Tres jóvenes periodistas se unieron con una idea muy clara, aunque no por ello menos suicida en época de crisis: crear en España una editorial dedicada exclusivamente al periodismo y la no ficción. ¿La razón? Para Emilio Sánchez, Guillermo López y Álvaro Llorca, socios y fundadores de Libros del K.O, tiene hoy más sentido que nunca “recuperar el libro como objeto periodístico”.
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En un momento de crisis económica en el que toda empresa nueva supone un riesgo y, justo cuando el periodismo se ve obligado a reinventarse a la fuerza, resulta necesario preguntar a quienes impulsan Libros del K.O primero, si es posible dedicarse a una labor de este tipo en un mercado editorial cada vez más hinchado, y en segundo lugar, si es rentable.
“El periodismo se encuentra en una situación muy complicada, por la falta de dinero, por el peso del debate acerca del modelo a seguir: si en digital o papel. En esa tesitura los medios tiran a lo seguro. Es más difícil encontrar reportajes de fondo, o que manden a corresponsales a lugares específicos o más remotos. Sí, en ese sentido, este proyecto puede resultar un poco suicida por la situación, pero el periodismo lo necesita”, comenta Álvaro Llorca, uno de sus fundadores.
Al momento de pensar en el proyecto, Álvaro Llorca y sus socios partieron del "vacío de contenidos" en el periodismo español. “A los tres nos gustaba debatir sobre los grandes reportajes o la crónica, y siempre terminábamos consultando medios anglosajones o latinos, pero aquí en España no lo conseguíamos. No sabemos por qué”.
Al respecto, agrega Llorca: “En otras editoriales picotean un poquito el tema periodismo, pero no se vuelcan en él. Nos beneficiamos del empuje de las editoriales independientes especializadas en un campo que en España está menos explorado. Y otra cosa que nos ha motivado tiene que ver con el hecho de que lo que hemos publicado ha tenido buena acogida entre los periodistas, lo que quiere decir que hay cierta inquietud”.
A pesar de las buenas intenciones, los editores de Libros de K.O no van de inocentes. En su declaración de intenciones enumeran, golosos, las florituras para las cuales el diarismo no deja nunca tiempo. Y sin embargo, al referirse a cuál puede ser el resultado de esta aventura dicen : “va a salir mal y nos parece estupendo”.
Ese espíritu pesimista y a la vez irónico queda impreso además en su nombre, Libros del Knock Out, una idea que se les impuso después de ver una de las míticas portadas de Esquire hecha en 1962 por el publicista George Lois. “Era una imagen de Floyd Patterson, noqueado y tirado en el suelo tras ser derrotado por Sonny Liston. Cuando la vimos, a los tres nos gustó esa estética derrotista pero ácida”.