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España

La Casa Real dio el plácet para que se aceptaran preguntas sobre el viaje a Botsuana

La ya famosa imagen de don Juan Carlos en Botsuana en 2006

La mesa del Congreso de los Diputados tenía sin duda ayer una patata más que caliente sobre la que tomar una decisión, esto es, cerca de cincuenta preguntas que Izquierda Unida, IC, ERC y UPyD realizaban sobre el viaje de Su Majestad el Rey a Botsuana del que se tuvo noticia por el accidente que le produjo la rotura de cadera y una posterior intervención quirúrgica en España. El Gobierno dio instrucciones para que no pasara ninguna pregunta, aún a pesar de que en el PP eran conscientes de la dificultad de soslayar aquellas que se referían al conocimiento que tenía el Gobierno sobre el viaje, cuestión en la que se centraban cerca del 75 por ciento de los interrogantes. Y es que, sorpresivamente, la mesa del Congreso decidió ayer aceptar éstas, que serán respondidas por escrito.

¿Qué es lo que pasó entre medias? ¿Qué ocurrió para que se pasara de la intención de bloquear la batería de preguntas a dar el visto bueno a una parte sustancial? Pues que la Casa Real transmitió discretamente el mensaje de que no hacía falta tanta "protección" por parte de la Mesa del Congreso, según asesuraron a Vozpópuli en fuentes parlamentarias. Quizá Zarzuela era consciente del efecto contraproducente que pudiera haber tenido un rechazo a la totalidad de las cuestiones planteadas una vez que se intenta reconducir la situación generada por el viaje, la cacería y el posterior accidente de Su majestad el Rey y que comenzó con la petición pública de disculpas.

La sugerencia de la Casa Real contribuyó así a desbloquear una situación profundamente incómoda para el PP, que deseaba ir de la mano en esta cuestión con los socialistas. De hecho "nos impusimos la obligación de pactar este tema con el PSOE", afirman las fuentes consultadas, partido con el que se cerró la negociación el lunes hasta bastante tarde. Al acuerdo se sumaron ayer por la mañana los convergentes, también presentes en el órgano de gobierno de la Cámara Baja.

El PP se impuso "la obligación de pactar este tema con el PSOE"

Las preguntas serán respondidas por escrito y se refieren a las que afectan a competencias del Gobierno en relación con la Casa del Rey, que suponen un 75 por ciento (cerca de cuarenta preguntas, según explicó ayer la vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos). En cambio se han quedado por el camino cerca de quince cuestiones bajo el argumento de que se interesan por cuestiones relativas "a la vida privada" del Rey o de la Familia real que no atañen al Ejecutivo ni a la labor fiscalizadora del Congreso de los Diputados. Se refería Villalobos a las que se interesaban sobre quienes acompañaban al Rey. Además, la dirigente popular explicó que lo único que se ha hecho ha sido aplicar un texto acordado por la Mesa del Congreso hace tiempo relativo al criterio que se seguiría en torno a las preguntas e interpelaciones relativas a la Familia Real.

Fuentes parlamentarias indicaron a este medio cómo los letrados habían destacado que las preguntas de la izquierda de la Cámara, además de UPyD, estaban muy bien formuladas. A la treintena de cuestiones aceptadas hay que sumar la proposición de Ley de IU con el objetivo de que se regulen los viajes al extranjero del Monarca. Sin embargo, entre las rechazadas, que la coalición de izquierdas enviará directamente a Zarzuela,hay cinco firmadas por Gaspar Llamazares que interpelan sobre el papel de "la autodenominada princesa Corina", quien, según sostiene el diputado, fue presentada como "representante de su Majestad el Rey Juan Carlos de España" en un encuentro en 2007 con un príncipe saudí, vive en un chalet en El Pardo cerca de la Zarzuela y organiza cacerías en África "para nobles y multimillonarios".

Izquierda Unida ya remitió a Zarzuela una pregunta relativa al papel de Su Majestad el Rey en golpe de Estado del 23-F después de conocerse la versión de un diplomático alemán que dijo que éste mostró "comprensión" con los golpistas. Zarzuela respondió negando dicha versión, lo que provocó cierto malestar entre los miembros de la Mesa del Congreso que antes habían rechazado tramitar la pregunta y que se sintieron desautorizados. La decision de ayer abre, sin duda, una nueva etapa.

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