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España

Mandos policiales ordenan relajar las medidas de seguridad en Euskadi: fuera capuchas

Agentes de la Policía Nacional subren su rostro mientras escoltan a un sospechoso de pertenencia a ETA

"No utilizar las capuchas". Esa es la polémica orden que mandos de la lucha antiterrorista del Cuerpo Nacional de Policía han dado en las últimas semanas a los agentes destinados en el País Vasco. La medida ha provocado casi inmediatamente la queja unánime de sus destinatarios, que consideran que prohibir utilizar dicha prenda cuando realizan determinados servicios en la calle pone en riesgo no sólo su seguridad personal sino también la eficacia de su trabajo. "Hay un alto el fuego idefinido de ETA, sí, pero la banda aún no ha entregado las armas, por lo que aún no ha llegado el momento de relajar las medidas de seguridad", recalcan a Vozpópuli varios policías afectados por la medida, que recuerdan también que ni la Ertzaintza ni la Guardia Civil han dado instrucciones en este sentido a sus agentes.

Guardia Civil y Ertzaintza mantienen el uso de esta prenda para sus agentes pese al alto el fuego indefinido de ETA

La queja ha llegado, de hecho, a los máximos responsables del Cuerpo Nacional de Policía, el propio director general, Ignacio Cosidó, y el director adjunto operativo, el comisario Eugenio Pino, quienes el pasado jueves transmitieron a los representantes de los sindicatos policiales en el Consejo de la Policía su intención de remitir una circular "aclarando el asunto". Según detalló el propio comisario Pino a preguntas de los representantes del Sindicato Unificado de la Policía (SUP), la organización que puso sobre la mesa la queja, todo había surgido como una iniciativa particular de un responsable de la lucha antiterrorista de Bilbao, el comisario M.M.,y que, incluso, el jefe superior en Euskadi no estaba informado de la misma.

Sin embargo, agentes destinados en esta comunidad autónoma niegan esta versión de los hechos e insisten que la orden viene "de más arriba", ya que la misma no sólo se ha transmitido a los policías de los grupos de Información de Vizcaya, los encargadas de la lucha contra el terrorismo, sino también a sus compañeros de Guipúzcoa. Uno de estos policías apuntaba ayer a este diario que el origen de la misma es un encuentro del máximos responsables del Cuerpo Nacional de Policía celebrada tras los incidentes de la 'primavera valenciana' y en la que se acordó eliminar la polémica prenda "para mejorar la imagen" de los agentes.

"No es lo mismo Valencia que Bilbao"

"De lo que se olvidan es que no es lo mismo trabajar en Valencia que en el casco viejo de Bilbao. Aquí, mostrar públicamente nuestro rostro nos pone en peligro no sólo a nosotros sino también a nuestras familias", insiste un agente que lleva más de diez años destinados en el País Vasco. Este policía recuerda que durante años han renunciado a solicitar, por ejemplo, ayudas escolares para sus hijos para no tener que mostrar la nómina donde se refleja su condición de agente y que ahora "de un plumazo quieren que mostremos el rostro para que nuestros vecinos sepan quiénes sómos y dónde vivimos". "ETA puede haber dejado de matar, pero en Euskadi sigue existiendo una fractura social en la que aún es moneda común mostrar rechazo y desprecio hacia los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado", insiste.

Según los policías, la orden obliga a los agentes a relizar controles con la cara descubierta e, incluso, a practicar detenciones sin esta medida para preservar su identidad. "Es norma general que un buen número de afines a las personas a las que capturamos se concentren en el portal donde viven éstos para arengarles cuando acudimos acompañados de ellos a hacer los registros. Si vamos sin la capucha, cualquier puede identificarnos o, simplemente, grabarnos con su móvi. Sin olvidar que casi siempre hay cámaras de televisión y fotógrafos de prensa", detallan. Por todo ello, los policías afectados exigen la inmediata retirada de la orden o, en caso contrario, que ésta se recoja en un escrito oficial en el que se argumente y regule el uso de dicha prenda. "Así se verá quién es realmente quien da la orden, para que asuma su responsabilidad si ocurre algo", concluyen.

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