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Cameron quiere que el BCE financie a los estados

 En concreto, ambos jefes de Gobierno abordarán los principales asuntos en este ámbito que les separan: el papel de Banco Central Europeo (BCE) en la crisis, la integración económica de la Unión Europea (UE) y el impuesto a las transacciones financieras.

El Gobierno alemán, con su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, al frente, han exigido desde hace meses la creación de un nuevo impuesto para el conjunto de la UE que grave las transacciones financieras.

Berlín considera que esta medida es "correcta" y "necesaria" porque frenaría parte de la especulación que está desestabilizando los mercados y dotaría de más recursos a los Estados para combatir la crisis, pero Londres -que no pertenece a la eurozona- se opone frontalmente a la iniciativa porque dañaría a su potente sector bancario.

Además, Cameron ha apostado abiertamente por permitir que el BCE compre deuda en el mercado primario como el Banco de Inglaterra, el Banco Central de Japón o la Reserva Federal estadounidense -algo que en la actualidad no puede hacer la autoridad monetaria europea-, ya que aliviaría notablemente la presión sobre los países más castigados por la crisis.

Londres, al igual que París y Madrid, defiende esta solución sobre la que la canciller alemana no parece dispuesta a negociar, ya que en su país despierta los fantasmas del riesgo de hiperinflación.

A este respecto, Merkel señaló ayer que "los que creen que el BCE puede resolver como un prestamista de última instancia las debilidades de la eurozona plantean algo que no puede funcionar".

La jefa del Ejecutivo germano añadió en este sentido que la crisis sólo puede resolverse a través de un sólido liderazgo político, de cambios en los acuerdos comunitarios, y no a través de la "ilimitada acción de bomberos" del BCE.

DISCREPANCIAS TAMBIÉN POR EL GOBIERNO ECONÓMICO

Otro asunto que ha causado cierta fricción entre Berlín y Londres ha sido la propuesta alemana de crear un gobierno económico para la UE, algo que despierta los recelos del gobierno conservador de Cameron, tradicionalmente euroescéptico.

No obstante, Cameron ha solicitado formalmente que los países como Reino Unido, comunitarios pero que no forman parte de la eurozona, puedan discutir cuestiones relacionadas con la moneda única, ya que considera que afecta directamente sus intereses, algo que apoyan Suecia y la República Checa.

Por último, el encuentro entre Merkel y su homólogo británico tratará de limar las asperezas que han surgido entre Cameron y los líderes de la eurozona por las acusaciones del primero de que la falta de determinación política en la Unión Económica y Monetaria (UEM) estaba lastrando a la economía del Reino Unido.

A este respecto, destaca el enfrentamiento que se produjo en la última cumbre comunitaria de octubre entre Cameron y el presidente francés, Nicolas Sarkzoy, cuando este último le espetó a su colega británico: "Estamos hartos de que nos critiques y que nos digas qué tenemos que hacer".

Antes de entrevistarse con la canciller alemana, Cameron realizó una visita relámpago a Bruselas, en donde se reunió por separado con los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.

El jefe del Gobierno británico quiere tratar con Barroso y Van Rompuy el conjunto de la situación económica en la UE y la eurozona, así como su posterior reunión con Merkel, según indicaron fuentes diplomáticas.

LOS PROBLEMAS DE DEUDA DE ESPAÑA E ITALIA SON SUYOS

Por otro lado, el miembro español del consejo ejecutivo del BCE, José Manuel González-Parámo, ha asegurado que los problemas de deuda de España e Italia "son suyos", y ha recalcado que la función del BCE "no es ser prestamista en última instancia de los gobiernos".

En el marco de una jornada organizada por el IESE, y en un contexto de máxima tensión en los mercados de deuda, Gónzález Páramo ha contestado así a las voces que demandan un compra decidida de deuda soberana por parte del BCE para rebajar las tensiones en los mercados.

El consejero del BCE ha subrayado que "la crisis de deuda es responsabilidad de los gobiernos a nivel individual y en su conjunto", al no haber actuado con rapidez para atajarla. "El BCE puede actuar hasta el límite de sus funciones y es lo que está haciendo", ha añadido, para apostillar que comprar deuda de los países "no es la solución mágica".

En este sentido, ha apuntado que "es hora de pedir a los líderes europeos decisiones urgentes", y ha señalado a renglón seguido que, en el caso de España, es preciso atajar tres problemas fundamentales: las finanzas públicas, la reestructuración bancaria y, sobre todo, las altas tasas de paro.

Preguntado por su posible nombramiento como ministro de Economía en un eventual Gobierno del PP, González-Páramo ha dicho: "solo soy un economista comprometido y con contrato hasta el 31 de mayo de 2012".

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