Publicado: 21/12/2015 04:00
Del silencio de las primeras horas a la euforia por conseguir 90 diputados. El PSOE vivió una noche electoral en la que la derrota estaba cantada, pero en la que, al final, la pérdida de votos y de escaños fue menor de la que auguraban las encuestas. Una derrota que ha sabido "a gloria" y que aleja el verbo "dimitir" del futuro más próximo de Pedro Sánchez. Pese a obtener los peores resultados de su historia, el líder socialista se presentó triunfal ante sus militantes en la sede de la calle Ferraz: "Hemos hecho historia, hemos hecho presente y el futuro es nuestro", dijo mientras los simpatizantes más exaltados gritaban "presidente, presidente...".
Sin embargo, las primeras palabras de Sánchez tras las elecciones apuntan en una dirección muy diferente a la que clamaban los militantes que hablaban ya de un "pacto de izquierdas" para desbancar a los 'populares'. El líder del PSOE reconoció en su breve intervención que "desgraciadamente" la primera fuerza era el PP y que, por tanto, les tocaba a ello intentar formar gobierno. Una postura que en los corrillos respaldaban destacados dirigentes del PP, alguno de los cuales comentaba a este diario que la debilidad de los 123 escaños de Mariano Rajoy forzaría a convocar nuevas elecciones en unos meses "y entonces veríamos quién ganaba".
Extremadura es la única comunidad en la que los socialistas se llevan una alegría
Sobre el acuerdo con Podemos, ni una palabra de Sánchez, aunque sus más cercanos lo consideraban "a día de hoy, imposible. Lo que pide Pablo Iglesias no se puede aceptar de ninguna manera", señalaban estas fuentes. No obstante, el líder socialista dejaba una puerta abierta "al diálogo, a debatir y acordar" y recordaba que "España quiere izquierda". "Se abre una nueva etapa política", aseguró en una intervención en la que no hubo ni un ápice de crítica tras conseguir 20 escaños y un millón y medio de votos menos que Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011. "Salimos a ganar", dijo, y se puso los ropajes de víctima de "una coalición de intereses para hacernos desaparecer. No lo han conseguido", recalcó.
Era el punto final a una noche que en Ferraz se vivió en un primer momento con auténtico miedo, casi pavor. Las encuestas de los días previos y, sobre todo, los sondeos a pie de urna auguraban un descalabro difícil de soportar para un Pedro Sánchez cuestionado desde hace mucho dentro de su propio partido. Un destacado miembro del partido se ponía en la garganta el pulgar y el índice y los subía hacia arriba y hacia abajo para destacar el mal trago pasado. "Nos ha sabido a gloria", destacaba otro. De hecho, había algunos que se remitían a la mejora que los resultados suponían respecto a las autonómicas y municipales de mayo para justificar la evidente euforia que se vivía la noche del domingo en Ferraz.
Una euforia que había comenzado a hacerse un hueco en la sede socialista con los primeros datos oficiales. Los militantes que seguían el escrutinio en las pantallas de televisión instaladas en el hall de la sede mostraban su alegría e, incluso, el número 2 de la formación, César Luena, bajaba a la sala de prensa a comentar los resultados con los más de 300 periodistas acreditados. Eran las nueve y media de la noche y hablaba de disputarle la victoria al PP, del que en aquel momento les separaba un 4% de votos. "La única alternativa al PP es el PSOE", afirmaba mientras ignoraba a las dos fuerzas emergentes y, en especial, a Podemos, que entonces estaba a cuatro puntos porcentuales.
Luena, que entonces presumía de que nunca les habían hecho caso a los sondeos, rechazaba hablar de pactos con ninguna fuerza política. "Hoy no toca". Sánchez dejó claro dos horas después que mañana tampoco.
Pérdida de votos en Andalucía
Por comunidades autónomas, el PSOE sufre una sangría de votos y escaños en casi todas respecto a las anteriores elecciones generales. Así, en su 'granero' andaluz, las urnas les han arrebatado tres diputados de los 25 que consiguieron entonces. Pese a ello, han ganado las elecciones con una pérdida de 200.000 votos y un descenso de cinco puntos en el porcentaje de votos. Mayor es el varapalo en Cataluña.
En Aragón y Canarias el PSOE conserva a duras penas los cuatro parlamentarios conseguidos en 2011
De los 14 diputados de la 'derrota' de Rubalcaba han pasado a sólo ocho. Y de segunda fuerza, a tercera golpeado por el 'efecto Colau'. Y en Madrid, el candidato Sánchez sólo consigue seis escaños (10 logró el partido en los anteriores comicios) y no alcanza ni el 18% de los votos tras perder un cuarto de millón de votos. De hecho, queda relegada a cuarta fuerza política, por detrás de Iglesias y Rivera. En la comunidad valenciana cae de 10 a 7 y pasa a ser tercera fuerza en un territorio donde gobierna desde las autonómicas de mayo.
En Aragón y Canarias conserva a duras penas los cuatro parlamentarios conseguidos en 2011 en cada uno de estos territorios, mientras que en Asturias pierde uno. En Baleares, la pérdida es igual, pero aquí, además, ha visto cómo Podemos le adelantaba en el número de votos. En Cantabria conserva su representante, mientras que en Castilla y León se deja dos escaños y pasa de 11 a 9. En Castilla-La Mancha sale mejor parado y, pese a perder votos, mantiene los 7 representantes. En Galicia pasa algo similar. Conserva los 6 escaños, pero en porcentaje de votos les supera En Marea, la marca de Podemos en esta comunidad.
También repite resultados en Murcia (2), Navarra (1) y La Rioja (1), mientras que en el País Vasco pierde dos de sus cinco diputados y ve cómo Podemos casi le dobla en número de votos. En Ceuta y Melilla no consiguen inquietar al PP. Finalmente, Extremadura es la única comunidad en la que los socialistas se llevan una alegría. Pasa de cuatro a cinco diputados pese a perder votos. Por provincias, los socialistas sólo se han llevado la victoria en seis: Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Jaén y Badajoz. Algo es algo visto cómo se presentaba la noche.
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