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España

Así ocultó un cuidador el asesinato de un anciano: el cadáver fue descubierto en un bidón con cal

La Guardia Civil detuvo a una pareja de cuidadores por el asesinato de un anciano de 90 años en Ávila

Una de las inspecciones oculares del lugar donde ocultó el cuerpo tras el asesinato
Una de las inspecciones oculares del lugar donde ocultó el cuerpo tras el asesinato

El asesinato de Manuel L.B. (90 años) se fue cocinando poco a poco. La Guardia Civil detuvo por este crimen a un matrimonio ecuatoriano que cuidaban a este anciano desde hace varios años. Habían recibido en todo este tiempo numerosas transferencias de más de 80.000 euros. El autor confeso del homicidio fue el hombre que reconoció haber asfixiado al nonagenario con el cinturón de su coche y posteriormente escondió el cadáver en un bidón con cal, según el informe policial al que ha tenido acceso Vozpópuli.

El caso está siendo instruido por el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número de 2 de Arenas de San Pedro que comenzó las diligencias el pasado 20 de septiembre de 2023. No han salido a la luz hasta ahora porque se encontraba el proceso bajo secreto de sumario. El asesinato fue conocido porque Jaime Enrique M.R., el cuidador del anciano, se personó ese día en el puesto de la Guardia Civil de La Adrada (Ávila) para reconocer la autoría del homicidio.

El atestado de la Guardia Civil sobre el asesinato
El atestado de la Guardia Civil sobre el asesinato

De forma paralela, la mujer del presunto autor Olga Priscila S.C. también declaró que su marido le había confesado el suceso ese 19 de septiembre por la tarde. Según el testimonio de este hombre en el mes de julio de 2023 fue al hospital de Moncloa para recoger a este anciano que se encontraba mal. Durante el trayecto a su domicilio en San Martín de Valdeiglesias se produjo una discusión entre ambos.

Cerca de su asesino

El asesinato se cometió mediante la asfixia del nonagenario con el cinturón de seguridad del coche. Después, ocultó el cadáver en una finca rústica del paraje de Zarramudo de Sotillo de la Adrada. Lo hizo en una caja confeccionada artesanalmente con madera aglomerada de color blanco. Dentro se localizó un bidón donde estaba el cadáver de Manuel enterrado en cal.

El presunto autor del asesinato cuidaba del anciano desde el año 2014. Este hombre, de 47 años, viajó desde Ecuador a Madrid para llevar a cabo estas tareas. Iba y venía a la capital en ese periodo hasta que en 2021, el nonagenario les donó 80.000 euros para que compraran una casa en San Martín de Valdeiglesias (Madrid). Manuel solo quería que le cuidara este individuo. Era tal su devoción que el anciano se alquiló un piso en este municipio madrileño para estar cerca de su empleado.

Según la declaración de la mujer, su marido ocultó el asesinato alegando qu el nonagenario ingresó en una residencia pero que se encontraba bien de salud. Sin embargo, esos meses notó a su esposo "extraño, preocupado y dormían separados". Todo ello hasta el 19 de septiembre cuando el hombre se vino abajo y confesó que encubrió el atroz crimen.

La mujer acudió a denunciar el asesinato al puesto de la Guardia Civil y los agentes cuando llegaron a la finca donde se encontraba el cuerpo hallaron al marido con "varios rasguños sangrantes en ambas piernas y su calzado totalmente humedecido". Estaba en un alarmante estado de nerviosismo. "No sabía a quién contárselo", declaró ante los investigadores.

El 'finiquito' del asesinato

Manuel pagaba a este hombre por sus cuidados una cantidad que oscilaba entre los 1.200 y los 1.800 euros. Fue el portero del edificio donde vivía en Carabanchel el que puso en contacto al nonagenario con el empleado. Tras cometer el asesinato sacó de las cuentas de la víctima un importe de 10.000 euros a modo de finiquito. En una segunda declaración, la mujer confesó que su esposo le habría estado detrayendo cantidades de dinero a su jefe hasta hacer un total de 50.000 euros.

El atestado del asesinato realizado por la Guardia Civil
El atestado del asesinato realizado por la Guardia Civil

El juzgado encargado del caso se inhibió en favor del de Móstoles ya que los hechos ocurrieron en la localidad de Brunete y decretó el ingreso en prisión provisional en el centro penitenciario de Segovia del cuidador ecuatoriano al que se le acusa de homicidio. La Guardia Civil detuvo tiempo después a la mujer que después quedó en libertad pero investigada por los hechos.

La defensa de esta ecuatoriana, ejercida por Beatriz Uriarte, solicitó al juzgado el archivo provisional de la causa contra ella. Sin embargo, el Juzgado de Instrucción número 1 de Móstoles en una providencia fechada el 16 de enero rechzó esta petición porque no ha finalizado la instrucción entorno a este asesinato.

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