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España

Rajoy no moverá ficha tras el 27S: prevé la salida de Mas y el estallido del 'Sí'

Los analistas de la Moncloa no dudan ya de la victoria del bloque secesionista en los comicios del domingo en Cataluña. La cuestión es qué pasará después. Si Artur Mas no logra una mayoría absoluta en el Parlament, ni siquiera será reelegido presidente y se tendrá que ir a casa. O a Nueva York, o a Canadá, tal y como se comenta en los lujosos manteles de la calle Ganduxer.

No moverá ficha Mariano Rajoy a la espera de que el batiburrillo nacionalista reordene sus filas. La campaña electoral ha camuflado pugnas y tensiones. Pura mampostería. Tras el escrutinio del 27S emergerán indefectiblemente los conflictos y el frente secesionista estallará por los aires, según las previsiones de las mencionadas fuentes. Artur Mas no tiene amigos, tan sólo compañeros de viaje y de escapada. ERC, su partner en la presente aventura, es su enemigo natural. Jordi Pujol siempre advertía a los suyos: "Cuanto más lejos de ERC, mejor. Cuando CiU se acerca a ERC, nosotros perdemos".

Tras el escrutinio del 27S emergerán indefectiblemente los conflictos y el frente secesionista estallará por los aires

El líder de los republicanos, Oriol Junqueras, detesta a Mas y también quiere ser presidente, salir al balcón transmutado en un Companys revivido. Raül Romeva, el cabeza de lista de Juntos por el Sí, es otro que aspira a pasar a la historia. Las huestes de la CUP, un grupo de asilvestrados antisistema, podrían hacerle presidente. "Cualquiera menos Mas", dicen en el partido de David Fernández, cuya famosa zapatilla podría propinarle el definitivo patadón a Mas. La CUP puede tener la clave del próximo Gobierno catalán.

Terremoto en el horizonte

Los sismógrafos de la plaza de San Jaime advierten ya de movimientos telúricos importantes. El futuro de Mas está en entredicho. Por eso él mismo dejó caer, durante la campaña, que Juntos por el Sí debería permanecer unida hasta las generales. Una tabla de salvación que se difumina poco a poco en el horizonte. Mas ya no tiene partido, ni siglas ni apoyo social. Ni siquiera el 20 por ciento de los catalanes le quieren como president, según todos los sondeos. "Esto se le ha ido de las manos", dice Duran Lleida, cuya formación, Unió, podría jugar un papel en el alterado tablero político del inmediato futuro.

En el galimatías de Cataluña sí se Puede, la versión cuatribarrada de Podemos, apenas se aclaran. Aún no han decidido si son independentistas o tan sólo el epítome de la coleta de su líder Iglesias. Su candidato, Luis Rabell, un desconocido con aspecto de probo funcionario, dijo que votaría a Romeva, en tanto que su número dos, Dolors Camats, predicaba el voto para Rabell for president. "Todo es posible en el segmento independentista, pero lo único seguro es que habrá trompadas, fractura y desintegración", señalan desde Moncloa. 

Cataluña sí se Puede no han decidido si son independentistas o tan sólo el epítome de la coleta de su líder Iglesias

La sorpresa Sarkozy

En el Gobierno de Rajoy se diseñan estrategias y planes. La campaña electoral está prácticamente finiquitada a la espera del debate entre García-Margallo y Junqueras, del que nada bueno esperan. "Que me quede como estoy", sería lo óptimo. Rajoy pasará esta semana en Cataluña, tres viajes, tres mítines y un acto de cierre de campaña, el viernes en Barcelona, con Nicolás Sarkozy como invitado especial. Ni rastro de Aznar, pero sí del expresidente francés, firme y combativo con los nacionalistas.

Los sondeos auguran una recuperación de los populares merced a la hábil campaña de Albiol. E incluso pueden rozar los 15 escaños y hasta darle una sorpresa al PSC, que ha recobrado cierto brío con las estimulantes sesiones de dancing no stop de su candidato Iceta. A Ciudadanos le irá bien y nadie le regatea la segunda plaza, siempre por encima de los 20 diputados.

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