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Atacada la galería madrileña que exhibe la muestra Obscenity, de Bruce LaBruce

El fotógrafo Burce LaBruce propuso un controvertido paseo por el santoral de la religión católica y se ganó por ello el disgusto de quienes vieron en Obscenity, exhibida La Fresh Gallery, una ofensa. 

"Esta muestra abre arropada por una gran polémica y una gran expectación mediática", manifestaba en  estos días el galerista Israel Cotes. Y no le faltaba razón. Este viernes, al día siguiente de ser inaugurada la exhibición, la Fresh Gallery recibió algunas agresiones: la rotura de sus critales y un cóctel molotov que no llegó a explotar.

"El artista canadiense ha utilizado la imaginería católica para expresar sus inquietudes artísticas y personales, no para levantar una gran polémica", dijo Cotes, quien aseguró: "a mí me gusta y admiro el trabajo de LaBruce".

Esta joven galería no ha apostado por un tema polémico, sino por un artista. "LaBruce propuso el tema y la galería lo aceptó. No suelo influir en el apartado artístico, considero que es el artista el que trabaja la exposición desde su inicio hasta su fin", explicó Cotes.

Sin embargo, y para buscar prestigio artístico por encima de ruido mediático, la exposición posee bastante del segundo ingrediente. En la exposición hay rostros muy conocidos, entre ellos la cantante Alaska y su esposo, Mario Vaquerizo, que posan a imagen y semejanza de María Magdalena y Jesucristo, respectivamente.

De hecho, ayer tracendió a la prensa que el mismo Vaquerizo se vio obligado a separarse de la COPE debido al disgusto que causó esta imagen en la cadena. "No busquemos dramas ni polémicas, se ha hecho con todo el respeto del mundo y me he dado ese capricho. Si las fotos molestan o hieren la sensibilidad, es algo indiscutible. Yo ahí no puedo decir nada. Es algo normal y corriente dentro de la línea ideológica de la Cope. Están en su derecho. Es como si a mi casa viene una persona a molestar pues yo lo que haría sería echarle", explicó Vaquerizo a El Mundo.

También aparece la actriz Rosi de Palma ataviada de monja, el actor Pablo Ribero interpretando a un ángel endemoniado y el diseñador de moda Carlos Díez que se tapa los ojos con sendas hostias.

"Todos estos artistas se han puesto delante del objetivo de LaBruce sencillamente porque admiran su obra, son excepcionales modelos", explicó Cotes. La inspiración la encontró en sí mismo, en una experiencia personal. "La exposición nació a raíz de que al artista le confiscaran en la aduana australiana más de 400 fotografías, algunas de ellas con imágenes de sexo explícito".

Aún no se ha inaugurado la exposición y la galería ya ha vendido varias obras, fotografías que van desde los 400 euros hasta los 2.500."La crisis no es buen momento para el arte, la gente no quiere invertir, pero en esta galería, que apuesta por artistas noveles, se pueden encontrar obras muy económicas a partir de cien euros", explicó.

"A los españoles les gusta el arte, son muy vanguardista, aunque también existe un público que se asusta ante estas expresiones artísticas", aseguró el galerista, quien advirtió de que "esta galería es un espacio privado, aquí puede venir quien quiera, no se obliga a nadie".

"No se puede ni tildar ni calificar a los artistas, son ellos los que se califican a sí mismos. Me gusta el trabajo de Bruce LeBruce, imágenes en las que también percibo un halo muy romántico, el arte se puede mirar con muchos ojos y todos diferentes", concluye

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