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España

Trapero vs De los Cobos: historia del desencuentro que acorrala al mosso

El coordinador del dispositivo policial del 1-O, Diego Pérez de los Cobos (i), saluda al mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluis Trapero

El coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos declaró cerca de siete horas entre el Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional como coordinador del dispositivo del 1-O. En un momento de sus explicaciones como testigo, el mando trasladó una opinión: dijo que Trapero no hizo caso a la Fiscalía cuando le pidió que reforzase su despliegue de mossos. Era solo una impresión pronunciada en voz alta por el coronel, pero la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela la hizo suya.“Nunca llegó a realizar ninguna modificación”, daba por hecho el auto de la magistrada, que citaba por tercera vez a declarar al ex jefe de los Mossos.

Después de escuchar a Pérez de los Cobos, la jueza apuntaba incluso a la posibilidad de acusar a Trapero por “organización criminal”. Sirva este episodio para calibrar la influencia que el coronel está teniendo en la causa por sedición, que afecta al exjefe de la policía catalana, despojado de su cargo tras la aplicación del artículo 155. El juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena también citaba al alto cargo de Interior -desde la época de Rubalcaba- en uno de sus autos recientes. Lo hacía para destacar la “perfecta sintonía” entre Trapero y el expresidente Puigdemont y el exconseller Forn, aún en prisión.

De los Cobos y Trapero mantienen un enfrentamiento que se libra desde hace meses en los tribunales, no sólo en sus comparecencias, sino también por medio de los informes que sus respectivos Cuerpos envían al Tribunal Supremo, al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y la Audiencia Nacional. Fuentes jurídicas presentes en los interrogatorios a Pérez de los Cobos indican que el coronel apenas emplea papeles a la hora de desgranar fechas, horas y reuniones. Deja claro la falta de sintonía, que se remonta al menos a la gestión posterior de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils.

Pérez de los Cobos dice que Trapero puso trabas a evitar el referéndum ilegal

Los atentados de Barcelona

Pérez de los Cobos es el jefe de Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaria de Estado de Seguridad, departamento de Interior que, entre otras cosas, se encarga de repartir funciones entre cuerpos policiales. Fuentes de la lucha antiterrorista reconocen que la colaboración entre Mossos, Policía y Guardia Civil no fue del todo fluida tras los atentados. Más bien al contrario. Tanto que, días después del ataque, el juez que investiga los hechos, Fernando Andreu, citó en su despacho de la Audiencia Nacional a sus responsables para delimitar competencias.

Fuentes de las fuerzas de seguridad del Estado creen que los problemas judiciales que acechan ahora a Trapero vienen de aquellos días de verano en los que, a su entender, “el independentismo creó un héroe y él no supo bajarse de ese papel”. Por su parte, desde los Mossos atribuyen a Interior maniobras para desprestigiar el papel del Cuerpo autonómico como la información sobre el aviso previo de la CIA. "¿Quién te ha dictado eso?", le espetó Trapero durante una tensa rueda de prensa al director de El Periódico, que publicó la exclusiva. El jefe policial apuntaba directamente a Madrid.

Pero las acusaciones judiciales contra el mando de los Mossos arrancan el 20 de septiembre cuando una multitud de gente cercó la sede de la Consejería de Economía y Hacienda mientras la Guardia Civil y una comisión judicial realizaban un registro ordenado por el juez de Barcelona que investiga la organización del 1-O. Aquí es donde se producen las primeras versiones contradictorias.

Coches destrozados

El atestado del Instituto Armado acusa a los Mossos de inacción ante las constantes peticiones de apoyo por parte de los agentes sitiados. En sus explicaciones, Trapero niega haber servido a la causa independentista el 1-O. Este periódico ha tenido acceso a sus dos primeras declaraciones ante la Audiencia Nacional en las que culpa a la Guardia Civil por no haberles avisado antes de que iban a hacer los registros.

Si a nosotros nos avisan antes con el grado de concreción que se quiera, podríamos haber preparado muchos más equipos de orden público y tenerlos en la ciudad”, explicó Trapero a la jueza Lamela. Además niega que se le fuese “de la manos” la situación: “actuar allí para hacer eso que nos pedían (desalojar) es generar un grave problema de orden público”.  Según el mando, los Mossos hicieron un cordón humano para abrir un hueco con la ayuda de voluntarios de ANC -así explica sus llamadas a Jordi Sánchez-. Añadió que, si no salieron los guardias del edificio, fue porque insistieron en irse con sus coches, a esa hora ya destrozados por la multitud.

El coordinador del dispositivo policial del 1-O, Diego Pérez de los Cobos, saluda al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Con estos mimbres llegaron los días previos al referéndum y la “tensa” junta de Seguridad que convocó Puigdemont unilateralmente el jueves 28 de septiembre en Barcelona. De los Cobos acudió junto al secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto. La delegación catalana sumó a Trapero al encuentro, pese a que el protocolo de la Junta no contempla su presencia, solo la del director general del cuerpo, Pere Soler. “Es el que se lo sabe”, se excusaron ante los representantes del Ministerio.

Bronca al teléfono

Para entonces, Diego Pérez de los Cobos ya había sido designado por la Fiscalía y el TSJC el coordinador de todo el dispositivo del 1-O y acumulaba miles de policías y guardias civiles en toda Cataluña. Según su declaración ante el Tribunal Supremo publicada por este periódico, Trapero nunca se mostró conforme con ese nombramiento ni con ese desembarco de agentes. “Hizo todo lo posible para que se revocara” y presentó un texto argumentando que “no era procedente”, narró el coronel a Llarena. En su relato como testigo, también dijo que el jefe de los Mossos consideraba que con su plantilla era suficiente.   

Por si había alguna duda de la relación que a esas alturas tenían, la misma mañana del 1-O, cuando la pasividad de los Mossos ya era evidente, Pérez de los Cobos desconvocó todas las reuniones conjuntas y llamó por teléfono a Trapero, se entiende que para reprocharle el papel de sus hombres. “Limítate a coordinar, el mando soy yo”, le espetó Trapero al otro lado de la línea telefónica, siempre según la versión del cargo de Interior, que tildó de “estafa” el dispositivo de la policía autonómica.

"Paciencia, contención y paz social"

Trapero insiste que los Mossos cumplieron lealmente las órdenes judiciales y recurre a un argumento similar al del 20S: “Defiendo la lealtad de Mossos con el Juzgado, que nos decía que las actuaciones no perturbasen la seguridad ciudadana. Verbalmente aquella juez dijo que había que cumplir la orden con paciencia contención y garantizando la paz social. Eso nos lo dijo al coordinador, al general de la Guardia Civil, al jefe superior de Policía y a mi mismo. De acuerdo a eso, nosotros cumplimos las órdenes”.

Trapero discute incluso la conclusión que se saca de los vídeos que ese día y después circularon por las redes en los que se ve a mossos enfrentándose a guardias civiles, agentes impasibles ante la celebración de la votación en un colegio o directamente recibiendo la ovación de los participantes en el referéndum. “Son falsos o parciales”, dijo en la Audiencia Nacional, donde aseguró que a una pareja se la retiró de uno de los colegios por no cumplir las instrucciones y Asuntos Internos investiga a varios agentes por lo que se ve alguno de esos vídeos.  

Por su parte, informes de los Mossos cifran en 434 las urnas incautadas en 141 colegios mientras que otro informe de la Guardia Civil se refiere al “engaño" de los Mossos durante la jornada o culpa a ese cuerpo de mandar a sus agentes a puntos calientes a sabiendas. En otro de estos documentos, los Mossos de Trapero achacaban la descoordinación del 1-O a los fallos de la aplicación informática que impuso Pérez de los Cobos.

La aplicación informática

El coronel se expresó sobre esto en el Supremo donde dijo que el sistema llamado Gestor de Eventos se activó y funcionó sin problemas. Aprovechó para apuntar que él pidió un informe a los Mossos como coordinador del 1-O y esa queja no estaba incluida por lo que dejó claro que la policía catalana estaba enviando a los jueces informes a sus espaldas.

Josep Lluis Trapero

Sobre muchos de estos puntos tuvo que dar cuenta Trapero este viernes en su última visita a la Audiencia Nacional, que ha estado marcada por la explicación de una serie de encuentros con Puigdemont y Forn previos al 1-O. Según la defensa del mando, estas reuniones ya se habían comunicado a las autoridades y eran para mostrar a los responsables de la Generalitat su temor por la seguridad si el referéndum se celebraba. Como telón de fondo aparece el documento Enfocats, algo así como la hoja de ruta del procés sobre el que se sustentan buena parte de las pesquisas judiciales y que otorga a los Mossos un papel clave en la estrategia independentista.  

Finalmente, tras dos horas de declaración, el exmayor Trapero abandonó la sede de la Audiencia Nacional en libertad con medidas cautelares con semblante serio, como en él es habitual, pero dejando entrever cierta mueca de alivio. Así terminó el último capítulo de un desencuentro al que todavía le aguardan futuras entregas.

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