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España

Urdangarin en prisión: un vis a vis íntimo al mes y 50 minutos de llamadas semanales

Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina de Borbón, en una imagen de archivo.

El exduque de Palma, Iñaki Urdangarin, tendrá derecho al menos a un vis a vis íntimo con la infanta desde que entre en prisión. También podrá solicitar la modalidad de los vis a vis familiares, que precisan de una sala más amplia. Pero el contacto más fluido es el que permite la comunicación por locutorio, 40 minutos a la semana con posibilidad de partir en dos visitas de 20 minutos. Al locutorio pueden asistir sus cuatro hijos al tener más de 10 años. Además, el preso tiene derecho a 50 minutos de llamadas telefónicas que tendrá que pagar él. 

De todos estos derechos será informado el condenado por el caso Nóos en cuanto llegue a la cárcel, concretamente al módulo de ingresos. Lo primero que tendrá que hacer es entregar su DNI y sus pertenencias, también el dinero. Todo le será devuelto cuando salga. Se le hará un reconocimiento médico y una entrevista personal con un psicólogo y un trabajador social. Urdangarin usará una cuenta de peculio en la que su familia le podrá ingresar como mucho 100 euros semanales para pagar las llamadas o productos del economato de la prisión, con un catálogo por debajo del precio de mercado.

Una vez le tomen la huella digital y la foto de prisión ya podrá pasar a un módulo, previsiblemente clasificado en el segundo grado penitenciario en el que se encuentran la inmensa mayoría de internos en España. Se le aplicará un número de preso llamado NIS, cuyas cuatro primeras cifras serán 2018 por el año de ingreso. En su caso, además, lo normal es que, atendiendo a los delitos por los que ha sido condenado y su perfil, sea ubicado en un módulo de respeto, casi autogestionados por presos no conflictivos.

Una cama y una ducha

Los vis a vis íntimos, los más solicitados, se desarrollan durante un tiempo máximo de tres horas en una habitación en la que apenas hay una cama -a la que hay que poner las sábanas- y una ducha. Como mínimo, Urdangarin y la infanta podrán disfrutar de este contacto sin ser escuchados por nadie una vez al mes. Pero pueden pedir repetir tantas veces como quieran dependiendo del número de habitaciones habilitadas para ello y la población reclusa. Las cárceles poco masificadas permiten un mayor número de vis a vis de este tipo. Los días entre semana son más propicios al haber menos demanda.

Todas las comunicaciones son un derecho del recluso y por tanto es él quien elige a sus visitantes, eso sí, con el visto bueno de la cárcel. Hay ocasiones en las que los presos rechazan visitas por el pudor que les genera que les vean en esas condiciones.

Existe además la modalidad de la visita de convivencia en la que presos con buena relación en la prisión juntan a sus respectivas familias en un mismo espacio durante un máximo de seis horas para que se conozcan entre ellos. Para llamar por teléfono, Urdangarin tendrá que facilitar a la cárcel una lista de 10 números que los responsables del centro tendrán que aprobar. Agotados los 50 minutos semanales, ya sólo podrá hacer llamadas de emergencia.  

Permisos desde agosto de 2019

En cuanto a los beneficios penitenciarios, podrá empezar a solicitar permisos de salida ordinarios a los 15 meses (agosto de 2019), es decir, una vez haya cumplido un cuarto de sus cinco años y diez meses de condena fijada esta semana por el Tribunal Supremo. Esto es un derecho que tienen todos los presos en segundo grado y puede pedir hasta 36 días al año repartidos en tramos nunca superiores a siete días seguidos. Esto no es automático, sino que tiene que contar con el visto bueno de la cárcel y en última instancia del juez de vigilancia penitenciaria. Se tienen en cuenta factores como el buen comportamiento, el arraigo familiar o que no haya cometido delitos contra las personas, entre otros.    

Las celdas en España pueden ser individuales o dobles. El exduque podrá tener televisión si se la trae su familia. Se despertará todos los días a las ocho de la mañana y tendrá media hora para asearse antes del desayuno. Por la mañana los presos no pueden permanecer sin hacer nada, sino que deben apuntarse a alguno de los talleres que ofrece cada cárcel. La comida se sirve a las 13.30 horas mediante autoservicio con bandejas de metal y cuchillos de plástico. Hasta las 16.30 tendrá descanso, pero después volverá a las actividades. A las 21 horas deben estar de vuelta en sus celdas para dormir hasta el día siguiente.

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