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España

Vacaciones bajo el síndrome Puigdemont: los ministros veranean en casa, junto al móvil y en estado de alerta

El presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría

El día 28, tras el último Consejo de Ministros, los miembros del Gabinete saldrán de estampida. El pasado verano apenas hubo vacaciones. El tironeo de la investidura quebró todos los planes. Los equipos de Moncloa y Génova pasaron agosto en Madrid, salvo escapadas de fin de semana. 

Mariano Rajoy desaparecerá de Madrid el día 28, tras celebrar su tradicional rueda de prensa en Moncloa con la que se da el cierre formal al curso. Dos días antes habrá superado el trago más incómodo y molesto de su agenda: La declaración como testigo ante la Audiencia Nacional por el caso Gürtel". Un trámite engorroso y molesto, ahora suavizado al coincidir su comparecencia con la de Pío García Escudero, presidente del Senado, quien depondrá ese mismo día ante los jueces. El foco se diluye. 

Moncloa pretende transmitir sensación de relativa normalidad. Este año habrá vacaciones. Puigdemont no dicta ni el calendario ni el descanso del Gabinete. Todo está previsto. "Al Estado le bastan 24 horas para frenar el referéndum", declaró hace unas semanas. Todo está bien atado. Soraya Sáenz de Santamaría no sólo ha impulsado la 'Operación diálogo' con la sociedad catalana. También ha dirigido el equipo de respuesta a los exabruptos de los secesionistas. Cada paso de Puigdemont será respondido.

Gabinete de crisis

Un 'gabinete de crisis' de abogados del Estado, juristas, asesores, así como la Fiscalía y, desde luego, el Tribunal Constitucional, estarán en alerta permanente estas jornadas estivales. En la delegación de Gobierno en Cataluña, Enric Millo ha dispuesto también un módulo de apoyo, en permanente contacto con Madrid. No se esperan sorpresas tan pronto, pero no se baja la guardia. Puigdemont ha convocado la apertura del Parlament para el 15 de agosto. La posible aprobación de algunas de las leyes de 'desconexión' e incluso la propia ley del Referéndum podrían activarse en esos días del 'ferragosto'. La respuesta del TC será inmediata, como ha ocurrido hasta la fecha. 

Los ministros se no se irán muy lejos. Nadie saldrá de España salvo algún esporádico fin de semana. Cerca del móvil y pendientes de las noticias que puedan llegar de Moncloa. La celeridad en la respuesta es fundamental. También diputados y senadores del PP han recibido instrucciones de no alejarse demasiado. Nadie piensa en el Senado, cuya anuencia sería imprescindible en el caso de que se precise poner en marcha el artículo 155. Quizás se precise una respuesta institucional según la dimensión del desafío secesionista.

Rajoy, fiel a sus rutinas, se refugiará en su reposo gallego, con la familia y amigos. Ana Pastor, presidenta del Congreso, estará cerca, como siempre. Dolores Cospedal, la ministra de Defensa, no desvela sus planes aunque comentan en su entorno que pasará unos cuantos días manchegos y alguna escapada a Marbella. Juan Ignacio Zoido, titular de Interior, alternará entre Sevilla y Huelva, territorio de Fátima Báñez la ministra de Empleo. Alfonso Dastis, exteriores, sólo se tomará unos días en Jerez y alguna playa andaluza en tanto que Dolors Montserrat, Sanidad, oscilará entre la Costa Brava y las Baleares.

Todos cerca, sin grandes espadas, a dos horas de vuelo, con el destino reportado en sus respectivos gabinetes. El Ejecutiva evita la imagen de tensión o de excepcionalidad. "Es lo que ellos pretenden, dar la sensación de que controlan los tiempos y marcan la agenda y nosotros bailamos al son que nos tocan", comentan en Presidencia. "Vamos a estar atentos, sin obsesiones."

La posible convocatoria del referéndum no se espera hasta los primeros días de septiembre. Será el momento más comprometido, cuando se traspase la frontera de lo legal y se incurra abiertamente en otra ilegalidad. La mayor. La respuesta del Estado tendrá que ser rápida y contundente. "No habrá otro 9-N, no habrá urnas, ni habrá plebiscito, ni colegios electorales", mencionan. El portavoz del Gobierno dejó el asunto bien claro este viernes: "Es el plebiscito sin, sin presupuesto, sin urnas, sin colegios electorales, sin censo, sin juntas electorales...". Y aún así, todo pueda pasar, mencionan en su entorno. 

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