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España

El Banco de Valencia perdió más de 1.000 millones en depósitos en dos semanas

Si algo tiene el dinero es que pone distancia con el peligro a toda velocidad. En apenas dos semanas, el temor a la intervención al Banco de Valencia, confirmada el pasado 21 de noviembre, provocó la mayoritaria fuga de depósitos que registró la entidad en 2011. En todo el ejercicio, como reconoce el banco valenciano en su Informe de Gestión Intermedio, la salida de depósitos se cifra en 1.139 millones.

“La caída en los depósitos de la clientela se ha visto especialmente afectada en el período comprendido entre la suspensión de la cotización de la acción y la intervención de la entidad por parte del Banco de España”, sostiene la entidad. “Fueron algo más de 1.000 millones”, reconocen fuentes conocedoras de las cuentas a Vozpópuli.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) paralizó, durante unas horas, la cotización del Valencia, el pasado 7 de septiembre, como consecuencia de un desfase patrimonial, de casi 900 millones, detectado por una inspección del supervisor. Desde ese día hasta el 21 de noviembre, fecha de la intervención, las oficinas del Banco de Valencia no pudieron contener la avalancha de peticiones de los clientes para recuperar sus fondos. La entrada de los gestores Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), junto a agresivas campañas de remuneración del pasivo y regalos por contratación de depósitos, frenaron la fuga masiva. Aún así, los 12.023 millones que gestionó en pasivo el Valencia en 2011 suponen un descenso del 8,65% con respecto a un año antes.

“La salida de BFA, la matriz de Bankia, significó la estocada definitiva a la entidad valenciana”, reconocen fuentes del sector. Tras conocerse el desfase patrimonial, BFA, propietario del 27,5% del Valencia, consideró únicamente financiera su participación en la entidad valenciana y decidió no cubrir su parte de las nuevas necesidades de capital. Sin embargo, la intervención del Valencia aún no ha cerrado sus consecuencias en Bankia. A la salida de José Luis Olivas de la vicepresidencia de BFA y Bankia se une la auditoría externa encargada por Rato del Banco de Valencia. El objetivo es explicar el estado de la entidad a mediados de 2010, momento en el que los consejos de administración de Bancaja, Caja Madrid y las otras cinco cajas de la fusión aprobaron la creación de un SIP que finalmente se convirtió en BFA.

En el caso de que se demuestre que Grupo Bancaja presentó unas cuentas fidedignas de Banco de Valencia, como aseguran los consejeros de Bancaja en BFA, no habrá ninguna repercusión. Si, tal y como teme la comisión de auditoría y el informe de intervención de la propia BFA, el valor de Banco de Valencia se hubiera hinchado se podría cambiar la configuración de la propia BFA e incluso, la de Bankia.

En medio de este auditoría, el Banco de España inicia mañana la subasta de la entidad valenciana, cuya adjudicación final está prevista para mayo. Como adelantó este medio, BMN, el banco liderado por Caja Murcia, y el Popular, en caso de no lograr la adjudicación de Unnim, ya han mostrado su intención de convertirse en el nuevo dueño del Valencia.

Al igual que en el resto de subastas de entidades intervenidas, se espera que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) aplique un esquema que cubra generosamente al comprador de asumir el 100 % de las pérdidas que puedan aflorar en el futuro. Quien adquiera el Banco de Valencia podrá beneficiarse también de un año más de plazo, hasta diciembre de 2013, para reforzar sus provisiones en línea con los nuevos requisitos del Gobierno y la ventaja de poder hacerlo con cargo a patrimonio y no contra resultados.

El Banco de Valencia perdió en los nueve primeros meses del año pasado 886 millones. Según el informe de auditoría, la entidad necesitará 823 millones en provisiones para sanear su ladrillo, junto a otros 428 millones de nueva genérica para cubrir el deterioro de su cartera de préstamos sanos. En total, 1.251 millones para cumplir con las nuevas exigencia de la reforma financiera.
 

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