2023 y parte de 2024 quedarán en el recuerdo colectivo como los años en los que el precio del aceite de oliva rompió todos los récords. Este producto básico de la dieta mediterránea, esencial en muchos de los alimentos que consumimos a diario, alcanzó precios nunca vistos, con botellas de un litro por encima de los 10 euros.
Durante ese tiempo, el aceite de oliva fue apodado “oro líquido” debido a la escasez de producción provocada por la sequía. En la campaña 2022-2023, que comienza en octubre y finaliza en septiembre, se cosecharon en Andalucía 580.000 toneladas, una cifra muy por debajo de las necesidades del mercado. Esto generó tensiones en los precios y desató la preocupación en el sector. Afortunadamente, la situación ha cambiado.
"Un respiro para el sector"
La falta de lluvias de aquella temporada se vio aliviada con las precipitaciones de la primavera de 2024, seguidas de las otoñales, que han sido clave para mejorar las perspectivas de la nueva cosecha. Estas lluvias han permitido que el olivar tenga mejores condiciones hídricas, lo que augura una producción mucho más elevada que en los años anteriores. Aún así, recalcan que la situación de sequía está lejos de desaparecer, todavía más en las provincias de Andalucía oriental (Principalmente Jaén, la mayor productora de aceite, que producirá según las previsiones 540.000 toneladas), que han recibido las precipitaciones de forma desigual, en comparación con la parte occidental.
Según Cristóbal Gallego, presidente sectorial de Aceite en Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía, la producción estimada para la campaña 2024-2025 ronda 1.098.000 toneladas, lo que representa un incremento del 61,7% con respecto a la cosecha anterior. Se trata de un dato positivo tanto para los productores como para los consumidores, ya que ayuda a devoler la estabilidad al mercado.
A nivel nacional, España seguirá siendo el líder en producción mundial de aceite de oliva, con Andalucía a la cabeza, aportando aproximadamente el 80% del total. Mientras tanto, otros países productores como Italia han experimentado una reducción en sus cosechas, lo que refuerza la posición del aceite español en los mercados internacionales.
El reflejo en los supermercados: precios a la baja
Hace dos años, las botellas de un litro superaban los 10 euros en los supermercados. Ahora, la situación ha cambiado significativamente. En los últimos meses, los precios han caído un 50%, lo que supone un respiro para los consumidores, que habían visto cómo un producto básico se convertía en un bien casi de lujo.
Actualmente, según datos de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía, el precio en origen del aceite de oliva virgen extra se sitúa en 4,2 euros por litro, mientras que el aceite virgen ha bajado a 3,8 euros y el lampante a 3,4 euros. Estas cifras han repercutido en los supermercados, donde las grandes cadenas han ajustado sus precios. Carrefour, por ejemplo, promociona las garrafas de cinco litros de Carbonell por 21,95 euros, mientras que Mercadona ha reducido su precio hasta los 22,95 euros. Hace apenas unos meses, estas mismas garrafas rondaban los 30 euros.
Este descenso en los precios ha generado un repunte en el consumo, ya que muchos hogares habían reducido o sustituido el aceite de oliva por otras opciones más asequibles, como el aceite de girasol. El consumo de este producto, pasó del 25% en 2022, al 32% en el año siguiente. Sin embargo, aunque la situación parece haberse normalizado, los productores enfrentan nuevos retos.
El reto para los productores: costes en aumento
A pesar de la bajada de precios, los pequeños agricultores, especialmente los andaluces, deben hacer frente al aumento de los costes de producción. Factores como el incremento del precio de los combustibles, fertilizantes y otros bienes agrícolas han encarecido la producción del aceite de oliva, lo que puede poner en jaque la rentabilidad del sector.
Cristóbal Gallego reconoce que esta reducción de precios beneficia a los consumidores, pero advierte que “no refleja la realidad del sector oleícola”. Muchos productores han tenido que ajustar su actividad para seguir siendo competitivos, mientras que otros enfrentan dificultades económicas debido al encarecimiento de los costes.
El debate sobre cuál es el precio equilibrado para consumidores y productores sigue abierto. Gallego señala que es una cuestión que solo puede determinar “el mercado”, aunque los expertos coinciden en que una estabilidad en torno a los cinco euros por litro permitiría mantener un equilibrio sostenible entre oferta y demanda.
Las exportaciones impulsan al sector
En el ámbito internacional, las exportaciones de aceite de oliva desde Andalucía han mantenido una tendencia positiva. En 2024, fue el producto más exportado, con ventas que alcanzaron los 4.570 millones de euros, lo que representa el 11,4% del total de las exportaciones andaluzas.
Esta tendencia podría incluso mejorar las cifras del año anterior, ya que los datos de enero reflejan el mejor registro de los últimos seis años, con 83.500 toneladas exportadas en un solo mes. España y, en particular, Andalucía siguen liderando el mercado global del aceite de oliva, con una presencia consolidada en países como Estados Unidos, Reino Unido y Corea del Sur.
Sin embargo, este crecimiento en las exportaciones también enfrenta desafíos. La incertidumbre geopolítica y las políticas comerciales internacionales podrían afectar la estabilidad del mercado. En particular, existe preocupación por los posibles aranceles que pueda imponer el gobierno de Donald Trump en su nuevo mandato. Ya en 2019, un arancel del 25% sobre el aceite de oliva español afectó gravemente al sector, con pérdidas de hasta el 60% en las ventas hacia EE.UU.
La clave en los próximos meses será encontrar un equilibrio entre la rentabilidad para los agricultores y la accesibilidad para los consumidores, en un mercado que, aunque más estable que en años anteriores, sigue sujeto a factores climáticos, económicos y geopolíticos que pueden alterar su rumbo.
jedoju
19/02/2025 11:34
De siempre, las almazaras cubrían gastos, con la producción del orujo obtenido. Hoy día quizás, ante tanto ladrón existente, no se pueda dar este beneficio en el proceso de producción.