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España

Unicaja Banco aprueba una indemnización de 1,4 millones para su presidente, Braulio Medel

El Consejo de Administración de Unicaja Banco, reunido ayer en su sede de Málaga de una a cuatro de la tarde, aprobó finalmente el pago de una indemnización de 1,4 millones de euros, equivalente a dos anualidades de su sueldo bruto, en favor de su presidente, Braulio Medel, para caso de cese o despido, haciendo así efectiva la información adelantada por este diario digital el miércoles. A la iniciativa se opusieron los representantes del PP y de CCOO en el Consejo.

La decisión de Unicaja Banco de aprobar esa indemnización -una suma nada extraordinaria a tenor de las que se han barajado recientemente en el mundo de las Cajas-, se produjo en una sesión que las fuentes consultadas han descrito como “tensa”. Sobrado de experiencia en estas lides, Medel comenzó proponiendo aprobar las retribuciones -hasta ahora inexistentes- a percibir a partir de ahora por los miembros del Consejo, que quedaron fijadas en 70.000 euros brutos año, más 1.500 euros en concepto de dietas por asistencia. Una cantidad añadida de similar cuantía cobrarán los consejeros que participen en algunas de las comisiones (Ejecutiva, de Inversiones, de Retribuciones y Nombramientos y de Auditoría).

La tensión alcanzó uno de sus puntos álgidos cuando el presidente de la Caja andaluza propuso a continuación aprobar una indemnización por posible cese o despido en favor del vicepresidente primero, Manuel Atencia, del Partido Popular, que rechazó la iniciativa por considerarla “una coartada”, según fuentes cercanas a los populares consultadas por este diario, con la que Don Braulio pretendía hacer más “digerible” su propia indemnización.
 

El representante de Comisiones Obreras, José Luis Cid, no solo se opuso a los acuerdos aprobados ayer, sino que ha renunciado expresamente al cobro de la remuneración para los consejeros (los 70.000 euros antes citados). CCOO  hizo pública el lunes una carta dirigida a Medel pidiéndole que informase sobre las distintas remuneraciones que perciben los consejeros, y que esa información se facilitara al Consejo. También reclamaba “limitaciones expresas a la política de remuneraciones para consejeros y directivos”.
 

El presidente del PP andaluz, Javier Arenas, serio aspirante a la presidencia de la Junta dentro de un par de meses, había calificado de “Inaceptable” el propósito de Medel de hacerse aprobar esa indemnización, habiendo ordenado a los dos representantes del PP andaluz en Unicaja Banco –el ya citado  Atencia y Juan Ramón Casero- votar en contra de la propuesta.
 

Las urgencias de don Braulio

La información aparecida el miércoles en este diario causó la natural conmoción en los ambientes políticos andaluces, tanto en la Junta como en Málaga. La pretensión de don Braulio podría parecer una temeridad teniendo en cuenta la mala reacción popular a cualquier tema ligado a las remuneraciones percibidas por los Cajeros en los últimos meses en toda España, pero al andaluz parecen haberle entrado las prisas en lo que bien podría ser el tramo final de su larga carrera como alto ejecutivo del mundo de las Cajas.

Por un lado, la posibilidad de que Arenas se convierta efectivamente en presidente de la Junta andaluza tras las elecciones del 25 de marzo, lo que podría significar su salida de Unicaja, y, por otro, la necesidad de hacer aprobar dicha indemnización antes de que se produzca la fusión con Caja España-Duero porque, al haber recibido ésta ayudas del FROB, una vez producida la integración su indemnización pasaría a depender del Banco de España (BdE), muy reacio a ese tipo de prebendas.
 

El Consejo de Unicaja Banco está formado en su mayoría por gentes que le deben el puesto y que, en buena lógica, mal podrían oponerse a sus deseos. En efecto, en él figuran políticos cesantes que ya no representan ni a partido ni a institución alguna (caso de Juan Fraile, Marisa Bustunduy, Pedro Fernández Céspedes -todos ellos PSOE-A) o de Ildefonso Dell’Olmo (del PA), junto a antiguos empleados del propio Medel (Antonio López, Victorio Valle y Manuel Azuaga), nombres todos de “estricta fidelidad” al malagueño. El precio a pagar por su victoria, como ya se adelantó aquí, podría ser la división del Consejo, y ello en el momento más inoportuno para la entidad.

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