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España

Almeida insiste en que la presidencia del PP madrileño no esté en manos de Ayuso

El alcalde quiere repetir la bicefalia de la gestora y que el presidente de los 'populares' tenga "dedicación exclusiva". Casado da alas a esta vía al dejar abierta la puerta a que haya más de una candidatura

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

El alcalde de Madrid y portavoz nacional del Partido Popular, José Luis Martínez-Almeida, sigue convencido de que lo mejor para el PP madrileño es que la presidencia no esté en manos de Isabel Díaz Ayuso pese a su rotundo éxito electoral del 4-M, sino de otra persona que pueda tener "dedicación exclusiva" para esa tarea como ha ocurrido en los últimos años bajo la gestora.

El PP de Madrid cuenta con un presidente interino desde hace justo tres años en la figura de Pío García Escudero, quien fue colocado por Mariano Rajoy de forma provisional tras la precipitada dimisión de Cristina Cifuentes. Era principios de mayo de 2018, cuando nada hacía prever que unas semanas después iba a haber una moción de censura que sacaría a Rajoy del poder y que, dos meses más tarde, el PP tendría un nuevo líder en Pablo Casado tras un proceso interno de primarias y un congreso extraordinario.

Aquella gestora sigue formalmente en pie al frente del PP madrileño y con una secretaria general, la senadora y diputada autonómica Ana Camins, que es de la plena confianza de Casado fruto de la amistad personal que mantiene con él. Cuando ella estuvo en las Nuevas Generaciones ya fue secretaria general del PP madrileño a las órdenes del propio Casado, de ahí que nadie ponga en duda la buena sintonía entre ambos.

Almeida subrayó la semana pasada en una entrevista con ABC que no está dentro de sus planes "en este momento" aspirar a la presidencia del PP de Madrid y rivalizar con Ayuso, y se reafirmó en su postura de mantener una "bicefalia" para que quien dirija el partido se dedique "al cien por cien".

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José Luis Martínez-Almeida, Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado el 4-M.Europa Press

Lejos de cerrar dicha potencial rivalidad, Casado ha dado alas a la tesis de Almeida. Preguntado en El Mundo si ya es imposible evitar que Ayuso sea presidenta del PP de Madrid, el líder de los 'populares' dejó la puerta abierta a que haya más de un candidato. “Cuando se convoque el congreso en Madrid, concurrirá quien quiera y decidirán los militantes, como pasó en mi caso", hizo hincapié.

“Aquí creo que hay dos instituciones muy pujantes, con son Ayuntamiento y Comunidad, con dos personas que se llevan muy bien y que han conseguido ilusionar al electorado e internamente a las bases”, añadió Casado sobre la situación en Madrid.

La presidenta madrileña en funciones defiende que tiene que ser ella, como ocurrió en las últimas legislaturas de Esperanza Aguirre y en el breve reinado de Cifuentes. Además, es la práctica habitual del PP en todo el país con sus barones territoriales. Pero Almeida teme que ocurra lo mismo que en la etapa de Aguirre, cuando la dirección del PP madrileño era un "duplicado" de cómo estaban repartidos los puestos en el Ejecutivo regional.

Almeida, sin embargo, guarda muy mal recuerdo de la irrespirable rivalidad entre Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, por lo que prefiere que se busque una figura de consenso para presidir el PP de Madrid que no sea ni la presidenta ni el primer edil de la capital. Es la llamada "tercera vía" en la que aparece la opción de Camins.

Ayuso no quiere la vía de Almeida

"Con Escudero y Camins ha funcionado. La campaña del 4-M con Ayuso ha sido excelente", subrayan fuentes cercanas al primer edil de Madrid. Sin embargo, desde la Puerta del Sol, sede de la Presidencia madrileña, cuestionan la idoneidad de la solución Camins.

En este sentido, recuerdan que Aznar ya impuso esa fórmula salomónica precisamente con García-Escudero durante once años, de 1993 a 2004. Primero para mediar entre Rodrigo Rato y un ambicioso Gallardón, y luego como dique de contención entre una Aguirre que asumía galones como representante del ala más conservadora y un Gallardón que buscaba la imagen de ser el más moderado dentro del PP. 

Pero aquella operación pacificadora de García-Escudero acabó con duros reproches en 2004, una vez perdidas las elecciones generales del 14-M y con el ascenso a la presidencia del PP madrileño de Aguirre. Lo peor de aquella situación es que dejó a Rajoy una enconada rivalidad entre la entonces presidenta de la región y el alcalde de Madrid, con muchas víctimas colaterales y episodios como 'Gürtel' o el espionaje de la 'Gestapillo' que marcaron toda la etapa del gallego como presidente del PP. Así que las espadas siguen en alto entre Ayuso y Almeida.

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