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España

Cospedal promociona al ex alcalde del PP de Ciudad Real para Enresa

Francisco Gil-Ortega Rincón tendría que dejar la vicepresidencia primera de las Cortes en Castilla La Mancha si pasa a ser presidente de Enresa.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, a la que el Gobierno le encomendó la búsqueda de presidente para la empresa pública que gestiona resiudos nucleares (Enresa) por asumir en Castilla La Mancha la construcción del almacén de residuos nucleares, tiene nuevo candidato. Se trata Francisco Gil-Ortiz Ortega, un político del PP de Castilla La Mancha y profesor de enseñanzas medias, con una amplia carrera política. "Ya está hablado con una parte", explica un ex alto cargo de Ciemat, la empresa pública que depende del Ministerio de Economía y que posee el 80% de Enresa. 

Pero el nombramiento de Gil-Ortiz Ortega no está confirmado del todo. Su candidatura cuenta con el visto bueno de Cospedal y de Ramón Aguirre (ex diputado por Guadalajara por el PP), el nuevo presidente de la Sociedad Española de Particiaciones Indsutriales (Sepi), que posee el 20% de Enresa. Pero ahora queda que Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, den su visto bueno.

"En el Gobierno querrían un perfil más técnico", dicen fuentes próximas al ministerio de Economía, que dirige Luis de Guindos. Los tres presidentes que han pasado por la compañía han tenido un perfil técnico muy elevado y al Gobierno del PP le gustaría seguir esta línea. El primero, Juan Manuel Kindelán (PSOE, 1984-1994), por ejemplo, fue doctor ingeniero de Minas y fue director de Minas en el primer gobierno de Felipe González; le siguió Alejandro Pina (PSOE), economista, profesor en la Facultad de Económicas y experto energético (fue director general en el gabinete del ministro de Industria a finales de los ochenta) que presidió Enresa en el último gobierno de Felipe González, entre 1994 y 1996, y en 2004 volvió hasta la actualidad. Y el tercer presidente fue Antonio Colino, que ocupó este cargo durante el Gobierno de José María Aznar (entre 1996 y 2004). Es doctor ingeniero de Caminos y experto en temas nucleares y Electrical Nuclear Power Engineer por la Universidad de California en Los Ángeles (Ucla).

En cambio, la propuesta de Cospedal tiene un perfil claramente político. Gil-Ortega, de 62 años, ha estado tres legislaturas como alcalde del PP en Ciudad Real -de 1995 a 2007-, ha sido senador electo durante quince años, diputado regional y, desde hace unos meses, vicepresidente primero en la Cortes de Castilla-La Macha). Es licenciado en Quimicas, profesor de enseñanza media y familiarizado con el mundo energético, tras su paso por la comisión de Industria. "Al menos su perfil no es antinuclear", comentan algunas fuentes, como tenía el anterior candidato de Cospedal. La presidenta del PP en Castilla La Mancha promocionó a principios de año al político Porfirio Herrero, el secretario general del PP en Guadalajara, para Enresa, pero al Gobierno no le encajó. No parecía lógico que un político antinuclear, que se manifestó en contra de la ubicación del ATC en Guadalajara e incluso abriera un expediente al alcalde del PP de Yebra por solicitar la ubicación del ATC, fuera ahora a presidir Enresa y la gestión del ATC en Cuenca.

El resultado del pulso entre las dos mujeres más influyentes y poderosas de España podría resolverse la próxima semana. Algunas fuentes creen que el nombramiento podría resolverse este viernes en el consejo de la Sepi, dado que es un asunto que empieza a tener cierta urgencia. La compañía tiene por delante un reto estratégico, la construcción del mencionado ATC, que se ubicará en los terrenos de Villar de Cañas (Cuenca) y todos los trámites los está liderando el actual presidente, Alejandro Pina, vinculado al PSOE. 

Enresa y la fundación

El futuro presidente de Enresa también asume la responsabilidad de la Fundación. Enresa, creada en 1984, se define como empresa pública sin ánimo de lucro, y se financia con tasas que cobra a las centrales nucleares. Cuenta con unos fondos propios de 4,5 millones y en el ejercicio de 2010 ganó 151.000 euros. Pero buena parte de estos ingresos van a parar a la Fundación Enresa, donde sus cuentas sufren grandes desajustes. En 2010, Enresa inyectó a la fundación 2,3 millones de euros y perdió 6,31 millones. 

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