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España

Rajoy mantiene su agenda mientras Moncloa se esfuerza en dar sensación de normalidad

El presidente del Gobierno, durante su última comparecencia en La Moncloa

Mariano Rajoy habló ayer sábado por teléfono con numerosos dirigentes europeos para tranquilizarles. Al final, han conseguido que el Gobierno español de el paso de solicitar el rescate de su sistema financiero sin acumular este problema al terremoto que puede sacudir los mercados el próximo domingo si los electores griegos votan por la salida del euro. Primera conclusión: España ha cedido a la presión de sus socios. Pero lo ha hecho, se subraya en Moncloa, después de obtener garantías de que el rescate afectará en exclusiva al perímetro de la banca y, por lo tanto, no acarreará compromisos extraordinarios de nuevos ajustes presupuestarios. Segunda conclusión: Rajoy se ha apuntado un tanto…siempre que Alemania y el BCE no le cierren a partir del lunes el acceso a los mercados.

Esta es la clave que más preocupa en estos momentos en el Gobierno, según fuentes autorizadas. Si el directorio europeo cumple el guión previsto, lo lógico es que la prima de riesgo se relaje, como ayer tarde insinuó el ministro Luis de Guindos, y que la presión sobre la deuda española disminuya. Si lo hiciera en más de 200 puntos básicos, España no tendría problema alguno para encarar los vencimientos hasta fin de año. Sin embargo, no se descarta un escenario más pesimista, teniendo en cuenta la experiencia irlandesa. Si la inyección de hasta 100.000 millones de euros en el sistema financiero a través del FROB penalizara a España en los mercados y el BCE no aportara oxígeno urgente, el Gobierno no tendría más remedio que solicitar la intervención pura y dura, es decir, la inyección de dinero de los fondos europeos directamente en el Tesoro, lo que colocaría al país en el mismo desfiladero que Grecia o Portugal.

El Gobierno lo fía todo a que no se le cierren los mercados para no caer en el desfiladero de Grecia y Portugal

De momento, si la conclusión definitiva que extrae el Gobierno del rescate financiero sigue pasando por descartar nuevos ajustes presupuestarios y fiscales, como ayer enfatizó en varias ocasiones Luis de Guindos, el objetivo de déficit del 5,3% será de imposible cumplimiento, entre otras razones porque los intereses de la nueva deuda generada por el préstamo europeo al FROB, aunque sean más suaves que los que ahora dicta el mercado, lastrarán los compromisos con Bruselas. Otra razón más de desconfianza para los mercados que abocará, es lo más probable, a nuevos ajustes.

Rajoy vivió ayer este sin vivir en su despacho de La Moncloa, colgado del teléfono y acompañado de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, de su jefe de Gabinete, Jorge Moragas, del jefe de la Oficina Económica, Álvaro Nadal, y de la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro. Desde allí pudo seguir la evolución de la videoconferencia en la que Guindos participó desde el Ministerio de Economía.  Rajoy también comentó la jugada en al menos una ocasión con el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que hoy domingo ha convocado una reunión en Ferraz para acentuar la importancia del momento que vive España, y con el portavoz de CiU, Josep Antoni Durán i Lleida. Pero el presidente no convocó ni Gabinete de crisis ni tampoco reunió a su equipo económico. De hecho, José Manuel Soria, una vez más en fuera de juego, negaba públicamente horas antes de la reunión del Eurogrupo que España fuera a pedir el rescate de sus bancos. La obsesión de Moncloa fue transmitir en todo momento una sensación de completa normalidad.

El rescate financiero dificulta el cumplimiento de los compromisos de déficit contraídos con Bruselas

Anoche, después de valorar los pros y los contras de mantener su agenda, Rajoy decidió seguir adelante con ella y hoy se desplazará a Polonia, donde ha sido invitado por el primer ministro para ver el partido que enfrentará a la selección española con la italiana. El Gobierno ya no aspira, como en la etapa de Zapatero, a adelantar a Italia en renta per cápita, sino a mejorar su relación con Monti, preocupado a partir de ahora en evitar el efecto contagio.

Una de las preguntas que ayer más pareció molestar a Guindos en la rueda de prensa que ofreció en Economía al finalizar el Eurogrupo su videoconferencia fue la razón por la cual no comparecía Rajoy para dar cuenta del rescate a la banca.  La respuesta quiso ser contundente: “Yo soy miembro del Eurogrupo y el presidente, no”. De no producirse cambios de última hora, pues, el presidente hará su primera aparición pública tras el rescate en el palco del estadio de Gdansk, la ciudad cuyos astilleros hicieron mundialmente famoso en la década de los ochenta a Lech Walesa. De aquí a las vacaciones de verano le esperan a Rajoy dos comparencias parlamentarias importantes: la que protagonizará a final de mes tras la reunión del Consejo Europeo y la del debate de estado de la nación previsto para mediados de julio. Para esas fechas ya conoceremos si se ha cumplido la previsión del ministro de Economía de que el paso dado ayer solo atará en corto a los bancos necesitados de capital y no supondrá mayores sacrificios para los ciudadanos.

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