Un narcotraficante perdió la vida en la noche de este lunes tras una persecución con la Guardia Civil a unas 20 millas náuticas de la desembocadura del Guadalquivir. El episodio tuvo como protagonista a la patrullera Río Tiétar, del Instituto Armado, que se incorporó al servicio el pasado mes de diciembre. La embarcación de los narcotraficantes disponía de tres motores de alta velocidad y a bordo tenía numerosos fardos de droga.
Los hechos tuvieron lugar después de que el servicio marítimo de la Guardia Civil, alrededor de las 21.45 hroas, recibiese la alerta de la presencia de una embarcación sospechosa, en el punto indicado. Hasta el lugar se desplazó la patrullera Río Tiétar que, tras detectar la goma -nombre con el que se conocen las lanchas de alta velocidad empleadas habitualmente por los narcotraficantes- inició la persecución.
Según apuntan fuentes de la Guardia CIvil de Cádiz a Vózpópili, se produjo una colisión entre ambas embarcaciones en el transcurso de las maniobras. Uno de los ocupantes de la narcolancha habría saltado al mar y, aunque se hicieron esfuerzos para su rescate, finalmente no fue posible recuperarlo con vida. Desde el instituto armado explican a este diario que "se utilizaron todos los medios a disposición para salvar su vida, pero reclinaba la ayuda". Otro de los individuos, herido, fue trasladado en helicóptero hasta Jerez, donde fue ingresado en el hospital. Los otros dos permanecen detenidos.
Se trata del segundo fallecido en el mes de febrero, tras otra colisión en aguas de Tarifa entre una patrullera de la benemérita y una embarcación que transportaba fardos. Desde finales de 2024 hasta ahora, el río Guadalquivir se ha convertido en una de las principales rutas de los narcotraficantes para introducir sustancias estupefacientes como el hachís, aunque reciéntemente ha crecido notablemente el flujo de la cocaína.
Desde el Gobierno, achacan esta mayor presencia de las narcolanchas a la presión a la que estan sometidas en el litoral gaditano, sin embargo, asociaciones y sindicatos de la Guardia Civil no comparten este planteamiento. La circulación de estas embarcaciones, hasta puntos tan alejados de la desembocadura como el Estadio de la Cartuja en Sevilla, o la localidad sevillana de La Algaba, a más de 40 millas náuticas de distancia, ponen de manifiesto la falta de control "fluvial" contra estas mafias, cada vez más asentadas en los pueblos ribereños
La fiscal antidroga en Sevilla, Raquel de los Ríos, señalaba esta problemática reciéntemente y admitía la alarma "como fiscal y ciudadana". Asegura que aunque se tenga conocimiento con la suficiente antelacion, "la falta de medios" materiales y personales supone que "la interceptación y localización de estas narcolanchas sea minúscula, lo que garantiza que la droga entre por Sevilla al resto de Europa".