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España

Rubalcaba fía su triunfo al control de los aparatos regionales del PSOE

 Sin apenas poder territorial en el que asentarse, los 972 delegados convocados a Sevilla ven condicionado su voto por el mantenimiento de su cargo en las ejecutivas regionales y provinciales del PSOE, es decir por el poder orgánico que pueden retener en su partido. Unas veces mediante llamadas telefónicas, en otras ocasiones mediante contactos personales, los equipos que rodean a Alfredo Pérez Rubalcaba y a Carmen Chacón están haciendo llegar estos días sus mensajes a los compromisarios para que tengan en cuenta lo que se juegan cada uno en los congresos regionales y provinciales que se celebrarán después del federal.

Ninguna federación acudirá a Sevilla con el mandato cerrado ya que el voto de los delegados es secreto y el criterio del jefe de cada delegación será solo un referente testimonial. De ahí que el 38º congreso esté tan abierto y las tensiones entre las dos candidaturas se hayan disparado tanto en los últimos días. “Se están utilizando amenazas y presiones que casi nunca se habían dado en este partido”, confirman fuentes de la actual ejecutiva federal, que constatan la importancia que los delegados dan a mantenerse al frente de las ejecutivas regionales y provinciales. De hecho, este es el único vestigio de poder que puede quedarles, ya que a este congreso solo acude un 10% con cargo público, la mayoría de ellos alcaldes y concejales.

Una votación tan reñida como la que se presume el sábado para la elección del secretario general puede abocar al cierre del congreso en falso, según coinciden en destacar fuentes de ambas candidaturas. “Lo más probable es que dentro de unos años, antes de las próximas elecciones generales, nos veamos abocados a un auténtico congreso que ponga a punto el programa y elija al candidato”, se apunta en el equipo de Rubalcaba. Entre los seguidores de Chacón se lucha contra esta sensación de interregno. “Si ella es la elegida el partido no tendrá que afrontar ningún proceso de transición, empezaremos la remontada desde el primer momento”, se asegura.

En los últimos días, Rubalcaba también está luchando contra la idea del interregno, promovida hace meses por él mismo. La iniciativa original agitada por sus fieles seguidores consistía en alcanzar el control de Ferraz, poner orden en el partido con una ejecutiva integradora y dar paso a un nuevo cartel electoral –ahí es donde entra la figura de Patxi López- antes de 2015. Pero desde que Chacón comenzó a utilizar como idea fuerza que ella representa la permanencia y no un mero paréntesis, los leales al ex vicepresidente han cambiado su discurso. “Rubalcaba puede ser perfectamente el cartel electoral en 2015”, advierten.

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