se acojan a fórmulas para incluir los gastos de innovación o los programas armamentísticos conjuntos en sus respectivos presupuestos de Defensa: “Así no tendrán que llegar a lo que prevemos, que será del 3,6% o 3,7%. La cifra podrá bajar, pero será muy superior al 2% en el que estamos ahora”. 

Un mensaje que tiene sus destinatarios claros. España, entre los principales, que tendría que triplicar su inversión actual (1,29%) para alcanzar el listón fijado por Rutte.

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