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España

El Gobierno ahorrará más de 1.300 millones con la eliminación de las subvenciones a dedo

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.

En la intención del Gobierno está acabar con buena parte de las ayudas nominativas que figuran en los Presupuestos estatales y, a renglón seguido, eliminar también las que dependen de las comunidades autónomas y ayuntamientos. Es imposible calcular su volumen porque están repartidas por la totalidad de los ministerios y de los organismos públicos, pero en una primera revisión se refleja un posible ahorro superior a los 1.300 millones de euros, según fuentes parlamentarias. La mayoría proceden de los antiguos Ministerios de Exteriores y de Cultura, que ocupaban Trinidad Jiménez y Ángeles  González Sinde.

El Gobierno considera que en la actual coyuntura de crisis, las subvenciones a dedo no tienen sentido y está dispuesto a exigir la misma austeridad y rigor al resto de las administraciones públicas. El martes, el PP defenderá en el Congreso esta iniciativa y pedirá al Ejecutivo que reforme la ley de Subvenciones para eliminar, con carácter general, las que tienen carácter nominativo. El objetivo, explican fuentes de Hacienda, es mejorar la evaluación del uso de los fondos públicos y ajustarla a la nueva política presupuestaria.

En los Presupuestos todavía vigentes se encuentra una densa maraña de ayudas a dedo (ver cuadros) y también algunos compromisos de gasto por importe de 640 millones de euros que derivan de los acuerdos sellados por el anterior Gobierno socialista con los grupos nacionalistas, gracias a los cuales Zapatero logró sacar adelante las cuentas estatales de 2011.

En el largo listado de subvenciones nominativas, son curiosas, por ejemplo, las que se han destinado a todo tipo de asociaciones corporativas, fundaciones, consorcios, sindicatos y federaciones de toda clase y condición. Aquí nos encontramos, por ejemplo, con los 355.000 euros recibidos por el Centro Internacional de Toledo para la Paz, los 200.000 del centro de estudios históricos del ferrocarril o los casi seis millones que se ha llevado la agencia para el aceite de oliva.

Quizás las más exóticas son las concedidas a través de la Agencia de Cooperación Internacional por la ex ministra Trinidad Jiménez para mejorar la producción agrícola en Guinea-Bissau “mediante la resolución de conflictos con los hipopótamos”, o los 250.000 euros dedicados al festival del cine africano de Tarifa.

En total, este tipo de ayudas a dedo suman más de 623 millones de euros. A ellas hay que añadir otros 640 millones concedidos a todo tipo de asociaciones vascas y catalanas como contrapartida económica al apoyo presupuestario al anterior Gobierno. En ellas se incluyen las transferencias corrientes y de capital destinadas al transporte y a los ayuntamientos.

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