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Francia da un giro hacia la austeridad para mantener la Triple A

El Gobierno de François Fillon, primer ministro galo, ha anunciado hoy, tras un Consejo de Ministros excepcional, las medidas de austeridad que Francia quiere adoptar para ahorrar entre 6 y 8 millones de euros y reducir el déficit público (5,7% del PIB en 2010). Adelantadas por los medios franceses este fin de semana, llegan después de la rebaja de la previsión de crecimiento en 2012, del 1,75% al 1%. En un país donde dos ciudadanos de cada tres afirman que sienten los efectos de la crisis en su vida personal, anunciar un aumento de los ingresos y recortes de gastos es una apuesta para Nicolás Sarkozy, que ya no esconde sus ambiciones presidenciales para 2012. Este es el resumen de unas medidas potencialmente impopulares.

Acelerar la reforma de las pensiones
En 2011, el gobierno decidió incrementar gradualmente la edad de jubilación de 60 años actualmente a 62 en 2018. La reforma se adelantará al 2017 para ahorrar miles de millones de euros en los próximos años, a riesgo de perder el apoyo de los sindicatos.

Bloquear las prestaciones sociales
Pensiones, subsidios familiares y otras prestaciones públicas están indexados a la inflación de los precios, pero el gobierno tiene la intención de bloquearlos en los próximos años. Aumentar las pensiones en sólo un 1% permitirá ahorrar 1000 millones de euros en 2012.

Recortes en los gastos públicos
Plan de Austeridad para la Seguridad Social, cuyo déficit alcanzó los 20 millones de euros en 2009, aunque el gobierno sólo espera ahorrar 500 millones de euros. También quiere reducir los gastos ministeriales, cuyos presupuestos serán recortados en mil millones de euros, y congelar los sueldos de los ministros y del presidente Sarkozy.

Incremento específico en el IVA
El IVA en Francia alcanza el 19,6%, pero algunos sectores como la hostelería y la construcción pueden disfrutar de un tipo reducido al 5,5%. El gobierno, que había promovido esta reducción, tiene que retroceder, creando una tasa intermedia del 7%. El sector de la construcción está dispuesto a participar, pero los representantes sindicales en la hostelería y la restauración piden una revisión exhaustiva de los impuestos.

Gravar a las grandes firmas
Sorpresa por parte del gobierno: un aumento de impuestos previsto sólo si una empresa tiene una facturación de entre 120 y 150 millones de euros. Nicolás Sarkozy pretende así evitar un conflicto social: se esperaba el nacimiento de un "día de solidaridad" para los franceses, con la conversión de un día festivo en día de trabajo. Una medida abandonada en última instancia, de las que hubieran podido traer mucho dinero en las cajas del gobierno, pero mucho descontento a la vez.

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