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España

Semana 16 del juicio del procés: Trapero reescribe el guion

El independentismo vende las bondades del Tribunal de Estrasburgo como la Iglesia célibe para erotómanos anónimos anunciaba la llegada a California de una nave espacial que les salvaría de la Tierra y les tansportaría hasta otra dimensión. Pero a las primeras de cambio, va Estrasburgo y les deja plantados ante la insoportable realidad de que el único que se ha salvado es el jefe de la secta, a refugio en Waterloo. No ha sido la mejor semana para ser independentista.

La Justicia europea da la razón a España por suspender el pleno del Parlament donde se iba a declarar la independencia. El Tribunal de Derechos Humanos dice que fue una medida "necesaria en una sociedad democrática". A la entonces presidenta de la Cámara autonómica, Carme Forcadell, apenas se le movió un pelo desde el banco donde sigue las sesiones del juicio en la sala de vistas del Tribunal Supremo. "Suspender plenos que no están ni convocados es la nueva oferta de diálogo” del Estado, se quejaba irónicamente aquellos días en Twitter.

La semana número 16 del juicio del procés arrancó con la suspensión aún caliente de los cuatro presos elegidos en las elecciones generales y con Junqueras pensando ya en sus opciones para intentarlo de nuevo en el Parlamento de Bruselas. De momento, a los fugados Puigdemont y Comín no les dejaron ni entrar a recoger el acta provisional. No parece el mejor recibimiento.

Guerra de vídeos

De fondo, el ruido en la sala del Supremo era ensordecedor. Había gritos, insultos agresiones. Por fin llegaban los vídeos de lo sucedido aquel convulso otoño de 2017, concretamente, entre los registros del 20 de septiembre y el referéndum. Ya pocos dudan de que hubo violencia. Lo que está en discusión es si era suficiente como para doblegar al Estado. Abrió juego la Fiscalía con cuatro horas de imágenes para acreditar las “murallas humanas” o que, por ejemplo, los Jordis asumieron el plan de la Generalitat de agitar la calle en favor de la independencia sin renunciar a la violencia.

Respondieron los abogados de los acusados con otra batería de imágenes para mostrar una pacífica revolución de las sonrisas violentamente sofocada por la policía de un Estado a la altura democrática de Turquía. La mala suerte desde el punto de vista mediático es que dio tiempo a terminar la proyección, la Fiscalía confirmó su acusación por rebelión y se llevó los titulares con sus peticiones de condena de hasta 25 años de cárcel.

Novedades en el guion

El Ministerio Público facilitó su escrito de conclusiones finales indicando en negrita las modificaciones respecto a la versión original, de marcado color verde guardia civil. El relato de los Mossos encabezados por Trapero se ha hecho un hueco en lo que antes era la versión casi en exclusiva del coronel Pérez de los Cobos. Ahora se recogen las revelaciones de los policías autonómicos, especialmente las reuniones con la Generalitat en las que avisaron a los políticos de que el 1-O podría haber violencia. Esta reescritura del guion del procés incluye, por supuesto, la demoledora respuesta a la eslovena de Puigdemont: “Manifestó a todos los presentes que si el 1 de octubre había violencia declararía la independencia”.

Esas reuniones ya las declaró en su día Trapero en la Audiencia Nacional donde le esperan para juzgarle por los mismos hechos. No ha sido hasta ahora cuando la Fiscalía del Supremo las ha hecho suyas. Con todo, el escrito sostiene que al final los Mossos - con sus 16.000 agentes armados - se pusieron igualmente manos a la obra independentista al ver que sus dirigentes no daban su brazo a torcer. Una aparente contradicción en el relato de los fiscales que da pie a dudar de una futura condena al exmayor y sirve a Joaquim Forn para defender su tesis de que los Mossos no atendieron a sus declaraciones en favor del referéndum.

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