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España

Rato cobró 50.000 euros (más IVA) por un informe en inglés de cinco párrafos plagado de erratas

Imagen del breve informe elaborado por Rato con algunas de las erratas destacadas.

Vaguedades económicas y erratas a precio de oro. Rodrigo Rato, expresidente de Bankia y responsable durante ocho años de la política económica en los gobiernos de José María Aznar, cobró 50.000 euros más IVA por un informe de sólo cinco párrafos en inglés repletos de generalidades financieras en los que, además, aparecen palabras mal escritas y faltas de ortografía. El documento, titulado 'Macro report march 2013', es uno de los 20 que el político entregó a Telefónica entre enero de 2013 y mayo de 2015 y por los que se embolsó 730.000 euros más IVA. Una elevada cifra que, además, facturó a través de una de sus empresas, Kradonara 2001 SL, presuntamente para eludir el pago de impuestos. Por ello, el titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, ha imputado también a la compañía que preside José María Álvarez Pallete y a uno de sus directivos. El documento era el primero de estos informes que Rato entregaba y pese a todos estos fallos, su breve extensión y el contenido superficial, la multinacional mantuvo el contrato hasta que estalló el 'caso Rato' en la primavera del año pasado.

Rato firmó el contrato el 2 de enero de 2013 y un día después emitía la primera factura por 100.000 euros. Telefónica le pagó tres semanas más tarde pese a que el político no envió este primer informe hasta marzo

En lo que pretende ser un análisis financiero no aparece el nombre de Rato, pero sí el de su empresa Kradonara 2001 SL, que es la misma que figuraba en el contrato que Telefónica firmó el 2 de enero de 2013 "y que tenía por objeto la prestación de servicios profesionales de asesoramiento y consultaría a través de la realización de estudios e informes", según reconoce la propia compañía en un escrito remitido en los últimos meses al Juzgado. Pese a la fecha del acuerdo, ese primer análisis no llegó hasta tres meses más tarde. A partir del mismo, se sucederían ya con una frecuencia mensual. Pese a ello, el ex presidente de Bankia remitió la primera factura correspondiente a ese primer cuatrimestre (enero a abril de 2013) al día siguiente de firmarse el acuerdo. El importe, 100.000 euros más 21.000 más de IVA, que la compañía pagó mediante transferencia el 25 de enero, más de un mes antes de recibir ningún de los dos análisis que recibió en ese periodo. De este modo, a Telefónica le costó cada uno de ellos 50.000 euros y, además, los abonó por adelantado, como refleja la documentación incorporada al sumario.

Un hecho más sorprendente aún cuando se lee con detalle ese primer 'Macro Report'. En la misma línea de los clásicos informes de las agencias de calificación y de los bancos de inversión, pero de una manera mucho más sucinta, Rato analizaba la situación económica mundial. Así destacaba en su primer párrafo que "la recuperación mundial fue más débil de los esperado en el cuarto trimestre de 2012", aunque añadía que "con una pisada más firme que hace un año". En el segundo, de sólo dos líneas, se limitaba a hablar de "divergencias" entre los índices de actividad empresarial de Francia y Alemania, para pasar en el tercero a destacar "las diferencias entre EEUU y la eurozona en términos fiscales" como la causa que "explica parte de la diferencia de crecimientos entre ambas". Rato auguraba que "para 2013" dichas diferencias iban a seguir creciendo. "Y los multiplicadores fiscales crecen, a la vez que los mercados financieros no funcionan debidamente", concluía dicho parte de su breve informe. En el cuarto párrafo se centraba en "la acumulación de reservas en la eurozona" y hablaba de la "diversificación" de las mismas en distintas divisas. Finalmente, el que fuera director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) criticaba que "el impuesto sobre transacciones financieras" en Europa se estuviera incrementando "en medio de una crisis crediticia". Nadie lo firmaba.

"Asesoramiento estratégico"

Un contenido de autoría anónima que queda muy lejos tanto del objeto del contrato que firmaron Kradonara SL y Telefónica, como del concepto que refleja la factura girada por la empresa de Rato para cobrarlo. Así, el primero recogía que la sociedad del ex vicepresidente del Gobierno estaba "en condiciones de prestar, como consultor, el asesoramiento necesario que implica tener un amplio y reconocido conocimiento sobre el entorno político, jurídico, regulatorio, económico, social e internacional" a la multinacional. En las facturas, el político iba más allá y hablaba de "realización de análisis encaminados a la identificación estratégica de áreas de mejora" para su cliente, la "identificación de oportunidades estratégicas" y el "asesoramiento estratégico y especializado en aras a la mejor y más eficiente incardinación de la actividad internacional de Telefónica y su filiales". La factura no la firmaba tampoco Rato, sino el abogado y asesor fiscal Domingo Plazas, quien figura como administrador único de la sociedad y que también está imputado en la causa.

Palabras mal escritas, errores de puntuación, giros 'castellanos' que parece copiados de un traductor automático de Internet... los cinco párrafos del breve informe reflejan un mediocre nivel de inglés

Junto a la superficialidad de su contenido, el informe también llama atención porque refleja un mediocre nivel de inglés por parte de su autor. Así, sorprenden faltas de ortografía como escribir el verbo 'become' (llegar a ser) separado en dos palabras (be come), o el término 'parliament' sin la 'i', con lo que lo escribió más bien en catalán. También es significativo que todo un economista que estuvo al frente del FMI haya escrito la cantidad '50 billion of euros' de forma totalmente incorrecta, ya que debía haber puesto '50 billion euro'. También comete errores de concordancia muy básicos. En el tercer párrafo, por ejemplo, al escribir 'divergences between US AND Euro in fiscal terms is of about...' utiliza un verbo en singular (is) cuando el sujeto (divergences) es plural. En otros partes del texto, coloca giros 'castellanos' que suena extraños en inglés e que, incluso, parecen copiados de un traductor automático de Internet. Así, una frase comienza con un 'if you add' (si añades), que sueña extraño en el contexto económico en el que se inscribe. También utiliza el pronombre interrogativo 'which' de forma incorrecta. Junto a todo ello, aparecen palabras que se inician en mayúscula sin necesidad o empieza un párrafo con minúscula, así como varios signos de puntuación mal colocados. Todo un despropósito por el que Rato se embolsó 50.000 euros más IVA.

Un contrato bajo sospecha

El breve informe económico plagado de erratas está bajo el paraguas de un contrato bajo sospecha. Un informe que la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) entregó el pasado diciembre al juez Serrano-Arnal ya destacaba que con el mismo "no se trata de prestar servicios profesionales (consultoría y asesoramiento a Telefónica S.A) por una persona física a través de una sociedad sino que se oculta a la persona física (Rodrigo Rato) a través de una sociedad interpuesta y opaca (Kradonara) que la administra su presunto testaferro (Domingo Plazas) para simular que es esta sociedad quien presta los servicios a Telefónica S.A y no tributar así por las rentas obtenidas de Telefónica ni en el IRPF de Rodrigo Rato ni en el Impuesto de Sociedades de Kradonara 2001 S.L".

Sobre dicha irregularidad, en los registros se encontró precisamente un correo electrónico enviado por un trabajador del bufete del asesor fiscal Domingos Plazas a una empleada de Rato en el que el primero mostraba su preocupación ante el hecho de que la Agencia Tributaria pudiese descubrir "dicha simulación". Recientemente, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil también remitió un informe sobre dicho contrato en el que concluía que con él Rato cometió un delito fiscal con la ayuda necesaria y "consciente" de la multinacional. Los agentes recalcaban que el ex vicepresidente del Gobierno "buscó velar su identidad [...] con el fin de eludir las cuotas correspondientes de IRPF". En este sentido, añadían que el ex gerente del FMI sabía que "incurría en un fraude por simulación" y "todo ello lo hizo con la ayuda de uno de sus abogados, Domingo Plazas, y con la connivencia y colaboración necesaria de Ramiro Sánchez de Lerín como representante de Telefónica", ambos también imputados.

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